Crítica: Corazón de Tinta (Inkheart) (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Alemania / GB / USA, 2009: Brendan Fraser (Mo ‘lengua de brujo’ Folchart), Sienna Guillory (Resa), Eliza Bennett (Meggie Folchart), Paul Bettany (Dustfinger), Helen Mirren (Elinor Loredan), Rafi Gavron (Farid), Jamie Foreman (Basta), Andy Serkis (Capricornio)

Director: Iain Softley, Guión: David Lindsay-Abaire, sobre la novela homónima de Cornelia Funke

Trama: Mo Folchart y su hija Meggie recorren Europa en la búsqueda de un libro agotado llamado Corazón de Tinta. Pero al encontrar un ejemplar, un misterioso hombre llamado Dustfinger se les presenta y amenaza a Mo, exigiéndole que lo regrese al mundo al que pertenece. Es que Mo Folchart es una “lengua de brujo” – un individuo que al leer cuentos en voz alta puede traer a los personajes del mismo a la vida, a costa de que una persona pase al mundo de las fábulas -, y por ello envió accidentalmente a su esposa Resa al otro universo cambio de traer a Dustfinger y otros personajes del libro. Ahora Capricornio, el villano de Corazón de Tinta, está tras la pista de Mo y Meggie, ya que desea utilizar su lengua de brujo para liberar del cuento a la Sombra – un demonio ancestral – y utilizarlo para conquistar el mundo.

Corazon de Tinta (Inkheart) Corazón de Tinta es una novela infantil de fantasía escrita por la alemana Cornelia Flunke en el 2003. Es el primero de una trilogía que tuvo su suceso y fue traducida a casi 40 idiomas. Debido al éxito, Flunke puso fuerte restricciones para otorgar los derechos cinematográficos, de manera tal de darle un fuerte control creativo sobre la puesta en escena. De hecho, los devaneos de la autora provocaron fuertes retrasos en la producción y algunos choques con los estudios, especialmente porque Flunke tenía decidido que Brendan Fraser fuera, sí o sí, el protagonista de la obra.

Pero más allá de las anécdotas de la producción, lo cierto es que la premisa de Inkheart no es completamente original como para guardarle tanto celo. De hecho en La Historia Sin Fin ya se habían ilustrado conceptos similares, aunque Corazón de Tinta se parece más en el fondo a El Ultimo Gran Héroe, en donde había un talismán que permitía que un chico pasara al mundo de las películas, se topara con su héroe favorito (Arnold Schwarzenegger) y los villanos de la historia, los trajera a este universo, y toda la troupe de personajes alternara entre esta dimensión y la de la fantasía.

La producción es muy buena, los paisajes son notables, y las actuaciones superan la media. Es imposible fallar en tal sentido teniendo un cast de notables, como Helen Mirren, Jim Broadbent y Paul Bettany. En especial el personaje de éste último es realmente interesante y la performance lo acompaña. Su Dustfinger es intenso, gris y hasta trágico; extraviado en este mundo, deseoso de regresar al cuento aunque sepa que en él su futuro es muy oscuro. Su moral se debate entre el honor, el pragmatismo y los intereses personales. Y entre toda esa troupe Brendan Fraser se las apaña para destilar simpatía y actuar de manera medida.

En sí los personajes no están mal, e incluso algunos conflictos humanos – como la hija con el padre – están bastante bien resueltos. Incluso Andy Serkis es otro que entra en caja, componiendo un villano sobrio y potable. Lo que ocurre es que Inkheart tiene problemas con la consistencia de la premisa. Al principio son leves, y sobre el final resultan obviamente molestos, ya que uno contempla que la historia comienza a trampear sus propias reglas. (alerta: spoilers) Si cada vez que lee un cuento Brendan Fraser, una persona de este mundo pasa al de las fábulas, ¿por qué eso desaparece en el final?. Si Meggie podía inventar sus propios cuentos y alterar el mundo a su antojo, creando personajes y sucesos que los ayudaran a escapar de las situaciones de peligro, ¿por qué no lo hizo antes? (con lo cual el 99% de la trama estaría de más). ¿Por qué Capricornio se empecina con traer a la Sombra de Inkheart en vez de llamar a otros villanos de cuentos que estuvieran más a mano?. Aquí ocurre lo mismo que al final de The Last Action Hero, en donde Charles Dance sólo trae a un asesino de cuarta para luchar contra Schwarzenegger en vez de llamar a Drácula, Freddy Krueger y otros (como él mismo amenaza en la película). Parece que otros monstruos, brujas y engendros mutantes tienen problemas de derechos de autor y sólo se puede citar a un par creados por Cornelia Flinke. (fin de spoilers). El otro problema relativamente menor, es que la historia precisaba algo más de delirio con semejante premisa, en vez de ir y regresar del mismo castillo varias veces. Así como uno de los personajes puede revivir a Totó – el perrito que acompañaba a Dorothy en El Mago de Oz -, podrían traerse a caracteres de La Tierra Media, Cenicienta, o Blancanieves y los Siete Enanos. Pero el libreto sólo llega hasta Totó y un ladronzuelo secundario de Ali Babá y los 40 Ladrones.

La dirección de Iain Softley es buena (The Skeleton Key, el clon americano de Hombre Mirando al Sudeste llamado K-Pax); las performances también, y el ritmo no está nada mal. El problema pasa por el libro original y el guión, que son inconsistentes y no explotan a fondo todas las posibilidades de la premisa. Así como está es un filme de fantasía correcto, pero deja la sensación de ser una oportunidad desperdiciada.