Crítica: El Hombre Sin Sombra (2000)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2000: Kevin Bacon (Dr Sebastian Caine), Elisabeth Shue (Dra Linda McKay), Josh Brolin (Dr Matt Kensington), Kim Dickens (Sarah Kennedy)

Director: Paul Verhoeven, Guión: Andrew W. Marlowe

Trama: Sebastian Caine es el líder de un proyecto ultrasecreto patrocinado por los militares y cuyo propósito es experimentar con la invisibilidad en humanos. Hasta ahora la prueba ha sido un éxito con un gorila, pero Caine quiere apurar el paso y decide probar la fórmula en él mismo. Egocéntrico y autoritario, Caine viola varios protocolos de seguridad convencido de que el éxito está a la vuelta de la esquina y de que él es el único individuo capaz de subsanar todo tipo de obstáculos que se presenten. El problema es que el intento de reestablecer la visibilidad de Caine falla, por lo cual el científico se desespera y cae en un trance sicótico. Mientras su equipo intenta todo tipo de fórmulas, el desquiciado Caine ha comenzado a saborear las ventajas de la invisibilidad – acosando a los cientificos, realizando escapadas nocturnas – y ha decidido permanecer en ese estado. El tema es que, para ello, precisa eliminar tanto pruebas como testigos… algo que para el desquiciado Caine parece no representar problema alguno.

El maníaco Kevin Bacon se inyecta el suero que lo volverá invisible, en esta escena de Hollow Man El maníaco Kevin Bacon se inyecta el suero que lo volverá invisible, en esta escena de Hollow Man

El Hombre Sin Sombra Paul Verhoeven: qué director de la hostia. El tipo te agarra un argumento y te lo convierte en una obra maestra o en un moco de proporciones monumentales… pero sin lugar a dudas genera algo que nunca pasa desapercibido. El gran momento de Verhoeven fue a principios de los 90 con la tripleta de Robocop, El Vengador del Futuro y Bajos Instintos, y después terminó implosionando a partir de Showgirlsun drama recargado de sexo y diálogos bizarros que todo el mundo repudió -. Tras algún devaneo vino El Hombre Sin Sombra y, después de eso, se despidió de Hollywood. Es una verdadera lástima ya que el tipo le aportaba un sabor diferente a los filmes de estudio: era un anarquista suelto en el ecosistema del establishment hollywoodense, tirando bombas por todos lados y empujando los niveles de lla censura hasta el límite de lo tolerable. En el fondo no era mas que un adolescente desquiciado con poder, un tipo que le daba un fuerte sabor de comic adulto – recargado de violencia y sexo – a cualquier libreto que tuviera a mano. Sería apasionante ver lo que hubiera podido aportar a esta época en donde los superhéroes están de moda, tomando alguna tira marginal y convirtiéndola en un torbellino que demoliera tabúes y pretensiones de un rubro que se ha vuelto demasiado comercial y políticamente correcto.

El Hombre Sin Sombra definitivamente no es lo mejor de Verhoeven. El libreto apesta, no por la trama de fondo, sino por los diálogos y como pinta los personajes. El Sebastian Caine de Kevin Bacon es estratosféricamente soberbio y pedante, y el personaje de Elizabeth Shue (actriz horrenda si las hay; ¿cómo gano un Oscar?) padece de una sobredosis de gataflorismo que dificilmente uno pueda tomar partido por ella: anda con Josh Brolin pero franelea con Bacon y se presta a sus juegos perversos aún cuando a la legua se nota que el tipo es un desequilibrado. El resto es carne de cañón del loco, y se anticipa a un millón de kilómetros de distancia como terminará esto, con otra cacería tipo Alien por corredores mal iluminados y victimas mal armadas.

Aún con todo ellos El Hombre Sin Sombra se deja ver. Los efectos especiales son formidables – el cómo se vuelve invisible por capas cada humano / animal que pasa el proceso es genial -, los ataques de Bacon tienen su suspenso y el proceso de perversión / degradación mental del villano está bastante bien, lástima que el libreto no conoce de sutilezas.

Es una lástima que el libreto no estuviera mas pulido, ya que la producción es buena y el casting sólido – a excepción de Shue -. Bacon se relame con su villano y es un tipo al que le van bien esta clase de papeles. Se precisaba mas delicadeza – que fuera un tipo normal devenido en sicótico debido a lo cambiante de su estado, algo mas similar a la trama original de El Hombre Invisible – y personajes mas agraciados y menos egocéntricos. Así como está es un pastiche serie B bien producido, en donde la violencia de Verhoeven lo reflota por encima de la media pero sin hacer nada tremendamente memorable.