Crítica: La Materia Oscura (His Dark Materials) (2019 -)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

3 atómicos: buenaUSA / GB, 2019: Dafne Keen (Lyra Belacqua), Amir Wilson (Will Parry), Ruth Wilson (señora Coulter), Lin-Manuel Miranda (Lee Scoresby), Ariyon Bakare (Lord Carlo Boreal), James McAvoy (Lord Asriel)

Creada por Jack Thorne, basado en los libros de Philip Pullman 

Trama: El Magisterio: la máxima autoridad religiosa de esta versión alternativa del mundo en donde vive la huérfana Lyra Belacqua. El Magisterio domina con mano de hierro todas las actividades sociales, políticas y científicas y posee su propio ejército. Lord Asriel, tío de Lyra, ha escondido a la niña en una de las pocas universidades toleradas por El Magisterio, temeroso de que sus creencias científicas desaten la ira de la autoridad y tomen represalias sobre la chica. Al partir – en un viaje sin retorno al Polo Norte -, Asriel le ha dejado a Lyra un aparato conocido como Aleteómetro, el cual sintoniza la esencia del universo y es capaz de predecir el futuro. La señora Coulter – una dama de alta sociedad y principal sicaria de El Magisterio – ha rastreado a Lyra y el Aleteómetro y está decidida a hacerse con el aparato. Mientras tanto Lyra presiente el peligro y escapa hacia el Polo Norte, decidida a hallar a su tío. Pero los experimentos que Asriel ha estado conduciendo en el polo son demasiado peligrosos y son capaces de poner en riesgo los cimientos del mismísimo Magisterio, razón por la cual la institución ha enviado un ejército para rastrearlo y asesinarlo. Y es que dichos experimentos tienen que ver con la apertura de un portal hacia nuevos mundos, algo que probaría que los dogmas espirituales sobre los cuales El Magisterio basa su religión estarían equivocados.

Crítica: La Materia Oscura (His Dark Materials) (2019 -)

Oscura, fascinante… y amoral. En His Dark Materials los niños son asesinados y los padres son unas basuras de primer orden, gente dedicada a sus obsesiones que no duda en sacrificar a sus críos con tal de poder acceder a sus objetivos. No sólo la crueldad está a la orden del día – hay que remontar un relato después de matar a un pibe, un recurso narrativo considerado tabú en el cine y la literatura y que Phillip Pullman no se cansa de usar en su obra -, sino que el texto expone sin diplomacia un ataque furibundo a la iglesia y a la religión católica. Ok, la iglesia no es santo de mi devoción – gente que habla que la propiedad privada es un derecho de segunda importancia, y dice semejante discurso de manera descarada mientras está sentado en un trono de oro, encerrado en un palacio poblado de lujos y obras de arte y maneja corporaciones billonarias mientras te exige el diezmo dominguero todos los fines de semana; esos cretinos que persiguieron a creyentes de otras religiones, torturaron a los paganos, negociaban favores con la realeza, atrasaron la ciencia mil años con sus visiones dogmáticas (¿remember Galileo?) y apoyaron a gobiernos fascistas sólo porque iban contra los comunistas, los cuales son 1000% anti religiosos – pero la fe católica… vamos… En un momento de la trama uno de los personajes posee un arma de poderes fabulosos y el primer impulso es llevársela al controvertido héroe de la historia (si se puede llamarlo así) para que mate a la “Autoridad”. Y, en este universo, la Autoridad es el mismísimo Dios.

En la vida real Phillip Pullman es un agnóstico furibundo pero en La Materia Oscura su trabajo tiene tintes panfletarios y hasta sediciosos. Si el Magisterio y la Autoridad estuvieran basados en el Budismo y Buda, millones de tipos en Asia se hubieran alzado contra el tipo y hubieran salido a prenderle fuego a las librerías que tenían en venta sus obras – ni que hablar de los musulmanes… otra que el inicio de Relatos Salvajes, con Pullman en su jardín tomando algo y viendo cómo se le venía un Jumbo 747 encima! -. Acá Pullman ataca sin piedad a la Iglesia Católica porque sabe que la institución tiene demasiados muertos en el armario como para hacerse los inocentes. El Magisterio es la versión del Vaticano de este universo pero posee un ejército con estética nazi, domina el conocimiento y solo algunas universidades pueden estudiar la ciencia dado que tienen una limitada inmunidad diplomática. Cuando un expedicionario – Lord Asriel, pragmático exacerbado y padre real de la protagonista – descubre un reino en los cielos del polo, la gente del Magisterio se pone de la nuca, considera al descubrimiento la mas terrible de las herejías y procede a arrasar la Tierra hasta dar con el paradero del temerario científico. Ese reino puede ser muchas cosas – el Paraíso, el pasaje a otros mundos -, e incluso flota en el ambiente la idea de que el “Polvo” (el cual aparece cuando un ser de este universo muere) no son mas que rastros del pecado original que vuelven a su origen cuando perecemos. A eso se suma que la gente, aquí, tiene a su espíritu fuera de su cuerpo en forma de animales parlantes  (daimonios) los cuales, si son lastimados, provocan la muerte inmediata de su poseedor. Si bien lo de los daimonios es una pavada atómica, es un medio simple y gráfico que usa Pullman para exponer su tesis: que el Magisterio hace experimentos para cortar (matar) los daimonios sin que los humanos mueran, convirtiéndolos en zombies obedientes sin maldad pero sin capacidad decisoria.

En el medio de todo esto está Lyra Belacqua, otra chosen one que sabe leer una suerte de oráculo portátil llamado el Aleteómetro (la Brújula Dorada de la fallida adaptación cinematográfica), la cual lee el Polvo y descifra el destino. Y si bien todo este universo tiene ribetes fascinantes, por el otro lado empieza a transformarse en un pastiche desproporcionado que sólo la buena dirección de la serie y las buenas performances logran mantenerlo en carril. La presencia de osos polares armados parlantes (freakin’ tiburones mutantes con láseres en la cabeza!) es algo completamente idiota – cómo rayos hace esa raza para ponerse las armaduras, ni que hablar de forjarlas y de construir los palacios donde viven, etc, etc?? -, la presencia de humanos normales de nuestra Tierra embarra las cosas, y la idea de un segundo protagonista – cuyo padre se volvió chamán (!!!) – es redundante. Yo no tengo problemas en que Pullman ponga a una autoridad religiosa como los villanos del relato (y de paso pase su aviso anticlerical) pero lo que ofrece de alternativa es paganismo, i Ching y teorías traídas de los pelos. Es por eso que en muchos momentos His Dark Materials termina rozando el tono de Evangeliongente que leyó a las apuradas la Biblia y textos teológicos y usa ideas y nombres de la religión de manera tan fascinante como hueca, lo que termina siendo mas una pose que una auténtica visión alternativa de una mitología existente -. (alerta spoilers). Que Lyra sea Eva, la mujer original… es una estupidez carente de cualquier sentido mas allá de ser un golpe de efecto a lo “Luke, yo soy tu padre”. Siempre pensé que, de ser así, la señora Coulter sería la serpiente, Lord Asriel sería Adán y la daga sutil provocaría la caída del Paraíso… pero no. Pullman mete una científica leyendo la materia oscura en una computadora y leyendo palitos de I Ching como si versiones cosmogónicas alternativas fueran superiores a la religión católica… cuando en realidad lo que no entiende Pullman es que una religión es simplemente una visión de fe para aquello que no entendemos y algo que nos da esperanza en los momentos mas oscuros. La religión no tiene nada que ver con las instituciones que la profesan y, en sí, promueven valores morales destacables. Luego la gente que la interpreta sí la han desvirtuado a lo largo del tiempo. No sé qué mala experiencia haya pasado Pullman en su vida para poner al Catolicismo en la picota como si fuera su peor enemigo pero acá el relato tiene un tono panfletario que te eriza los pelos de la nuca. Y habiendo visto las dos primeras temporadas de His Dark Materials (y leyendo el resumen de la tercera en la Wikipedia) te digo que el tono no mejora. Al final termina siendo una saraza tipo Stephen King, de esos libros que arrancan de manera fascinante, se enamoran de su propio discurso y después no saben cómo diantres darle un broche final ya que fueron elaborados sobre la marcha sin un plan pre-establecido (fin spoilers).

Dafne Keen brilla como Lyra Belacqua. Cuando libera a los chicos en el polo exhibe toda la ferocidad que nos hizo amarla en Logan. La otra joya del casting es Ruth Wilson. Su Señora Coulter es una obra maestra de villanía y letalidad, lástima que sus propósitos son tan volátiles a lo largo de la obra – no se sabe si ama o quiere lastimar a Lyra, si quiere ser la Reina del Mundo y tirar abajo el Magisterio ella sola o simplemente seguir los designios del destino de su hija – que nunca se sabe cuales son sus intenciones. Mientras que la temporada 1 es muy sólida, la 2 se ve light, con el tono cambiado, como si Pullman hubiera perdido el rumbo. Asriel se perdió por el camino, el Aleteómetro se extravió – es el problema de tener un artefacto que adivina todo lo que va a pasar en la obra… especialmente si el autor tampoco lo sabe -, los nuevos mundos son zonzos y la historia del morenito Will carece de salero. El tema con su padre es de una superficialidad feroz, especialmente cuando uno ve a Andrew Scott tatuado, con una camperita de jean con símbolos mayas y auto catalogado de chamán (!). ¿Y los Giptanos? ¿Y los osos armados?. Todo quedó por el camino porque el autor de esto va donde lo lleva el viento… especialmente cuando su narración llega a un callejón sin salida. Ahí es cuando aparece de la nada otro mundo y los personajes menos problemáticos deciden saltar de escenario.

Honestamente La Materia Oscura me parece un pastiche que se deshilacha a medida que avanza. Seguro que entretiene, muchas de sus ideas son salvajes y hay buenas escenas en el medio. Keen y Wilson brillan en el rol – el otro es Ariyon Bakare que destila elegancia y letalidad al mismo tiempo – pero la historia se vuelve rebuscada y manipuladora. Quizás la tercera temporada deslumbre pero no lo creo, simplemente porque la trama solo gusta de relamerse con sus propios golpes de efecto en vez de ser una elaboración sólida y premeditada. Al romper los esquemas típicos de la fantasía – desde El Señor de los Anillos hasta Harry Potter His Dark Materials se mete en terreno inexplorado, lo cual siempre es interesante. Lástima que muchas de sus ocurrencias suenen a improvisaciones y Deus Ex Machina, lo cual termina volviéndose insatisfactorio para el espectador con el paso del tiempo.

HIS DARK MATERIALS

La Brújula Dorada (2007) fue el primer intento de llevar los libros de Philip Pullman al cine. His Dark Materials (2019 – ) es la miniserie de HBO que adapta por completo la obra.