Crítica: Heavy Metal (1981)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Canada / USA, 1981: Don Francks (Grimaldi / co piloto / barbaro), Caroline Semple (chica), Richard Romanus (Harry Canyon), Al Waxman (Rudnick), Harvey Atkin ( alien / asesino), John Candy (sargento de policía / Dan / Den / robot), Glenis Wootton Gross (prostituta), Marilyn Lightstone (prostituta / reina), Jackie Burroughs (Katherine), Martin Lavut (Ard), August Schellenberg (Nort / Taarak), John Vernon (fiscal), Eugene Levy (Sternn / reportero / Edsel)

Director: Gerald Potterton y otros, Guión: Dan O´Bannon, Len Blum & Dan Goldberg

Trama: Un astronauta llega a la Tierra y le trae de regalo un extraño meteorito a su hija. Pero el meteoro cobra vida, matando a todos y enfrentándose con la niña. El objeto dice llamarse el Loc-Nar, y es la representación máxima del mal en la galaxia. Inmediatamente le comienza a narrar a la niña algunas de las desventuras que ha provocado: así se suceden diversos segmentos como un adolescente que es enviado por el Loc-Nar al otro extremo de la galaxia y transformado en un formidable guerrero que debe liberar a un planeta; un bombardero de la segunda guerra mundial donde el Loc-Nar se aparece y convierte a toda su tripulación muerta en zombies; un taxista de la Nueva York del futuro, que se ve envuelto en una conspiración para robar el preciado objeto; y la historia de Taarna, la última de una raza de guerreras y guardianes del universo, que deberá acudir a combatir en un planeta a hordas de salvajes bárbaros contagiados por la maldad del Loc-Nar.

Heavy Metal (1981) Heavy Metal es un proyecto canadiense de animación basado en el comic francés de culto Metal Hurlant. Entre los rubros técnicos del film figuran varios rostros conocidos como John Candy, John Vernon y Eugene Levy en las voces, además de Ivan Reitman en el rol de productor.

Por años, en la era previa al video VHS, Heavy Metal se constituyó en un clásico de culto de los viernes a la medianoche. Muchas salas pequeñas sobrevivieron y proyectaron durante años filmes como éste y como otros clásicos por el estilo como Pink Floyd – The Wall o The Rocky Horror Picture Show durante las trasnoches de los viernes, siempre con enorme afluencia de público. En gran parte el éxito se debió al carácter adulto de los contenidos de los filmes mencionados – lo que arrastraba un gran caudal de público adolescente -, pero también (y no seamos ingenuos) por su naturaleza lisérgica. Así como en su momento pasó con 2001 – donde buena parte del público se “dopaba” y experimentaba con las imágenes del film como si fuera un “viaje” -, los mismo ha pasado con otras obras basadas en una fantasía exarcebada y gran delirio visual.

Pero sería injusto restarle méritos a Heavy Metal, calíficandolo como un film popular sólo por la parte lisérgica de su público. En todo caso, si bien no es una obra muy redonda – como todo film por segmentos, éstos varían bastante en cuanto a su calidad de argumento y dirección -, tiene el mérito de haber roto barreras impuestas por el prejuicio. Existen antecedentes en la animación adulta como Felix the Cat de Ralph Bakshi, pero en ningún caso llegó a la masividad (y el status de culto) que supuso Heavy Metal. Uno incluso podría arriesgar a decir que todo el animé japones de los años 80 a esta parte le debe una enorme influencia a este film de animación y, en especial, a la apertura de puertas que marcó Heavy Metal.

Los segmentos son dispares. En general la mayoría de la imaginería visual es de culto – hay secuencias enteras que bien podría ilustrar media docena de posters colgados en el cuarto de cualquier adolescente -. Pero a diferencia de otras películas similares – p.ej. Barbarella -, al menos aquí se le da una mayor substancia, lo que no lo deja en un simple compilado de hermosas imágenes.

La presentación es formidable, es un ejemplo de delirio, con el astronauta llegando a la Tierra en su Corvette lanzado desde el espacio, y desencadenando el hilo central del film – el Loc-Nar, la esfera que representa la maldad pura del universo -.. Pero a partir de allí las historias que se siguen van con altibajos. El segmento de Harry Canyon – el taxista de la Nueva York del futuro – es la obvia fuente que debe haber tomado Luc Besson para El Quinto Elemento, pero tanto la animación como la historia son algo desprolijas y sin demasiada substancia. Del mismo modo, el segmento Den (con el adolescente transformado en guerrero) está ok, pero no termina de impresionar. Tanto éstos como Sternn (el corrupto que está por ser enjuiciado en la estación espacial) o el viaje de los aliens drogones van de lo mediano a lo correcto, sin dejar mayor impresión que una buena imaginería visual.

Donde el film logra sus mejores momentos son en las secuencias escritas por Dan O´Bannon – el creador de Alien -, que son el inicio y B-17, y el segmento final escrito por Len Blum & Dan Goldberg (Taarna). En esas secuencias en que el film se toma en serio a sí mismo es donde consigue sus mejores bazas.

Lo particularmente fascinante es la proliferación de desnudos gratuitos, escenas de sexo y tripas a granel. Desde el punto de vista del horror, las escenas de O´Bannon son formidables y sorpresivas, pero lamentablemente son muy breves. A lo sumo la escena final – el capítulo de Taarna – dispone de una duración aceptable como para darle profundidad a la historia que narra y proveer algunos momentos de shock – como el combate final de Taarna con el líder de los poseídos por el Loc-Nar -. Aquí resulta obvia las influencias de Robert E. Howard – el creador de Conan – sobre el género. Uno podría decir que, en todo caso, no deja de ser una fantasía masculina sobre heroinas ligeras de ropas matando a diestra y siniestra, pero al menos la silente guerrera posee suficiente carisma para dejar una impresión memorable en el público.

A pesar del paso del tiempo, Heavy Metal sigue resultando fascinante, más allá de que es una película muy despareja. Es posible que esto suceda como suele pasar con otros filmes, por una cuestión de nostalgia impregnada en la visión del largometraje. En buena parte, los filmes de culto lo son simplemente porque nos retrotraen una fotografía de nuestra adolescencia, cuando pudimos verlos por primera vez. Como cápsulas del tiempo, por 90 minutos volvemos a revivir nuestra excitación adolescente al ver a hermosas guerreras desnudas surcando los cielos y destrozando demonios con su espada.

HEAVY METAL

Heavy Metal (1981) es un film de animación basado en el comic francés Metal Hurlant – Heavy Metal 2000 es su secuela