Crítica: Hancock (2008)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2008: Will Smith (John Hancock), Charlize Theron (Mary Embrey), Jason Bateman (Ray Embrey), Jae Head (Aaron Embrey), Eddie Marsan (Red)

Director: Peter Berg, Guión: Vincent Ngo y Vince Gilligan, Musica – John Powell

Trama: John Hancock es un superheroe que vive en Los Angeles. A diferencia de sus pares del comic, no posee disfraz ni oculta su identidad, y se encuentra disponible siempre que la situación lo amerite. Pero Hancock vive deprimido y ebrio debido a la soledad que causa su condición, y a causa del alcoholismo todas sus proezas heroicas terminan en millonarios desastres. En una de esas oportunidades logra rescatar al especialista en relaciones públicas Ray Embrey. Ray, eternamente agradecido, le ofrece sus servicios gratuitos para mejorar su imagen frente a la sociedad. Pero Hancock – reticente – termina a la larga por aceptar sus consejos. Sin embargo, al conocer la familia de Ray comenzará a sentir un extraño vínculo con la mujer de éste, la que parece tener pistas sobre el verdadero origen del superhéroe.

Hancock Esta noche él llega era un boceto de guión escrito por Vincent Ngo y que trataba sobre la relación entre un niño de 12 años y un superhéroe en decadencia. Desarrollado en 1996, el libreto pasó al limbo del development hell durante 12 años, con numerosos directores prestigiosos atachados al proyecto – Jonathan Mostow, Michael Mann e incluso Tony Scott -. Finalmente en el 2006 la posta sería tomada por Peter Berg – El Tesoro del Amazonas -, quien lograría concretarla con Will Smith a la cabeza.

Como suele suceder con proyectos tan demorados, el libreto fue cambiando de forma radical y en la versión final queda poco de la idea original. Aún así Hancock debutó en las pantallas resultando en un enorme taquillazo, probando el star power de Will Smith. Y sólo a Smith se debe el éxito del film, ya que termina siendo una ensalada de ideas, muchas de ellas incompatibles entre sí.

Todos los filmes suelen establecer tres actos: planteo, desarrollo y final. El problema aquí pasa porque a mitad del desarrollo el film da un giro radical de 180 grados y se mete en un terreno seudo dramático al que le resulta imposible superar. Es que la primera mitad resulta brillante, y todos los indicios parecen indicar que vamos a ver una excelente parodia del género de superhéroes, amén de una satira sobre la cultura marketinera tan arraigada en la sociedad americana. Hancock es un vago, borracho y anarquista, que vive en una depresión constante debido a la soledad que causa el ser el único en su especie. Llega el santurrón de Ray – un ingenuo idealista a prueba de balas – y comienza a provocar cambios en la mentalidad del héroe. Pero a su vez está la esposa de Ray, que parece contemplar con miedo y desconfianza el ingreso de semejante individuo en su casa.

La primera mitad es desopilante, en especial al ver las burradas que comete Hancock. Will Smith se hace una fiesta con el personaje, y como secundarios Charlize Theron y Jason Bateman no le pierden pisada. Es un film excelentemente actuado. Pero aquí comienzan los errores de la producción, en especial en darle a una actriz del calibre de Theron un papel secundario – uno ya intuye que semejante intérprete no puede estar simplemente como elemento decorativo -. El otro problema es la ausencia de un villano viable – uno sinceramente espera que el papel de Theron se transforme en una figura oscura en cualquier momento -. Aquí hay un elenco de chicos tan malos como Pierre Nodoyuna que no plantean retos de ningún tipo al protagonista.

Y allí empieza la segunda parte, que es donde el film se embarra muy mal. Primero porque se mete a intentar explicar de algún modo el origen de Hancock, cosa que hace de una manera completamente insatisfactoria. Segundo, porque uno – conociendo la mecánica del género – espera de que el héroe tenga su talón de Aquiles – su equivalente de la Kriptonita – y el libreto se encarga de construir un argumento absolutamente idiota para menguar los poderes de Hancock. Tercero, porque la historia termina por traicionar sus propias reglas internas – todo lo que le sucede a Hancock termina por ser resuelto de manera mágica -. Y cuarto porque se embarca en una seudo historia de tintes trágicos (alerta spoilers) , hablando de una trama sobre amantes que no pueden estar juntos que resulta tan artificialmente desarrollada y termina por ser detestable. (fin spoilers) . Para peor el clímax es insatisfactorio y la historia culmina de una manera desastrosa.

Si Hancock hubiera seguido con el empuje y las ideas de la primera mitad, podría haber sido la sátira sobre superhéroes que el género estaba reclamando. Así como está, son dos filmes incompatibles encastrados entre sí sin demasiada lógica. Las performances son excelentes, la dirección está muy bien pero el libreto es una bolsa de gatos. Simplemente es un buen esfuerzo muy mal concretado.