Crítica: Escalofríos (Goosebumps) (2015)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2015: Dylan Minette (Zach Cooper), Jack Black (R.L. Stine / voz de Slappy / voz del chico invisible), Odeya Rush (Hannah Stine), Ryan Lee (Champ), Amy Ryan (Gale Cooper), Jillian Bell (tía Lorraine), Halston Sage (Taylor)

Director: Rob Letterman – Guión: Scott Alexander & Larry Karaszewski, basados en la obra de R. L. Stine

Trama: Zach y su madre Gale acaban de mudarse a Madison, Delaware, donde ella acaba de aceptar el puesto de asistente de dirección en la escuela secundaria local. Pronto hace migas con Hannah, la chica de al lado, la cual es celosamente cuidada por su padre. Un día Zach siente un grito y cree que Hannah está siendo agredida por su padre, razón por la cual irrumpe en la casa del vecino en compañía de su amigo Champ. Y aunque resulta falsa alarma y encuentran a Hannah bien, los tres adolescentes terminan en un cuarto secreto en donde el padre de la chica guarda cientos de libros, cada uno con su propio candado. Abriendo por error uno de ellos, un Yeti surge de sus páginas y empieza a perseguirlos. Y en la escapada el resto de los libros cae al piso y empiezan a abrirse, liberando decenas de monstruos que estaban atrapados en sus páginas mediante un hechizo. Al enterarse de lo ocurrido, el padre de Hannah busca a los chicos y los reprende severamente… dando a conocer que él es R.L. Stine, un popular autor de libros de terror para chicos, y que él posee el don de darle vida a las criaturas que inventa en los cuentos… siendo la única manera de evitar que se conviertan en reales, el tenerlos encerrados bajo llave en sus manuscritos originales. Pero la mas diabólica invención de Stine ha quedado en libertad – Slappy, el muñeco infernal -, el cual aprovecha la ocasión para liberar a todo el resto de las creaciones del autor y acosar a éste, su familia y sus amigos. Con el pueblo sumido en el caos entre zombies, gnomos asesinos, mantis gigantes, plantas carnívoras y alienígenas malintencionados, la única esperanza es que Stine se ponga a escribir un nuevo cuento en donde figuren todas las criaturas para que vuelvan a quedar atrapadas en el papel. Pero el caos es inmenso, las tropas de Slappy están tras sus pasos y los chicos deben luchar denodadamente contra las fuerzas del mal, intentando darle un respiro a R.L. Stine para que se siente en un lugar en paz, empiece a crear… y haga su magia.

Crítica: Escalofríos (Goosebumps) (2015)

Goosebumps está basada en la obra de R. L. Stine, el “Stephen King para niños”, un popular autor de novelas de terror de corte infantil y medio cómico que vendió la friolera de 400 millones de libros en todo el mundo. Reconozco no saber nada sobre su obra – en mi infancia la literatura para pre adolescentes pasaba por Alfred Hitchock presenta Los Tres Pequeños Detectives -. Acá los libretistas Scott Alexander & Larry Karaszewski (de Ed Wood y Dolemite is my Name) demuestran de que sólo son buenos para escribir biopics ya que la comedia se ve forzada y sin gracia. Bah, quizás pase por las dispares elecciones de casting del director Rob Letterman – el nardo Dylan Minette, que no sirve para hacer chistes y cuya carrera resucitó por 13 Reasons Why; el siempre insufrible Jack Black; Amy Ryan, actriz desperdiciada si las hay, que va saltando de película horrible a película horrible a pesar del talento dramático que tiene; y Ryan Lee, que es el sidekick mas anodino de la historia del cine, eso sin considerar a la infumable Jillian Bell – y por el hecho de que no tiene pulso para la comedia. Es un filme que increíblemente resucita cuando aparecen los efectos especiales, en donde toda la parafernalia de monstruos queda suelta en el pueblo, repitiendo un escenario a lo Gremlins (y tantas otras películas de terror con pueblos aislados por la criatura de turno, caso de The Blob cuya referencia expresa aparece aquí).

Tomando ideas de Inkheart, acá los bichos de los cuentos toman vida… no cuando los leen sino simplemente cuando abren los escritos originales cerrados con llaves, los que funcionan como una especie de maligna lámpara de Aladino. Hay bichos para todos los gustos – Stine no es un dechado de originalidad así que hay zombies, mantis gigantes a lo… The Deadly Mantis, manchas voraces a lo… The Blob, yetis, hombres lobo, muñecos asesinos parlanchines (que al menos son bastante buenos como villanos), y hasta diabólicos gnomos de cerámica que se rehacen ni bien son convertidos en polvo a los palazos – y con la acción se olvidan los chistes fallidos de Alexander & Karaszewski. Pero éste es un filme que clamaba a gritos un Joe Dante en la silla del director, un tipo que puede crear sustos ligeros mezclados con humor negro y mucha acción.

Goosebumps es pasable, digerible, podés matar el tiempo 90 minutos sin odiarla. No recaudó mucho pero le bastó para una secuela, claro que con estrellas menores y televisivas. En algún momento la revisaremos pero, por ahora, no es una cosa que nos urge.