Crítica: Godzilla vs King Ghidorah (1991)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japon, 1991: Kosoyuke Toyohara (Terasawa), Anna Nakagawa (Emi Kano), Megumi Odaka (Miki Sagusa), Robert Scott Field (M11), Yoshio Tsuchiya (Hasuki Shindo), Katsuhiko Sasaki (Profesor Mizaki), Chuck Wilson (Wilson), Tokuma Nishioka (Fujio), Richard Berger (Grenchiko)

Director: Kazuki Omori, Guión: Kazuki Omori

Trama: Una nave espacial arriba al Japón, y sus integrantes son humanos que provienen del año 2204, en donde el Japón ha sido devastado por Godzilla ya que ha arrasado con las fuentes nucleares de energía y la ha convertido en una tierra inhabitable. Los visitantes negocian con el primer ministro la necesidad de una excursión en el tiempo hasta la isla Lagos en 1944, en donde las tropas japonesas de la Segunda Guerra Mundial se toparon con un dinosaurio – el cual terminaría por transformarse en Godzilla en 1954 después de los test nucleares realizados en dicha zona -. Una vez que la expedición llega a Lagos, teletransporta al dinosaurio hacia el mar de Bearing y regresan a la época actual. Pero al llegar se encuentran con que un nuevo monstruo – King Ghidorah – es el que se encuentra destruyendo al Japón. Es que los viajeros del tiempo han dejado tres criaturas en la isla de Lagos, las cuales mutaron hasta convertirse en King Ghidorah luego de las pruebas atómicas de 1954, y ahora ellos controlan al nuevo monstruo para que arrase Japón y de esa manera evitar que se transforme en la primera potencia mundial en el futuro del año 2204. Y con esta nueva realidad – en donde Godzilla nunca ha existido -, los japoneses parecen encontrarse indefensos ante el gigantesco monstruo de tres cabezas y su imparable ataque.

Godzilla vs King Ghidorah (1991) Godzilla vs King Ghidorah 1991 es el capítulo 18 de la enorme saga de Godzilla. Es un proyecto que empezó como un intento de reciclar viejos adversarios de Godzilla de la década del sesenta. La idea original era volver a enfrentarlo contra King Kong (tal como en King Kong vs Godzilla) o, en su defecto contra MechaniKong de King Kong Escapes, pero la Turner Pictures (dueña en ese momento de los derechos cinematográficos del simio gigante) pidió demasiado dinero, y la Toho se dedicó a revivir al monstruo de tres cabezas de Ghidorah the Three-Headed Monster (1965), el cual había probado ser un favorito del público.

Si no fuera por algunas pifias medias gruesas de Kazuki Omori como director y guionista, Godzilla vs King Ghidorah 1991 hubiera sido una obra maestra de la saga, aunque queda a un pelito de serlo. Pareciera que Omori hubiera consumido drogas realmente pesadas y se despachó con un argumento completamente delirante y saturado de ideas. Aquí hay unos viajeros del tiempo que vienen a alertar al Japón de que su país será completamente arrasado por Godzilla en el futuro, para lo cual no tienen mejor idea que eliminar al dinosaurio original de 1944 que terminaría por mutar en el gigante radiactivo – pregunta de rigor: ¿por qué no fueron ellos directamente a eliminarlo en vez de cargar con tres expedicionarios japoneses de la época actual? -. Pero en su lugar dejan tres criaturitas ridículas – los Dorats -, quienes son los que terminarán por mutar con las pruebas atómicas hechas en esa isla en 1954 y ocuparán el lugar histórico de Godzilla. Habiendo creado a este King Ghidorah radiocontrolado por los viajeros del tiempo, lo lanzan a arrasar el Japón, ya que los nipones van a ser la potencia mundial predominante del futuro y desean evitarlo. A los japoneses de la actualidad no se les ocurre mejor idea para vencer a King Ghidorah que detonar bombas atómicas en donde fue a parar el dinosaurio de 1944 (el mar de Bearing) para convertirlo en un nuevo Godzilla (!). Pero, oh sorpresa, justo un submarino nuclear se hundió en esa zona en 1970, por lo cual Godzilla aún existe y es más poderoso que nunca – ahora mide 100 metros de altura -. Godzilla vuelve, derrota a King Ghidorah, y se lanza a arrasar Japón. Una integrante de los viajeros del tiempo se rebela contra los planes siniestros de éstos y viaja al futuro para revivir a los restos de King Ghidorah (wtf??) y traerlo para vencer a Godzilla en la época actual.

Omori se dedica sistemáticamente a salirse de las rutinas del género e incluso plantea su propio Godzilla Begins, el cual es fascinante pero también polémico. Toda la secuencia de la Segunda Guerra Mundial, en donde el dinosaurio (Godzillasaurius) aparece para salvar a las tropas japonesas del ataque del ejército americano es brillante, pero el bicho mata a varios cientos de yanquis en la playa de la isla Lagos, lo cual al público americano no le hizo gracia en absoluto. Incluso establece la figura del futuro Godzilla como defensor del Japón a rajatabla. Donde Omori empieza a perder el hilo de su propia historia es con las secuelas de tantas idas y venidas en el tiempo – si Godzilla nunca existió, cómo la gente se acuerda de él en la realidad actual con King Ghidorah; cómo es que Godzilla reaparece en la época actual (salvo que uno lo entienda como una fuerza del destino cuya existencia es inexorable) -, amén de complicar la historia con un montón de subtramas. En especial la del veterano de guerra que vió al dinosaurio en 1944, y la del empresario (antiguo capitán del batallón de Lagos) que incluso tiene un submarino nuclear privado cargado de misiles y que planean utilizar para engendrar un nuevo Godzilla en la época actual.

Son tantas las ideas que a veces se superponen, pero no dejan de resultar interesantes. No necesariamente son coherentes entre sí, pero Omori saca un conejo de la galera a cada rato. Y cuando llegan los combates de monstruos, los escenarios son impresionantes. La gigantesca maqueta del combate final entre Godzilla y King Ghidorah es alucinante. Lo que desmerece a la película son esos enredos entre tantas historias, y los efectos especiales cuando la trama se centra en los humanos. Cuando el androide de los viajeros del tiempo se pone en acción no deja de parecer un Terminator de cuarta – incluso pierde partes de piel y sus órganos cibernéticos quedan a la vista -, y el diseño de la nave es muy onda disco. Las lucecitas de colores de los rayos laser hacen acordar a las películas italianas baratas de sci fi.

Godzilla vs King Ghidorah 1991 es una genialidad fallida. Es una lástima que Omori no le hiciera una pulida de último momento para convertirla en un nuevo clásico de la saga. Es formidablemente entretenida, aunque a veces la historia se sale de la vaina. Pero es compulsivamente recomendable para los fans de la serie.

LA SAGA DE GODZILLA

Los filmes de la saga de Godzilla son: Godzilla (1954), Godzilla Raids Again / Gigantis the Fire Monster (1955), Godzilla, Rey de los Monstruos! (1956), King Kong vs Godzilla (1962), Mothra vs Godzilla (1964), Ghidorah the Three-Headed Monster (1965), Monster Zero (1965), Godzilla contra los Monstruos del Mar (1966), Son of Godzilla (1968), Destroy All Monsters (1968), Godzilla’s Revenge (1969), Godzilla vs Hedorah (1971), Godzilla vs Gigan (1972), Godzilla vs Megalon (1973), Godzilla vs Mechagodzilla (1974), Terror de Mechagodzilla (1975), Godzilla 1985 (1984), Godzilla vs Biollante (1990), Godzilla vs King Ghidorah (1991), Godzilla vs Mothra: La Batalla por la Tierra (1992), Godzilla vs Mechagodzilla (1993), Godzilla vs Space Godzilla (1994), Godzilla vs Destoroyah (1995), Godzilla 2000 (1999), Godzilla vs Megaguirus (2000), Godzilla, Mothra and King Ghidorah: Giant Monsters All-Out Attack (2001), Godzilla Against Mechagodzilla (2002), Godzilla: Tokyo SOS (2003), Godzilla: Final Wars (2004), Shin Godzilla (2016), Godzilla: Minus One (2023). Godzilla (1998) es la versión americana dirigida por Roland Emmerich; Godzilla (2014) es el reboot norteamericano dirigido por Gareth Edwards. Godzilla II: El Rey de los Monstruos (2019) es su secuela. Godzilla vs Kong (2021) completa la saga. – ¿Qué es el Kaiju Eiga? es un artículo que reseña los inicios y la historia del género japonés de monstruos gigantes.