Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
Japon, 1995: Takuro Tatsumi (Dr. Kensaku Ijuin), Yôko Ishino (Yukari Yamane), Yasufumi Hayashi (Kenichi Yamane), Megumi Odaka (Miki Saegusa), Sayaka Osawa (Meru Ozawa), Saburo Shinoda (profesor Fukazawa)
Director: Takao Okawara, Guión: Kazuki Omori, Musica – Akira Ifukube
Trama: La isla Bass – donde se encontraban Godzilla y su hijo – se ha hundido a causa de una fisión masiva de Uranio. La fuerza G – el equipo especial dedicado a monitorear a Godzilla – no encuentran rastros de ninguna de las criaturas. Mientras tanto, los nietos del Dr. Yamane – el científico que combatió a Godzilla en 1954 – se encuentran tras la pista del Dr. Ijuin, quien parece haber descubierto una nueva forma de energía basada en los escritos del Dr. Serizawa – el creador de la bomba de oxígeno que abatiera a la gran G hace 50 años -. Al principio intentan detener al científico, pero pronto una terrible noticia les hará cambiar de parecer: el accidente nuclear de la isla Bass ha provocado una fisión nuclear en el organismo de Godzilla, y la criatura tiene los días contados hasta que provoque una reacción atómica en masa y destruya al planeta. La única manera de salvar a la Tierra del holocausto es destruir a Godzilla, y para ello le piden a Ijuin que vuelva a fabricar la bomba de oxígeno que había creado Serizawa. Pero las cosas se complican aún más, cuando un crustáceo prehistórico hallado en la zona en donde destruyeran a Godzilla en 1954 ha aparecido, mutando y transformándose en una gigantesca bomba de oxígeno ambulante.
Godzilla vs Destoroyah es la octava entrada de la etapa Heisei y el film número 22 de toda la saga. También marca el 50 aniversario de la creación del monstruo más popular de Japón. La Toho simplemente decidió lanzar la casa por la ventana antes de poner a la saga en un impasse y cediendo sus derechos a la Sony para lo que sería la desastrosa versión americana de 1998 dirigida por Roland Emmerich. El estudio volvería a relanzar la franquicia con la excelente Godzilla 2000.
Pero Godzilla vs Destoroyah no es el film memorable que debería haber sido, más si tenemos en cuenta que su premisa central es la muerte de Godzilla. Es una película que comienza a crear unas expectativas enormes – Godzilla ha entrado en reacción nuclear, y cuando llegue a la fisión puede devastar al mundo; los nietos del Dr. Yamane del film original son los protagonistas, e incluso Momoko Kochi regresa en su rol de la sobrina del científico después de 50 años de haber aparecido en el original -. Está Godzilla Junior (que ya no es más Minya, ese horrible mamotreto que crearon en 1967, sino una versión adolescente y evolucionada de la gran G), y regresan el Super X (el super avión capaz de congelar al monstruo) y la bomba de oxígeno. En ese sentido la película tiene un fortísimo sentido de la continuidad con el film de 1954, y da la impresión de que fuera el capítulo final para cerrar todo el ciclo.
Los efectos especiales son excelentes para su época. Ahora Godzilla luce un pecho de lava ardiente que ilustra la fisión nuclear en ciernes, y cuando se mueve en el agua evapora todo a su paso. El look del monstruo es espectacular – uno piensa en Ultimate Spiderman, por ejemplo; una visión realmente estilizada del héroe – y tanto los rayos como las maquetas lucen impecables. Además las secuencias de destrucción masivas se ven gloriosas.
El punto negativo de Godzilla vs Destoroyah es precisamente el monstruo antagonista, que es un mamotreto y tiene problemas tanto de historia como de animación. Al estar tan centrada la trama en el tema de Godzilla como mega bomba nuclear ambulante, el film descuida completamente a Destructor (o Destroyer, o Destoroyah), y no explica claramente cuáles son sus reglas. Usualmente en los filmes de Godzilla la historia se centra en el villano, detallando cómo evoluciona y cuáles son sus objetivos. Pero aquí Destoroyah aparece de la nada (después de 50 años), comienza a mutar, es enjambre, se unifica, hay un Destoroyah adulto y un super Destoroyah…. y todo termina por dar la impresión de un inmenso pastiche atachado al film principal de Godzilla. Ciertamente el 99% de las películas de la gran G tienen a un monstruo antagonista, pero le dan espacio para crear su propia mitología. Aquí las apariciones de Destoroyah son invasivas a la trama – ¿para qué, si ya teníamos el dilema moral de Injui junto con la reacción en cadena de Godzilla? -. El otro detalle que afecta a Destoroyah es la mala edición de sus escenas – el espectador no sabe si está muerto, cómo se volvió a convertir en enjambre, y si al final sirve para algo como bomba de oxígeno ambulante -.
La trama es interesante hasta el clímax, en donde la mala edición de las apariciones de Destoroyah arruinan la secuencia. Es una verdadera lástima, porque el 80% del film es muy bueno. Por supuesto, Godzilla cae, pero nos queda su hijo (no es ningún spoiler, ya que es el slogan de venta de la película). El combate es bastante intenso, pero también es cierto que es el único del film. Las escenas se ven espectaculares, pero es cierto que a esa altura la película comenzó a hacer trampas respecto de las mismas reglas que había creado (¿no era que con la muerte de Godzilla venía el fin del mundo?). Si no fuera por lo desparejo del último tercio del film, Godzilla vs Destoroyah hubiera sido todo un clásico. De todos modos es una entrada muy destacable en la larga saga de Godzilla.