Crítica: Godzilla: Tokio SOS (Godzilla vs Mothra vs MechaGodzilla) (2003)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japon, 2003: Noboru Kaneko (Yoshito Chujo), Miho Yoshioka (Azusa Kisaragi), Mitsuki Koga (operador de Mechagodzilla Kyosuke Akiba), Masami Nagasawa (Shojibin), Chihiro Otsuka (Shobijin), Koh Takasugi (Teniente Togashi), Hiroshi Koizumi (Dr. Shinichi Chujo), Akira Nakao (Premier Hayato Igarashi), Koichi Ueda (General Dobashi), Norman England (Sargento Woodyard), Naomasa Rokudaira (Goro Kanno)

Director: Masaaki Tezuka; Libreto: Masaaki Tezuka y Masahiro Yokotani ; Música: Michiru Ôshima

Trama: En el film anterior, un nuevo Godzilla había aparecido y había sido vencido por una versión robótica similar a él, conocida como Mechagodzilla o Kiryu. Ahora el comando de defensa del Japón se encuentra reparando al gigantesco robot. Pero las diminutas gemelas de la Isla Infante (hogar de Mothra) se le aparecen al Dr. Chujo (quien las encontrara 45 años antes), y le dan un mensaje: Kiryu ha sido construido con los huesos del Godzilla original de 1954, y el espíritu del monstruo no descansará hasta que sus restos regresen al mar. Chujo inicia contactos a nivel gubernamental para desmantelar el proyecto Kiryu, diciendoles que las gemelas les han dado su palabra que Mothra aparecerá a defender Japón ni bien vuelva a aparecer Godzilla. Pero ministros y militares desoyen la advertencia. Y el gigante verde vuelve a aparecer en Tokio, desatando una oleada de destrucción. Pronto llegará el enfrentamiento entre Godzilla y Mothra, ayudado por el robot gigante que no se encuentra totalmente reparado.

Godzilla: Tokyo SOS Esta es la penúltima entrega de la serie Millenium, antes de la excelente Godzilla: Final Wars del 2004. Pero en general, la serie Millenium ha obtenido tibias respuestas por parte del público. Entre las diversas características de esta etapa merece mencionarse una mayor calidad en los guiones, un tratamiento respetuoso de los personajes, un superior nivel de efectos especiales, algunos cameos de intérpretes históricos de la saga, y la supresión de la continuidad con filmes de etapas previas. Vale decir, todas las películas de la serie Millenium toman el film de 1954 como única fuente, y omiten todas las instancias intermedias. Esto no implica que en algunas de estas entregas, Godzilla regrese a jugar el rol de defensor del Japón. Pero generalmente perfilan al gigante en su papel inicial de agresor. Godzilla: Tokyo SOS es una suerte de mezcla de roles, a veces no demasiado clara.

Godzilla: Tokyo SOS es el primer film de toda la saga que posee continuidad de la película anterior – Godzilla vs Mechagodzilla (2002) -. Y sin ver dicha entrega, es difícil ubicarse en lo que está pasando. Durante el largometraje uno va percibiendo algunas cosas, pero resulta necesario leer siquiera un resumen de lo que pasó en la cinta anterior para intentar seguir un poco la historia. En Godzilla vs Mechagodzilla, la historia trataba de que el monstruo había perecido en 1954 con la bomba destructora de oxígeno, que habían quedado sus restos bajo el mar, y que Japón impulsó la construcción de una enorme versión robótica de Godzila – para su defensa -, utilizando los huesos (?) de éste como estructura base para Mechagodzilla. Y en el 2002 aparece un nuevo Godzilla, desatando una nueva orgía de destrucción, pero siendo vencido por el robot (que lo llaman Kiryu).

En todo caso, se puede hablar de un binomio de películas de corte místico y hasta existencialista. Ya Godzilla no es un animal sino un símbolo, una fuerza del destino reivindicadora que se dirige imparable a recuperar sus restos. Si uno piensa en términos de lógica y realidad, esto resultaría en un delirio sin pies ni cabeza – ¿acaso hay una raza de Godzilas esperando atacar de uno a Japón? -. Pero el film termina por plantearlo en términos sobrenaturales: es un espíritu que se reencarnará, todas las veces que sea necesario, hasta que sus restos descansen en paz. No sería muy atrevido aseverar que en estos dos filmes, Godzilla cumple una función divina.

Mientras esto resulta bastante claro, lo que no lo es tanto es la lógica (dentro de estas reglas del juego cinematográfico) de que la versión robótica utilice huesos de un animal como backbone. Es simplemente el pretexto del filme. Mechagodzilla no es un personaje nuevo – ha aparecido en Godzilla vs Mechagodzilla pero del año 1974 -, pero en aquella ocasión era producto de una raza alienígena dispuesta a invadir la Tierra, y que había desatado al robot para combatir a la única fuerza en el planeta que podía detenerlos (¿adivinen quien es?). Y después apareció en filmes posteriores, también como mecanismo de defensa creado por los humanos para lidiar con el gigante verde. Godzilla: Tokyo SOS borra de un plumazo toda referencia previa a los orígenes de este personaje.

También vuelven a aparecer las gemelas diminutas, que son las deidades guardianas de la Isla Infante, así como el actor Hiroshi Koizumi – que participó en la original Mosura de 1961 -, y por supuesto la mariposa gigante Mothra que es posiblemente el segundo monstruo más popular de Japón después de Godzilla – puesto compartido con Gamera, que es la criatura de la saga producida por la Dalei y competidora de la Toho -. Posiblemente lo que vuelve tan popular a Mothra tenga que ver con la quintaesencia de la cultura japonesa: la mariposa es una criatura bella, una deidad que siempre muere, renace, evoluciona desde su capullo, y regresa, y que permanentemente se encuentra dispuesta a defender al Japón. No es una criatura impresionante o de aspecto agresivo, y posee cualidades justas. Para el espectador occidental no hay nada más desabrido que un combate entre Godzilla y Mothra, donde el gigante atina golpes y la mariposa solo produce tormentas de viento con sus alas. Pero para los japoneses va más allá: es un combate entre el bien y el mal, entre lo horrible y lo bello y perfecto, además del espíritu de sacrificio que posee Mothra por la humanidad y que siempre es recompensado con la resurrección. No sería arriesgado decir que este binomio de films tiende a darle un background místico a Godzilla con características similares a la historia de la mariposa gigante. El monstruo renacerá todas las veces que sea necesario hasta que recupere sus huesos (y su alma descanse en paz).

Pero más allá de todas estas ideas que pueden resultar interesantes, no pasa de ser una película apenas correcta de la saga. El ritmo está bien, las actuaciones también, y se sigue manteniendo el respeto por la historia y los personajes. Pero hay algo que falla en la dirección, y es cierta falta de tensión en los combates, amén de que los efectos especiales son muy desparejos – hay momentos de calidad impecable, y otros en que resulta obvio que los decorados son de cartón y que los monstruos son hombres disfrazados -. Comparado con la excelente calidad de Godzilla 2000, este resulta un film mediocre. A esto se suma la trama algo rebuscada – incluso para esta saga -, que termina por restarle algunos puntos.

Es interesante observar que en general el público no ha recibido muy bien a la serie Millenium. No todos los filmes de esta etapa han dejado ganancias, ya sea por un aumento de costos debido a los FX, y en buena parte por tibias respuestas de taquilla. Quizás los adolescentes japoneses no resulten tentados en la nueva propuesta – el anime les resulte más atractivo -, o bien el público adulto ha terminado por darle espalda, basados en los recuerdos de la era más primitiva e infantil de la saga. El tema es que estas nuevas peliculas suelen costar entre 10 y 15 millones de dolares, y pueden recaudar cuando mucho 25 millones. Y en los casos (como Godzilla 2000) que han obtenido estreno en Norteamérica, sólo han obtenido un par de millones adicionales de parte de los espectadores yanquis. Donde la Toho recupera terreno es en el área de video, donde la saga mantiene su status de culto. Pero, por desgracia, la serie ha ido perdiendo popularidad con el paso de los años. Lo cual es una verdadera lástima, ya que una bazofia como la version 1998 de Roland Emmerich ha obtenido más de 200 millones de dolares de recaudación, y la nueva etapa japonesa mantiene muy buenos niveles de calidad. Por eso, la Toho filmaría una vez más, en la excelente Godzilla: Final Wars para el 2004, e impondría un impasse de entre 5 y 10 años hasta relanzar en un futuro a la serie, con más aire y mayores bríos.

LA SAGA DE GODZILLA

Los filmes de la saga de Godzilla son: Godzilla (1954), Godzilla Raids Again / Gigantis the Fire Monster (1955), Godzilla, Rey de los Monstruos! (1956), King Kong vs Godzilla (1962), Mothra vs Godzilla (1964), Ghidorah the Three-Headed Monster (1965), Monster Zero (1965), Godzilla contra los Monstruos del Mar (1966), Son of Godzilla (1968), Destroy All Monsters (1968), Godzilla’s Revenge (1969), Godzilla vs Hedorah (1971), Godzilla vs Gigan (1972), Godzilla vs Megalon (1973), Godzilla vs Mechagodzilla (1974), Terror de Mechagodzilla (1975), Godzilla 1985 (1984), Godzilla vs Biollante (1990), Godzilla vs King Ghidorah (1991), Godzilla vs Mothra: La Batalla por la Tierra (1992), Godzilla vs Mechagodzilla (1993), Godzilla vs Space Godzilla (1994), Godzilla vs Destoroyah (1995), Godzilla 2000 (1999), Godzilla vs Megaguirus (2000), Godzilla, Mothra and King Ghidorah: Giant Monsters All-Out Attack (2001), Godzilla Against Mechagodzilla (2002), Godzilla: Tokyo SOS (2003), Godzilla: Final Wars (2004), Shin Godzilla (2016), Godzilla: Minus One (2023). Godzilla (1998) es la versión americana dirigida por Roland Emmerich; Godzilla (2014) es el reboot norteamericano dirigido por Gareth Edwards. Godzilla II: El Rey de los Monstruos (2019) es su secuela. Godzilla vs Kong (2021) completa la saga. – ¿Qué es el Kaiju Eiga? es un artículo que reseña los inicios y la historia del género japonés de monstruos gigantes.