Crítica: El Fantasma de Peter Sellers (2018)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

3 atómicos: buenaChipre, 2018: Con la participación de Peter Medak, Joe Dunne, Simon van der Borgh, Peter Sellers, Spike Milligan (como ellos mismos)

Director: Peter Medak

Trama: La crónica de la caótica filmación de la comedia de piratas Ghost in the Noonday Sun de 1974, plagada de contratiempos y desastres y donde el director Peter Medak tuvo que lidiar con la caótica conducta de la estrella del filme, Peter Sellers, decidido a sabotear la cinta a cualquier costa.

Crítica: El Fantasma de Peter Sellers (2018)

Películas malditas. La historia del cine está llena de ellas. Filmes que viven en la leyenda, ya sea por lo cruento de su rodaje, por el escándalo que produjeron al estrenarse o por lo disparatado de su producción por lo cual nunca llegaron a terminarse. Desde el abortado (primer) rodaje de El Hombre de la Mancha de Terry Gilliam hasta la chifladísima puesta en escena de Dune by Alejandro Jodorowski, eso sin contar las distintas versiones de La Isla del Doctor Moreau (la rodada con Marlon Brando en 1996) o o los contratiempos de Francis Ford Coppola al filmar Apocalipsis Now … disparates de todo tipo y color que dejaron profundas cicatrices en sus hacedores y que solo en contados casos pudieron ver la luz (o siquiera triunfar de manera pírrica, como le pasó a Coppola con su épica sobre la Guerra de Vietnam que se llevó toda su fama y fortuna). Ahora llega un nuevo documental sobre otro proyecto cinematográfico descarrilado – el accidentado rodaje de Ghost in the Noonday Sun, una comedieta de cuarta protagonizada por Peter Sellers en 1974, justo en el período en el que el inglés estaba mas descontrolado que nunca y su carrera se iba a pique a pasos acelerados -, el cual solo puede interesar a algunos completistas de la historia del cine, algunos cinéfilos curiosos y quizás un puñado de fans de Sellers, deseosos por saber cada amargo pormenor de su venerado ídolo. No es el making off de Citizen Kane, créanme, sino la catarsis de un tipo – el director del mencionado filme, Peter Medak, al cual conocemos por Romeo is Bleeding y Species II -, el cual vivió un rodaje de pesadilla debido a que la estrella de su película decidió sabotearla… vaya uno a saber por qué motivo.

En general este tipo de crónicas suele ser fascinante pero The Ghost of Peter Sellers sólo consigue atrapar la atención del espectador de a ratos, y eso ocurre porque Medak se pone en el centro de todo… y no es el tipo mas interesante ni carismático del mundo. Todo el filme funciona como una catarsis tardía rodada frente a la cámara y, como la víctima es la que hace el documental, el mismo se vuelve repetitivo e indulgente de a ratos. Es posible que haya una historia muy interesante para contar sobre el rodaje de Ghost in the Noonday Sun pero ello no ocurre en esta versión: era necesario que un tercero – neutral y objetivo – se hiciera cargo de las entrevistas, supiera bien lo que iba a preguntar a los entrevistados y hundiera el cuchillo hasta el hueso en el tema sin tomar prisioneros (y esto apunta al propio Medak, el cual se bandea entre ingenuo y temerario por haber afrontado una producción difícil, sin script terminado y armada de apuro, cuyo mayor mérito era poner a una estrella super conocida – pero altamente inestable – al frente). Medak se vuelve hartante – por momentos le hubiera gustado matar a Sellers y lo putea y, en otros, lo alaba y se emociona por haber conocido a un genio de la comedia – y por momentos busca alevosamente compinches para que ellos hablen mal de Sellers en vez de poner la cara él mismo. Por ejemplo hay una ultrafugaz intervención de Robert Wagner – compañero de elenco de Sellers en La Pantera Rosa original – que ni ameritaba la pena incluir ya que Wagner se limita a decir que sí y a hacerse el sorprendido con lo que Medak le cuenta del rodaje (del cual Wagner ni siquiera participó) en una secuencia que no llega a los 20 segundos de duración.

La realidad es ésta: ya Sellers había demostrado (con creces) que estaba descontrolado desde finales de los 60’s: la filmación de la anárquica Casino Royale (1967) es una prueba cabal de ello, desapareciendo del rodaje, no queriendo compartir cámara con Orson Welles, y terminando por ser expulsado cuando en realidad su personaje llegaba hasta el final de la trama, razón por la cual tuvieron que reescribir el libreto de apuro (para mas datos vean nuestra review de Llámame Peter: La Vida y Muerte de Peter Sellers (2004)). Después de eso se dedicó a rodar una tanda de películas horribles, sendos fracasos de taquilla – desde comedias espantosas hasta papeles dramáticos e incluso violentos, como si Sellers quisiera reinventarse como actor serio y volver a ganar el favor de la crítica -, las cuales pusieron a su carrera en un serio dilema. Súmese a eso su divismo, sus enormes problemas de salud, sus adicciones y obtendrán un panorama de lo que se toparía Medak en 1974. Por otra parte el director húngaro – que venía de buena racha con tres películas alabadas por el público y la crítica – jamás había dirigido una comedia, nunca había tratado a Sellers y no tenía ni idea de lo caótico que es rodar en el mar – lo cual significa retrasos interminables y una sangría financiera imparable, algo de lo que James Cameron, Kevin Costner y Steven Spielberg pueden dar fe -. Deseoso de tener un masivo éxito comercial y acuciado por las deudas provocadas por el nacimiento de su segunda hija, Medak terminó por aferrarse a un proyecto a medio cocinar sin tener la mas mínima idea de dónde se metía. Se fue a Chipre a rodar una de piratas con un barco que no funcionaba, un clima cambiante, un par de productores torpes y un libreto sin terminar. Sellers venía de romper 24 horas antes con Liza Minelli – los diálogos telefónicos entre los dos van de lo bizarro a lo sicodélico – y llegó deprimido y lleno de pretensiones. La primera semana hizo despedir a dos productores y a la segunda ya estaba a las puteadas con el director – con el tiempo uno asume que firmó contrato sin leer el libreto, el cual no le gustó ni un poco ni bien lo tuvo a mano, y comenzó una campaña para salirse del filme llevándose la plata y sin trabajar -. Llegadas tarde, faltazos al rodaje… la cosa fue in crescendo hasta el punto que un día simuló tener un infarto – el tipo tuvo ocho seguidos (!) en la agitada luna de miel que tuvo con Britt Ekland apenas un par de años antes -, lo internaron… y a los dos días se había fugado en secreto y estaba de joda con varias celebridades en Londres (algo que Medak descubrió por casualidad al comprar un tabloide en Chipre, confiado en que el tipo todavía seguía en el hospital que estaba a unas cuadras del set de rodaje). Mientras tanto la filmación sangraba dinero, las cosas entre el estudio y el director se había agriado al extremo y no había manera de cancelar el rodaje por los compromisos financieros tomados. Así que la película tenía que terminarse si o si, aún cuando el protagonista nunca aparecía por el set.

Hay muchas anécdotas sobre la filmación que dan para un documental interesante y jugoso… lástima que Medak se la pasa poniéndose en el medio, victimizándose y sin hacer preguntas filosas la mayor parte del tiempo. Se la da de civilizado y comprensivo cuando en realidad lo que cualquiera (con sangre en las venas) hubiera deseado era saltarle a la yugular a Sellers y acogotarlo hasta que quedara violeta. Por otra parte las escenas que muestran del filme original carecen de gracia absoluta – es obvio que Medak no tiene timing cómico – y se nota que era otra de esas comedias superindulgentes, plagadas de improvisación y disfraces, que marcaron toda la última etapa de la carrera de Sellers a excepción del salvavidas que le tiró Blake Edwards con El Regreso de la Pantera Rosa, la cual rescató al bufo de seguir haciendo películas de cuarta.

Hay muchas cosas interesantes en The Ghost of Peter Sellers incluyendo a Sellers toreando a su co-protagonista Tony Franciosa, el cual era un cabrón legendario con fama de irse a los bifes con cualquiera por cualquier cosa, razón por la cual nunca llegó al estrellato y quedó relegado a papeles en la TV; la intervención de un antiguo socio de Sellers de la era de The Goon Show, Spike Milligan, el cual fue contratado de apuro para intentar emparchar la producción a como diera lugar y que terminó enfrentado con su viejo amigo -, pero no como las expone Medak. Su speech suena artificial y el tono es dispar hasta el borde de lo esquizofrénico – al final Medak se sienta con una estatua de Sellers en un parque y se pone a moquear recordando el haber conocido a uno de los mayores genios cómicos de la historia del cine… cuando cinco segundos antes, en otra secuencia, quería rociarlo con nafta y prenderlo fuego -. Como le dice a Medak un veteranísimo ejecutivo de la industria cinematográfica británica “todo se trata de dinero; listo, la película fue mala, la gente fue al cine para llorar, reír y entretenerse durante dos horas y no obtuvo nada de eso… ¡y ya está!; las cicatrices no se hacen mas chicas con el paso del tiempo ni por volver a hurgar en ellas; perdimos dinero, sigo comiendo mis tres comidas diarias, no fue nada demasiado traumático sino un gaje del oficio”. Y esa es la mejor definición de lo realmente ocurrido en 1974. El resto es un devaneo de Medak por recuperar cámara usando el nombre de Sellers para vender el documental. Si todo el mundo ya sabía que era un descontrolado… ¿por qué pedirle peras al olmo y esperar que se porte bien con vos cuando le hizo sudar sangre a todos los directores que lo contrataron en los años anteriores?.

El Fantasma de Peter Sellers tiene su cuota de momentos fascinantes pero le falta efectividad; está mal relatada y eso disipa el shock de las revelaciones sobre todo lo ocurrido. Le falta objetividad y una brújula, y aunque Ghost in the Noonday Sun no sea ni por asomo una película notable, la narrativa del detrás de escenas tenía mucho material para cortar. Es por supuesto, material de interés solo para los cinéfilos… y aunque no soy ni por asomo el super fan de Sellers admito que dos por tres me topo con alguna que otra revelación sobre su persona que me deja pasmado… y que se me hace inevitable replicar escribiendo unas líneas sobre el tema en este portal.