Crítica: Galaxia del Terror (Galaxy of Terror) (1981)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1981: Edward Albert (Cabren), Erin Moran (Alluma), Zalman King (Baelon), Ray Walston (Kore), Sid Haig (Quuhod), Bernard Behrens (Ilvar), Robert Englund (Ranger), Grace Zabriskie (Trantor), Taafee O’Connell (Damera)

Director: Bruce D. Clark – Guión: Bruce D. Clark & Mark Siegler

Trama:  El Maestro – ser de luz de infinita inteligencia – es el regente del planeta Xerxes. Ahora ha recibido noticias de que restos de la desaparecida nave Rebus han sido avistados en el planeta Morganthus, y ha despachado una misión de rescate. Pero la nave en la que viajan los rescatistas sufre daños y es atraída hacia la superficie de Morganthus por una fuerza inexplicable que les impide despegar. Al explorar el planeta encuentran los restos de la Rebus con toda su tripulación muerta o devenida en criaturas mutantes; y, al continuar investigando, se topan con una pirámide enorme – vestigio de una antigua civilización alienígena -, de la cual emana el poder que les impide despegar y que habría derribado a la Rebus. Pero el interior de la pirámide es un laberinto mortal, plagado de trampas y criaturas letales, y solo los mas valientes y osados son capaces de avanzar en su exploración. Y, aquellos que sobrevivan, se toparán con un misterio insondable en el centro de la monumental construcción extraterrestre.

Crítica: Galaxia del Terror (Galaxy of Terror) (1981)

En el fondo de todo aquí hay una buena idea que debe luchar contra la incompetencia del libreto y los mediocres valores de producción – ni que hablar de un casting dispar -. Hablamos de Galaxia del Terror, un exploitation de New World Pictures que data de los años 80, cuando el estudio estaba en manos de Roger Corman y producía clones de éxitos conocidos. Acá Galaxy of Terror intenta subirse al carro de Alien con mundos alienígenas neblinosos, extraterrestres que devoran tripas y desparraman mucho ketchup – pero cuenta con un plus: en el medio mezcla unas gotas de Forbidden Planet y el licuado se vuelve interesante. Los aliens asesinos ahora son fruto del inconsciente de los exploradores espaciales y solo el mas frío e imperturbable podrá sobrevivir. Sí, Galaxy of Terror en realidad es mas conocida por la atroz escena donde un gusano gigante se empoma a una rubia pero, bueno, sin tetas no hay paraíso (diría Corman).

Pero aún siendo un producto de cuarta hay trazos de una idea que podría ser genial en manos de otro director y con un presupuesto decente. Hay bastantes efectos especiales pasables – obvio, reciclando cosas de otros filmes de Corman como naves y decorados de Batalla Mas Allá de las Estrellas, esa de los Siete Magníficos en el Espacio – y un buen clima de suspenso, lo que compensa algunas atrocidades del libreto y del elenco: desde una chiflada Grace Zabriskie (“listo! salió mal, nos vamos a matar, está todo perdido” y se tira resoplando en el sillón de mando con la misma actitud de si hubiera perdido una partida de un videojuego en vez de asumir que, en cuestión de segundos, ella y toda la tripulación van a morir por su incompetencia como piloto); Zalman King – futuro director de filmes eróticos – sobreactuando mal; el insufrible Robert Englund antes de volverse un ícono de culto con Pesadilla en lo Profundo de la Noche; una mina síquica pasada de cafeína que, cada vez que habla, abre los ojos lo mas que puede; y Edward Albert con un bigotito que la da pinta cual modelo de tapa de la revista Honcho. La lección de dignidad la dan los veteranos como Ray Walston, Bernard Behrens y hasta un medido (y mudo) Sid Haig.

La historia en si es bastante extraña; si uno se atiene por la cultura y los nombres, estos tipos no son terrícolas (¿serán terranos?). Hay una suerte de emperador / ser de luz que maneja todo y juega videogames con lasers con su consejero de turno; el tipo manda a una tripulación sacrificable a hacer un rescate imposible en el planeta Morganthus; algunos de los tripulantes (como la Zabriskie) pasaron por una experiencia similar hace unos años y quedaron medio tocados; en el medio del planeta hay una misteriosa pirámide llena de pasadizos orgánicos; y bichos de todo tipo los atacan mientras intentan llegar al centro de la pirámide, donde hay una fuerza magnética que les impide escapar del planeta.  No queda muy claro que los bichos que los atacan sean monstruos creados por el inconsciente (a lo Planeta Prohibido) hasta que un miembro de la tripulación lo dice; los flacos se tratan mal, hablan sandeces y se pasean por el mismo decorado una y otra vez. Lo que compensa esta mediocridad es que las muertes / los ataques son gore puro (la violación del gusano, a pesar de ser chocante, es lo mas original que tiene el filme para ofrecer) y la revelación final, aunque mal explicada y no demasiado coherente – (alerta spoilers) que el emperador / ser de luz es el cocinero interpretado por Walston y que todos los ataques no son mas que pruebas para buscar el correcto reemplazante en el mando de la pirámide la cual es un artilugio creado por una raza alienígena para educar a sus niños en el control del miedo (fin spoilers) – al menos es intrigante. Hay muchos planos gigantes que recuerdan a Planeta Prohibidosobre todo la maquinaria viviente que quedó de una antigua civilización alienígena -, lastima que el libreto mete la pata con terribles diálogos cada vez que da dos pasos en el sentido correcto.

Galaxy of Terror es una mediocridad que tiene mas substancia de lo que uno podría imaginar. Hace 40 años que estoy por verla desde que vi el afiche en la puerta del cine Princess de Montevideo (que es mucho mejor que toda la película y me hace acordar a las ilustraciones de Conan de Richard Corben), pero siempre le esquivé porque pensé que era un festival barato de gelatina roja y tripas de plástico. Ahora me saqué el gusto y resultó un poco mejor de lo esperado, aunque sigue sin llegar al nivel de una película 100% potable.