Crítica: Freddy vs Jason (2003)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2003: Robert Englund (Freddy Krueger), Ken Kirzinger (Jason Voorhees), Monica Keena (Lori Campbell), Jason Ritter (Will Rollins), Kelly Rowland (Kia), Brendan Fletcher (Mark Davis), Katharine Isabelle (Gibb), Christopher George Marquette (Linderman)

Director: Ronny Yu, Guión: Damian Shannon & Mark Smith

Trama: El asesino serial Freddy Krueger existe como una entidad sobrenatural que sólo vive en los sueños de las personas que le tienen miedo. Pero han pasado muchos años desde los últimos asesinatos de Freddy y ahora nadie recuerda al maníaco homicida. Por ello, Freddy decide meterse en la mente del asesino serial Jason Vorhees, a quien dirige hasta la calle Elm para quea realice asesinatos que parezcan de su autoría. La gente comienza a tener miedo y Freddy empieza a tener cada vez mayor poder. Pero hay un grupo de adolescentes que ha descubierto que Freddy comanda a Jason, e intentará traer al deforme homicida a esta dimensión … pero dicha misión demostrará ser letal y dejará una enorme cantidad de cadaveres en el camino.

Freddy vs Jason Hollywood sin ideas; Hollywood copiándose a sí mismo. Una de las cosas más evidentes que uno puede percatarse en los últimos años es que la gente de Hollywood no cree en apuestas nuevas, y se aferra a marcas preestablecidas, lo que le garantiza una cantidad mínima de público. Desde las remakes de películas clásicas o medianamente conocidas de todo tipo de género y color, hasta las remakes de series de TV, secuelas, precuelas, y un largo etcétera de combinaciones. En todas esas fórmulas, hay una que aún no han probado demasiado, y es la de los crossovers: combinar dos o más franquicias en un filme. En los 40 la Universal lo había hecho como último signo de agotamiento para sus series de Dracula, Frankenstein y el Hombre Lobo; en la actualidad, sólo ha existido la tibia saga de Aliens vs Depredador y la proyectada película de Los Vengadores, que combinaría superhéroes de la Marvel encarnados por los actores originales procedentes de sus respectivos filmes – aunque en realidad The Avengers ya era un proyecto independiente con su propio comic -. Pero antes de esta moderna (y modesta) serie de crossovers, existió Freddy vs Jason; un intento descarado de resucitar dos franquicias de terror que fueron muy rentables en los años 80, pero que a esta altura habían quedado sepultadas bajo toneladas de secuelas mediocres. Y lo cierto es que, si bien el filme tuvo una recaudación interesante, no hizo nada innovador ni meritorio como para revivir de manera permanente las franquicias de los personajes principales. A 7 años del experimento de Freddy vs Jason, lo único que han logrado los estudios ha sido un par de deslucidas remakes – Pesadilla en la Calle Elm (2010) y Martes 13 (2009) – que tampoco pudieron relanzar a los personajes ante el público de las nuevas generaciones.

La idea de cruzar a Freddy Krueger con Jason Voorhes no es nueva. Desde principios de los 90 el productor histórico de Martes 13, Sean S. Cunningham, había estado intentando realizar el crossover. Primero recompró los derechos de la saga de Jason a la Paramount, e incluso en Jason va al Infierno (1993) tiraba la idea en el último fotograma – donde Jason muere y vemos una garra con navajas tomando la máscara de hockey del asesino serial -, pero a la saga de Freddy todavía le quedaría un tiro del final que sería La Nueva Pesadilla de Freddy (1994). Cunningham se acercaría a la gente de New Line Cinema – dueña de los derechos de Freddy – y allí el proyecto entraría en el development hell durante una década, con ideas tales como Freddy y Jason combatiendo al demonio en el infierno, luchando contra el Depredador (!), desatando el apocalipsis en la cercanía del nuevo milenio, o siendo combatidos por Ash de la franquicia de Sam Raimi Evil Dead (un proyecto que siempre flotó en el ambiente, aún después de estrenar Freddy vs Jason). Pero de todos esos delirios el libreto que terminaría por triunfar es el de los ignotos Damian Shannon y Mark Swift (que no escribirían nunca más para cine, quizás por vergüenza), al que anónimamente le metieron mano la mitad de la comunidad de escritores de Hollywood como David Goyer. Y lo cierto es que el resultado final es muchisimo mas chato y pobre de lo que uno podría esperar para semejante ocasión del choque de dos gigantes (?!) del terror contemporáneo.

Seamos sinceros. La saga de Jason estaba compuesta de películas malas con asesinatos shockeantes y sangrientos. La saga de Freddy estaba compuesta de películas malas con asesinatos novedosos, creativos y sangrientos. Mientras uno partía gente a la mitad, el otro se transformaba en un demonio mutante que mataba gente en escenarios surrealistas propios de Salvador Dali. En el medio de todo ello, había toneladas de malos actores y pésimos diálogos. El gran problema con dichas sagas es la proliferación de trampas del libreto y reglas de juego no muy claras. Mientras que Jason es el Superman de los asesinos seriales, Freddy es una especie de Dios pagano. El tema es que nunca nadie explicó cómo se puede liquidar a Superman (cual es su kriptonita) y mucho menos, cómo matar a un Dios.

Y ése es el problema de fondo de Freddy vs Jason. Y es un problema molesto. Otra vez hay una tonelada de adolescentes anónimos que van a ser carne de cañon de uno u otro asesino. Freddy que precisa el miedo para ser fuerte y estar vigente, y que comanda a Jason. Gente intentando pelear sin éxito contra el gigante del machete, asumiendo (de la nada) que Freddy lo controla, y durmiéndose para poder atrapar a Freddy y traerlo a esta dimensión (wtf!!!???). Todo esto se traduce en una sucesión interminable de persecuciones y asesinatos, que se sienten más como una mala película de la saga Pesadilla que como una mala película de Martes 13. Para colmo Robert Englund habla seseoso como si fuera un asesino serial jubilado con una dentadura postiza dos talles mas grandes, y carece del timing cómico / cínico de ocasiones anteriores. Ni siquiera el director Ronnie Yu – que había hecho maravillas con La Novia de Chucky – logra revivir el muerto aquí, simplemente porque el filme se toma muy en serio a sí mismo, cuando la premisa es abominable y la ejecución muy mala.

Había montones de variantes que podrían haber ejecutado – como que Freddy hubiera molestado sexualmente a Jason cuando era niño, p.ej – que hubieran sido más satisfactorias. Pero aquí el resultado final es sideralmente estúpido; quizás le pueda rendir homenaje a los fans de ambas sagas pero, para el resto de las personas que componen este planeta, es un filme malo y sin redención alguna posible.