Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 2009: Gerard Butler (marinero), Salli Saffioti (hija menor del marinero), Siobhan Flynn (hija mayor del marinero)
Director: Mike Smith y Daniel DelPurgatorio, Guión: Alex Tse y Zack Snyder, sobre el comic Watchmen escrito por Alan Moore y Dave Gibbons
Trama: Después de haber sido atacados por un barco pirata, el capitán del navío mercante hundido se encuentra flotando a la deriva en el océano, rodeado por los cadáveres de su tripulación. Tras caer inconsciente, la marea lo arrastra a las playas de una isla desierta. Pero al despertarse, una sensación de desesperación lo abraza, temiendo que la Fragata Negra – el buque maldito que los atacara – se dirija hacia su puerto natal donde residen su esposa y sus hijas. Apremiado por sus temores, el marinero logra montar una balsa hecha con los cadáveres de su tripulación y parte hacia el puerto; pero ese será el inicio de un viaje de pesadilla, que le acarreará impensables consecuencias.
Los Cuentos de la Fragata Negra es un comic dentro del comic de la tira de culto Watchmen. Al contrario de otro material adicional que Alan Moore ha incluído en la historieta (como falsa documentación que sirve para entender la historia de este universo y generar el clima de credibilidad que la trama necesita), Tales of the Black Freighter está embebido dentro del relato, en donde un chico negro vendedor de diarios leía el falso comic, y se establecían paralelismos con la historia principal (la conspiración para matar a los superhéroes). Como la duración del filme era larga, Zack Snyder decidió podar los Cuentos de la Fragata Negra e incluirlos en versión animada en un DVD de compañía que se lanzaría al mismo tiempo que la película como parte de la campaña promocional. El mismo DVD incluye un falso documental llamado Bajo la Máscara, que sirve para recopilar buena parte de los textos adicionales de Moore, y detallar el accionar de los Minutemen (los antepasados de los vigilantes en la década del cuarenta).
Hay que distinguir dos aspectos en el análisis de Cuentos de la Fragata Negra: uno es la historia en sí, y el otro es el peso que posee dentro de la estructura de Watchmen. Como historia, es un cuento típico de cualquier compilado de narraciones fantásticas – desde las que hacía Robert Bloch hasta las de los comics de Los Cuentos de la Cripta -. No se puede analizar demasiado en ese sentido ya que ese tipo de narraciones establece un clima, genera una expectativa y termina con una sorpresa; y dado que la animación no llega a la media hora de duración, no posee el tiempo necesario para sofisticarse (ni tampoco es su intención). Como habitualmente sostengo, estos cuentos fantásticos suelen ser chistes negros camuflados – tal como eran los capítulos de La Dimensión Desconocida -. La factura técnica es impecable, la voz de Gerard Butler es perfecta para el relato, y la calidad de toda la narración es excelente sin que sea una obra maestra. La vuelta de tuerca es inesperada y uno no la anticipa.
El otro aspecto es cómo encastra esto con Watchmen, y es aquí donde abrimos el cartel de (alerta: spoilers). En primer lugar debo decir que estoy totalmente de acuerdo con la decisión artística de podar de la película principal a los Cuentos de la Fragata Negra. Cuando uno ve el acto II de Watchmen, se encuentra con todas las historias de origen de los personajes principales, las cuales son bastante lineales y fáciles de entender. El problema allí pasa porque hay demasiadas historias – Rorschach, el Dr. Manhattan, los flashbacks del Comediante, etc – que terminan por distraernos de la trama principal (la conspiración contra los héroes). Si se hubiera incluído además al animé de Tales of the Black Freighter, se hubiera generado un exceso abrumador de información (que es el mismo defecto que tiene la historieta original de Watchmen al incluir el falso comic), no sólo porque es una nueva subtrama sino porque es alegórica y hubiese requerido mucha atención del espectador para descifrarla. En el lenguaje del cine, eso significaría anclar a la platea a que resuelva un problema mientras el film sigue su curso y continua vomitando información. Lamentablemente Zack Snyder tiene la intención de encastrar la animación dentro del film (tal como el comic), con lo cual la película se iría a unas tres horas y media de duración, amén de inundar a la platea de acertijos.
Quizás el problema de fondo sea el excesivo respeto reverencial que Snyder le tiene al comic. Watchmen no es perfecto; y porque sea de culto no significa que haya que incluír todo. Hay que tener en cuenta que, en realidad, Cuentos de la Fragata Negra fue concebido por Moore como relleno para la historieta y, de ese modo, poder cubrir los 12 tomos pactados con la editorial. En sí, Tales of the Black Freighter reemplaza a la historia de origen de Ozymandias con una versión alegórica de su vida y misión. Si la historia hubiera sido lineal, posiblemente hubieran quedado a la vista pistas evidentes acerca de la trama principal de Watchmen. En cambio Moore hace aquí una ensalada que se vincula a todo si uno analiza el subtexto. Hay una nave maldita – sí, como el Perla Negra de Piratas del Caribe – que puede simbolizar tanto la guerra como el destino; hay un superviviente que empieza a perder la razón al ver tanta muerte (¿Ozymandias desquiciado por el horror que provoca el mismo hombre?), hay una misión desesperada por salvarlas, hay una ceguera de la razón que termina en tragedia (“nobles intenciones me han llevado a cometer una atrocidad”, otro paralelismo con la suerte de Ozymandias), y está el descubrimiento del protagonista como una persona condenada. Por allí hay una vela manchada de sangre que podría interpretarse como la máscara de Rorschach, y posiblemente hayan más detalles ocultos en la historia. (fin de spoilers)
Yo creo que Cuentos de la Fragata Negra está muy bien hecha, pero es una pieza solo para fans acérrimos y completistas de Watchmen. A mi juicio incluirla dentro de la película de Watchmen (en una edición especial de un futuro DVD), sería lastrarla con exceso de información críptica y desviaría demasiado la atención del espectador (además, cuando figuraba encastrada en el comic, ya resultaba demasiado pesado leerla). Por sus propios méritos es un cuento más que ok, pero de allí a considerarla parte de la palabra de Dios y sentirse obligado a incluirla en la Biblia suena tonto, simplemente porque la obra de Alan Moore – innovadora, brillante en muchos aspectos – no es divina ni perfecta.