Artículos: Salvando al mundo con estilo (los gustos culinarios de 007)

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Nuestra amiga Cintia, productora de un conocido canal de cable de la Argentina, nos pidio una mano para una serie de especiales sobre artistas y personajes famosos: su vida, sus gustos culinarios, su biografía. Por ello presentamos este artículo especial sobre nuestro personaje de marras, que incluso iluminará algunos detalles desconocidos hasta para la mayoría de los fans que nos visitan. Veamos pues, la intimidad de este “sibarita del peligro”. – por Alejandro Franco

SALVANDO AL MUNDO CON ESTILO: LOS GUSTOS CULINARIOS DE 007

Pocos personajes cinematográficos han tenido tanta influencia cultural como James Bond. Desde sus orígenes filmicos en 1962, se han transformado en ícono pop de los ´60 que sobrevivió la década y se ha adaptado al gusto del publico durante cuarenta años. Aunque la mitología cinematográfica le ha dado popularidad, su origen es literario, de principios de la década del 50 y de la mano de un escritor británico cuya vida y obra es comparable en más de un aspecto, al de su personaje. Hablamos de Ian Fleming.

¿Quien es James Bond?

vida y gustos culinarios de james bond 007; sibarita del peligro

James Bond surge de la pluma de Fleming en 1953 a través de su primera novela, CASINO ROYALE. Fleming era un militar retirado que habia participado activamente en el Servicio Secreto Británico durante la segunda guerra mundial. En ese escenario de espionaje, ambientes europeos, y líderes de ambiciones demenciales, no sería erróneo pensar que se daban las condiciones para inspirar al personaje y a la serie de novelas como tal. Se une a esto el pasado mujeriego de Fleming, su gusto por los autos veloces, su vida acomodada y nocturna … y ya tenemos todo listo para que Bond fuera creado.

Fleming vivía, en los años de posguerra, como periodista. Varios cambios en su vida personal, como su casamiento con Ann O´Neil y su residencia en Jamaica (precisamente en el chalet GOLDENEYE, donde viviría hasta su fallecimiento en 1964) lo impulsarían a desarrollar su tarea como novelista. Tomando algunos modelos como Sax Rohmer, Sommerset Maughan y otros especialistas del genero de espías, comenzó a desarrollar su principal creación, la que es por hoy todos conocida.

Como en todo personaje de culto, Fleming debió crearle una historia, un pasado. No es extraño ver que muchas de las caracteristicas de la vida de Fleming figuren en los datos biográficos de Bond, aunque quizás con mayor resaltamiento de sus condiciones físicas, donjuanescas y, especialmente, de su espíritu rebelde. Leamos el siguiente escrito, extraido de SOLO SE VIVE DOS VECES: M cree que Bond ha muerto en una mision en Japón, y escribe su obituario para el Times:

“James Bond tenia por padre a un escoces, Andrew Bond of Clencoe y una madre suiza, Monique Delacroix, nacida en el canton de Vaud. Su Padre fue representante en el extranjero de la firma de armamentos Vickers, recibiendo de este modo su educacion primaria en el continente, lo que le permitio tener un conocimiento profundo del alemán y del francés. Cuando todavia no tenia once años, su padre y su madre murieron en un accidente de montaña en Aiguilles Rouges, en las proximidades de Chamonix. El joven Bond fue confiado a una tia, Miss Charmian Bond; y fue a vivir con ella a un lugar cercano a Canterbury, en Kent, que llevaba el singular nombre de Pett Bottom. Alli, en un pequeño cottage situado cerca del precio albergue llamado Duck Inn, su tia, que debia ser una mujer capaz y culta, completó su educación con vistas a su admisión en el colegio; a la edad de doce años aproximadamente, fue admitido de manera satisfactoria en Eton, donde su padre le había inscripto desde su fecha de nacimiento. Hay que reconocer que su paso por Eton fue breve y poco brillante; después de solo dos semestres, se rogó a su tía que lo retirara del colegio con el argumento, lamento tener que decirlo, que la sirvienta encargada de ocuparse de los jóvenes pensionistas había tenido con él algunos pequeños problemas. Su tía se las arregló para que ingresara en Fettes, la antigua escuela de su padre. Allí, la atmósfera era un tanto calvinista, los estudios y los ejercicios deportivos eran seguidos con rigor. Aunque con tendencia a amar la soledad, hizo solidas amistades entre sus camaradas pertenecientes a los célebres equipos deportivos de esa escuela. En el momento en que dejó el colegio, un poco antes de los diesisiete años, ya había combatido en un par de ocasiones bajo sus colores como peso ligero y, por otra parte, habia fundado la primera escuela seria de judo que jamás hubiera existido en un colegio inglés.

Era entonces el año 1941 y fingiendo que ya habia alcanzado la edad de diecinueve años y con la ayuda de un antiguo colega de su padre en la Vickers, entró en un servicio que pertenecía al ministerio de Defensa. Para salvaguardar el secreto en que debían mantenerse sus actividades, se le dio el grado de teniente en la rama especial de la reserva de voluntarios de la Royal Navy y para mostrar hasta qué punto sus superiores apreciaron sus servicios, al fin de la guerra ya había alcanzado el grado de comandante. Fue en aquella época cuando el autor de éstas líneas se encontró mezclado en ciertas actividades del ministerio. Con mucho gusto acepté que el comandante fuera mantenido en activo continuando su trabajo para el ministerio…”

Hay muchas similitudes, tanto en el origen escocés de ambos (Bond y Fleming, este por parte de su abuelo), asi como el que ambos fueran estudiantes de Eton, conocieran los mismos idiomas, y hasta tuvieran problemas con la autoridad por culpa de las faldas. Y ambos terminaron obtienen el grado de comandante.

Bond vive en un pequeño departamento sobre la calle en Chelsea Square, cerca de King´s Road, conjuntamente con una vieja criada de nombre May. Tiene un Bentley Continental Mark II reconstruido, con el cual acudia a la central del servicio secreto en Regent´s Park, desde su casa, en menos de diez minutos. Lleva una vida de solteron empedernido y aficionado a la vida nocturna, y se entretiene (cuando su trabajo se lo permite), acudiendo al Blades y otros clubes de élite londinenses. Aunque en estos terminos, la vida del personaje se separa del autor, prácticamente frecuentan los mismos lugares y participan de los mismos gustos. Estos detalles lamentablemente han sido devorados por la síntesis cinematográfica, que se centra en trama central de la novela y obvia los primeros capítulos de las mismas, donde Fleming se deleitaba con los detalles extravagantes de la vida de 007.

Pero conozcamos un poco más al personaje, tal como lo concibió el autor: en un fragmento de DESDE RUSIA CON AMOR, vemos al general G del servicio secreto ruso hojeando el dossier de 007, donde obtenemos una detallada descripción física del mismo:

Nombre: James. Estatura: 1 mt 83. Peso: 76 kilos. Aspecto: esbelto. Ojos: azules. Cabellos: negros. Cicatrices a través de la mejilla derecha y del hombro izquierdo. Huellas de cirugía reparadora en el dorso de la mano derecha (ver apendice A). Atleta completo: gran destreza con la pistola, así como en el boxeo y en el lanzamiento de cuchillos; jamás usa disfraces.

Idiomas: francés y alemán.

Fuma mucho ( nota: cigarrillos especiales, con tres bandas doradas.)

Vicios: la bebida, pero no en exceso. Las mujeres.

Este hombre siempre va armado con una Beretta automática, que lleva en un estuche fijado bajo el brazo izquierdo. El cargador contiene ocho cartuchos. Lleva un cuchillo oculto en el antebrazo izquierdo; en ocasiones, ha utilizado zapatos con punteras de acero; conoce los rudimentos de judo. En general lucha de manera encarnizada y es muy resistente al dolor (ver apendice B)

Conclusión: Este hombre es un peligroso terrorista profesional y un espía. Trabaja para el Servicio Secreto británico desde el año 1938 y desde entonces (ver dossier Highsmith de diciembre de 1950) lleva dentro de ese servicio el número 007. Ese doble cero designa a un agente que ha matado y que en servicio activo está autorizado a matar. Se supone que sólo hay otros dos agentes ingleses que disfruten de este privilegio. El hecho que este agente haya sido condecorado con la orden de Saint Michel y Saint George en 1953, recompensa que habitualmente solo es concedida en el momento de dejar el servicio, da idea de su valor. En caso de ser encontrado sobre el terreno, esta información debe ser comunicada de inmediato, con todos los detalles correspondientes, al Cuartel General (ver Reglamente de SMERSH, MGB y GRU 1951 y años siguientes).

A partir de algunos detalles de esta descripcion, ya empezamos a ver algunas características y aficiones de Bond. No sólo lo físico; ya empezamos a conocer… sus vicios

Viviendo al estilo Bond

El modo de vida Bond va desde el sibaritismo hasta lo obsesivo y fronterizo; sin duda, su estilo personal es el de un hombre acostumbrado a los placeres, aunque muchas veces nos encontramos en el excesivo detallismo que exige tanto de sus comidas, bebidas e incluso de sus cigarrillos.

Bond es un fumador empedernido; se hace preparar cigarrillos de tabaco macedonio con tres aros dorados, fabricados por la casa Morland de Grosvenor Street, sin los cuales prácticamente no puede vivir. En SOLO SE VIVE DOS VECES, acepta a regañadientes un paquete de cigarrillos japoneses , considerándolos prácticamente pasto.

Desde esta pequeña observacion (quién, hoy en día, se hace preparar cigarrillos por una casa especializada ?), se comienza a ver una obsesion exagerada por los más mínimos detalles. Por ejemplo, en el desayuno (extraido de DESDE RUSIA CON AMOR):

“El desayuno era su comida preferida. Durante sus estancias en Londres, su composición era siempre la misma: dos grandes tazas de café negro muy fuerte sin azúcar, de De Bry, en Oxford Street, preparado con una cafetera Chemez americana, un huevo pasado por agua (tres minutos y un tercio de cocción) que tomaba en una copa azul fileteada en dorado. Era un huevo muy fresco, rubio, procedente de gallinas francesas de Marans, que un amigo de May criaba en el campo. (Bond sentía horror por los huevos blancos, y era algo habitual en él asegurar que no había nada que se acercara tanto a la perfección como un huevo pasado por agua cocido en su punto). Enseguida tomaba dos gruesas rebanadas de pan integral tostado, recubiertas por una capa de mantequilla de Jersey de un hermoso amarillo subido; y tres tarrinas que contenian, cada una, mermelada de fresas Tiptree Little Scarlet, la otra mermelada de naranjas de Oxford (a base de frutos seleccionados por Cooper), la tercera, miel de Noruega de Fortnum. La cafetera y los cubierto de plata eran Queen Anne, la porcelana de Minton, del mismo azul oscuro fileteado de oro que la huevera.”

Este tipo de detallismo sólo era posible escribirlo… por alguien que conociera y viviera de modo idéntico tales manías. La serie Bond, en terminos literarios, fue retomada casi quince años después por John Gardner, a pedido de la editora Gildrose. Gardner comenzó a desarrollar nuevas novelas (comenzando por LICENCIA RENOVADA en 1981), las cuales en mi opinión, las considero un pastiche. Y como Gardner no tenía ni por asomo la experiencia de hombre de mundo de Fleming, ni siquiera podía llegar a la altura del pie de novelas anteriores: veamos sino lo que Gardner entiende como una extravagancia: la preparación de una ensalada, descripta en NO DEALS, MR BOND:

“M espero en silencio mientras Bond molía cuidadosamente una cucharadita de pimienta en un cuenco destinado a este propósito, añadiendo después una cantidad similar de azúcar y sal, y dos cucharaditas y media de mostaza en polvo, para mezclarlo todo con un tenedor antes de completarlo con tres cucharadas soperas de aceite y una de vinagre de vino blanco vertida con mucha mesura. Bon añadió unas gotas de agua, removió la mezcla y la vertió sobre la ensalada. “

Es, en esa extravagancia aún en los detalles cotidianos (y que obviamente Gardner carece), en que el Bond literario nos contagia del exotismo, que después se desarrollará a lo largo de las novelas. Es decir, ya vemos cosas no comunes, pantallazos de un mundo que no accedemos pero que existe. Hay, por qué no, algo de flema británica, del placer por lo formal y los detalles minúsculos. Como mencionamos en alguna oportunidad, Bond es un bon vivant y, sobre todo, un excelente guía turístico que nos descubre las rarezas de platos, escenarios, costumbres, bebidas… algo así como la guía Michelin mundial, pero novelada y con trama.

Bond, paladar refinado

Para un hombre de gustos exquisitos, que viste trajes de Savile Row y fuma cigarrillos armados a su gusto personal, resultaba obvio que esa extravagancia llegara también, a la comida y la bebida.

Por ejemplo, el clásico Martini agitado y no revuelto, que es descripto en CASINO ROYALE:

“Tres medidas de vermouth Gordon, una de vodka, media de Kina Lillet. Agítese hasta que esté bien helado y añádase un gran trozo de limón.” “Cuando tomo una copa me gusta que sea abundante, muy seca, muy fría y muy bien preparada. Me horrorizan las medias raciones de cualquier cosa. En particular, si tienen mal gusto.”

Ah, y en lo posible que sea Vodka de grano y no de papas. Incluso en una parte de GOLDFINGER, vemos que Bond pone dos granos de pimienta en su Martini, el cual según él, sirven para contrarrestar la mala destilacion del vodka (preferentemente polaco o ruso). En el cine, se ve poco de estos gustos extravagantes; en la version fílmica de GOLDFINGER, esta escena es sustituida por otra, en la cual Bond acerta la cosecha 1851 de un jerez. “Pero el jerez no tiene cosecha, 007!”, replica M; “No, hablo de la vendimia sobre la cual se baso el jerez”, replica Bond (Connery), ante la mirada incrédula de su jefe.

Poco de todo esto ha pasado a la serie filmica; si se ha respetado sus gustos por la bebida, en especial su pasión por el Bollinger y el Dom Perignon (que tomado a temperatura inadecuada sería como escuchar a los Beatles sin taparse los oídos – comentario hecho en GOLDFINGER – 1964 – y que, a veces por error de subtitulado es omitido).

¿Más gustos de Bond?. Veamos en la serie de cuentos TOP SECRET, cuando se encuentra de misión en Francia:

James Bond tomó su primera bebida de la tarde en Frouquet´s. No era una bebida fuerte, uno no puede beber seriamente en los cafés franceses, pues afuera en el pavimento y al sol, no es un lugar para el vodka, whisky o ginebra. Un fine a l´eau es algo serio pero intoxica sin saber a nada bueno.

Un quart de champagne o un champagne a l´orange es bueno pero antes del almuerzo; en la tarde un quart lleva a otro quart y una botella de indiferente champaña es un mal comienzo para la noche. El Pernod es posible, pero tiene que ser bebido en compañía, y de todos modos a Bond no le gustaba, porque su sabor a regaliz le recordaba su niñez. No, en los cafés se tiene que beber el trago menos ofensivo de la comedia musical que los acompaña, y Bond siempre pedía lo mismo, un americano: Bitter Campari, Cinzano, una tajada grande de limón descortezado y soda; y prefería la soda Perrier, porque en su opinión la soda costosa era el pero modo de mejorar una bebida ordinaria.

Tambien es amante de los buenos vinos; a veces debe conformarse con los locales. En una novela pide una botella de Hoh, un excelente vino del Merszel. En CASINO ROYALE toma Taittinger 45 y Blanc de Blanc Brut 1943, mientras se deleita con Tornedos, poco asados, con sauce Bearnaise y Coeur d´Artichaut. De postre, medio aguacate.

Ah!. Y para terminar , aclaremos que 007 bebe casi exclusivamente café; odia el te (piensa que esa es una de las principales causas de la caida del imperio britanico).

Bond Gourmet

Como comensal, Bond resulta tan exigente como para sus bebidas. Sus gustos son caros y muy variados, aunque encontramos con frecuencia que gusta de la langosta y , como postre, el aguacate. Y, cuando no puede darse con los gustos, se adapta a las comidas locales (siempre las mejores):

  • En DIAMANTES PARA LA ETERNIDAD, que se desarrolla en Estados Unidos, toma Martini semiseco con una rodaja de limon, preparado con vermut Cresta Blanca ( que es una marca local). Come salmon ahumado y prueba Brizzola (carne de vaca cortada por el hueso, asada y terminada a la parrilla). Termina con medio aguacate a la vinagreta y un café expreso. Cuando se reune con Tiffany Case, se castigan con caviar, chuletas de cerdo acompañadas de esparragos y salsa mousseline, y regadas por champagne rosado. Y , en otra parte, prueba Bourbon y agua de manantial mientras degusta langosta con mantequilla derretida.
  • En SOLO PARA TUS OJOS, mientras habla con Colomba, degusta un plato algo más cercano a nosotros, pero aún con algún componente exotico: Tagliatelli Verdi con salsa Genovesa (albahaca, ajo y abetos).
  • En DR NO, pide langosta hervida , mientras lo acompaña de un gin tonic con lima.
  • En MOONRAKER, mientras con M se encuentran en el Blades y observan al villano Drax, paladean un extraño postre: médula helada. Aunque quizás uno se equivoque, se trata de ni mas ni menos que de … osobuco o el contenido del hueso, corrientemente conocido como caracú !.

Y donde mayores extravagancias a la hora de comer se encuentran, es durante el desarrollo de SOLO SE VIVE DOS VECES, que está ambientada en Japón:

  • Es frecuente en la novela verlo comer anguilas, langostas crudas con arroz, huevos de codorniz en salsa y algas marinas picadas, acompañado de saké caliente o plonk de arroz.
  • Tambien come Fugu (el pez globo japones), que es sumamente venenoso su higado y glandulas sexuales, y debe ser preparado por especialistas. Lo cortan como petalos casi transparentes.
  • Y lo mas extraño es cuando, acompañado por Tiger Tanaka, el jefe del servicio secreto japonés, lo lleva a ver a un granjero.Le pide que le de cerveza de tomar a una vaca; Bond hace buches de sochu (ginebra sin fermentar) y lo escupe sobre el lomo del animal, haciendole masajes, y despues le dan avena. Cuando Bond y Tanaka parten a un restorán vecino, les sirven la carne de dicha vaca, que se puede cortar con un tenedor, y que le llaman Bistec Kobe. Y Tanaka le dice: “este bistec es la mejor carne que pueda encontrar, incluso mejor que la de Argentina”