Crítica: Dinosaurios! (Dinosaurus!) (1960)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1960: Ward Ramsey (Bart Thompson), Kristina Hanson (Betty Piper), Fred Engelberg (Mike Hacker), Gregg Martell (cavernícola), Alan Roberts (Julio)

Director: Irvin S. Yeaworth, Guión: Dan E. Weisburd & Jean Yeaworth

Trama: Bart Thompson es un ingeniero encargado de realizar tareas de dinamitación para construir un puerto en una isla del caribe. Sin embargo las explosiones han dejado al descubierto tres cuerpos – los de dos dinosaurios y un cavernícola -, los cuales se encuentran en perfecto estado debido a estar congelados. Al ser llevados a tierra los cuerpos comienzan lentamente a deshielarse… hasta que, en medio de una tormenta electrica, reciben un rayo y la electricidad del mismo los vuelve a la vida. Ahora el neandertal y los monstruos deambulan por la isla, y Thompson intentará darles caza, aunque el corrupto jefe local Mike Hacker se interponga en su camino, deseoso de capturar a las criaturas para hacer negocio con ellos.

Dinosaurus! – Acabamos de encontrar un par de dinosaurios!

– ¿Dinosaurios prehistóricos?

Si quieren saber qué fue lo que pasó con los responsables del clásico La Mancha Voraz (The Blob) (1958) y otros titulos como la recomendable 4D Man (1959), aquí tienen la respuesta. Tanto el director Irvin S. Yeaworth como el productor Jack Harris decidieron llamar al guionista Dan E. Weisburd para su próximo proyecto, sin imaginar que el tipo se iba a despachar con un libreto completamente atroz y bizarro. Y, lo que es peor, esta gente decidió filmarla a ojos cerrados, sin cuestionar ni una sola de las abominables líneas que Weisburd escribió, posiblemente en una sesión nocturna de drogas y alcohol. Porque no existe otra explicación posible sobre cómo pudieran elaborar este guión… ¿o sí?.

Dinosaurus! es el equivalente de un libreto típico de la Disney, sólo que revisado por un script doctor borracho. Tenemos dinosaurios bonitos, niños sabelotodo, villanos torpes e inocuos, héroes incorruptibles, toneladas de personajes secundarios que hacen las veces de patéticos comic reliefpara tener una idea, hay un fumador empedernido quien resulta ser el responsable de transportar las bombas molotov (!) armadas para combatir a los dinosaurios -. El problema es que la mitad de esta gente muere (y mal) y, para colmo, el tiranosaurio rex liquida a dentellada limpia al brontosaurio revivido. Imaginen una película infantil en donde las mascotas de turno mueren despedazadas.

Oh si, el film es terriblemente incorrecto, pero ése no es el peor detalle. El tema es que toda esta gente se comporta como idiota en el 90% de los casos, ya sea cuando tienen que hacer algo o cuando abren la boca. Desde la novia del héroe que decide alcanzarle el almuerzo atravesando la zona de la bahía que están dinamitando (y eso que hay carteles y ella misma ve las explosiones) hasta encontrar dinosaurios “congelados” (wtf!?) en aguas cálidas de una isla caribeña (!). O un bar llamado “cantina de la isla” en donde atiende una camarera llamada Chica y que es sometida sin éxito por el villano idiota del filme (que, para colmo, cuando quiere hacerse el duro y rompe una botella para pelearse a los navajazos termina por cortarse seriamente la mano!!). O el cavernicola que termina probándose un baby-doll. Oh, Dios: y la lista de barbaridades no se termina aquí…

A uno no le termina de sorprender que toda esta gente – Yeaworth, Weisburd, Harris – quedara en el freezer durante diez años hasta que alguien se apiadara de ellos y volviera a ofrecerles algún tipo de trabajo. Dinosaurus! es una abominación de punta a punta, y uno no entiende por qué fue parida así. Si quisieron hacer una película infantil para la matineé, resulta demasiado sangrienta; si la pensaron para un público adulto, es demasiado bizarra y ridícula. Como sea, a nadie le gustó – a mí tampoco – y la gente la archivó en el desván del olvido, en donde se ganó un merecido lugar.