Crítica: La Semilla del Espacio (El Dia de los Trífidos / The Day of the Triffids) (1962)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 1962: Howard Keel (Bill Masen), Nicole Maurey (Christine Durant), Janina Faye (Susan), Kieron Moore (Tom Goodwin), Janette Scott (Karen Goodwin), Carole Ann Ford (Bettina), Mervyn Johns (Profesor Coker), Geoffrey Matthews (Luis de la Vega), Gilgi Hauser (Teresa de la Vega)

Director: Steve Sekely (con escenas adicionales de Freddie Francis), Guión: Phillip Yordan, basado en la novela The Day of the Triffids de John Wyndham, Música – Ron Goodwin

Trama: Bill Masen se encuentra en un hospital de Londres, reponiéndose de una operación a su vista. En la noche previa a que le quiten las vendas, una lluvia de meteoritos bombardea la Tierra, ocasionando un formidable espectáculo que es visto por gente en todas partes del globo. Pero a la mañana siguiente, Londres así como el resto del mundo presenta un panorama desolador. Quienes presenciaron las luces provocadas por los meteoritos han despertado ciegos, y el mal afecta a la mayoría de la población mundial. Masen huye del hospital y encuentra una niña llamada Susan, uno de los pocos seres que aún puede ver. Ambos escapan de la ciudad mientras que una plaga comienza a azotar la Tierra; unas extrañas plantas carnívoras llamadas Trifidos, comienzan a desplazarse y atacar a la población. Acosados por las plantas extraterrestres, Masen y Susan encontrarán a los pocos humanos videntes e intentarán refugiarse ponerse a salvo de los Trifidos mientras estos arrasan el planeta.

The Day of the Triffids John Wyndham es un exitoso autor inglés de sci fi que muchos han catalogado como el sucesor de H.G. Wells. Entre su bibliografía se cuentan, como las obras más conocidas, Los Cucos de Midwich (adaptada al cine como el clásico El Pueblo de los Malditos) y El Día de los Trifidos.

Lo particular de estas obras de Wyndham es que presentan panoramas absolutamente apocalípticos, en donde una fuerza o amenaza que acosa a la humanidad termina por resultar indetenible y los seres humanos deben enfrentarse al reto de crear un mundo totalmente diferente, pasando a un segundo plano. El hombre pierde el dominio del planeta a manos de razas superiores. También la otra particularidad es que sus relatos – ambientados en la clase media inglesa – viven en una rutina permanente que termina por deshacerse ante la irrupción de un acontecimiento anormal y sumamente poderoso. No es difícil trazar algunos paralelismos entre The Day of the Triffids y The Village of the Damned. Ocurrido el hecho fantástico, la vida ya no será la misma, y una lenta pero imparable invasión alienígena es desarrollada a la vista de todos, sin que haya ningún tipo de medios para detenerla.

La novela original de The Day of the Triffids es ciertamente pesimista. Masen escapa de Londres, se reúne con otros humanos videntes y pretende establecer una colonia aislada de la amenaza de las plantas alienígenas, pero se sucede todo tipo de conflictos internos – militares que pretenden manejar a la población civil, líderes comunitarios con todo tipo de visiones societarias alternativas y absolutamente disparatadas, etc – que hace que los humanos sean más peligrosos para sí mismos que los propios trífidos. Buena parte de la novela es esencialmente transmutada en la porción inicial de 28 Días Despues (de Danny Boyle) con Inglaterra bajo una invasión de zombies en vez de las plantas extraterrestres. El libro recibió varias adaptaciones radiales y televisivas, y siempre contó con gran popularidad (incluso Simon Clark desarrolló una secuela, contando la historia del hijo de Bill Masen 30 años después de los sucesos originales).

Pero ésta, la primera adaptación cinematográfica, es en realidad una película muy torpe. A mí no me interesan si los efectos especiales son malos (realmente lo son), pero el film tiene un serio problema de tono y de coherencia. En particular me resulta irritante la caracterización de Howard Keel, que parece totalmente ajeno a la locura reinante, y decididamente es un personaje antipático – lo peor que le puede pasar al supuesto héroe de la historia -. Masen se despierta en el hospital, encuentra a todo el mundo ciego, y no se espanta o siquiera se hace preguntas. Marcha por Londres absolutamente distante de la población que precisa ayuda y deambula a ciegas. No es un individuo con un mínimo de humanidad sino que parece un espectador de lo que ocurre, y sólo se mueve por sus propios intereses.

El otro problema es el ya mencionado de los FX. Las plantas no impresionan y por momentos uno se da cuenta de que están montadas sobre un carrito tirado por un piolín. No hay el menor sentido de la amenaza. Por el contrario, las mejores escenas de la película no tienen que ver con la invasión alienígena – en el film, resulta obvio que la lluvia de meteoritos es una invasión ya que ellos traen a las semillas de las plantas, mientras que en el libro las plantas eran una especie nueva, que todo el mundo cosechaba ya que producía aceites superiores al petróleo, y que parecen despertar con la llegada de los meteoros -. Las secuencias con el avión atestado de ciegos – incluyendo a los pilotos – o los trenes sin control son realmente buenas, así como los paisajes con Londres en llamas y un clima absolutamente caótico. La película sólo toca algunos puntos del libro, pero después comienza a improvisar los suyos. Posiblemente el final original del libro – con la Tierra dominada por los Trifidos, y los humanos sobreviviendo como pueden – resultara mucho mejor. Uno percibe que ése era el final de la pelicula – con Masen y los sobrevivientes asistiendo a la Iglesia en un paraje aislado -, pero el estudio consideró que la duración del filme era muy corta y mandó a Freddie Francis a filmar toda la secuencia del matrimonio de biólogos aislados en el faro, quienes terminan por descubrir por casualidad que el agua de mar mata a las plantas. No sólo queda como un absoluto emparche – los personajes carecen de relación del resto, por ejemplo, de Masen y compañía – sino que provee un excusa trivial para generar un happy ending que no era necesario.

Es una película muy despareja. No tiene tensión, hay algunos buenos momentos aislados pero el dramatismo está totalmente diluído. Al director Sekely parece no importarle demasiado, y la actuación de Howard Keel es tan fría que a uno no le interesa si se lo devora una planta o no. No significa que sea un filme ridículo – en general está bien filmado -, pero uno se lleva la impresión de que podría haber sido un filme formidable y a nadie le importó demasiado como para poner empeño en ello. En cambio se dedicaron a regurgitar sin muchas ganas el guión, en vez de intentar sacarle el lustre a un tema potencialmente muy interesante. La redención de la novela de Wyndham recién llegaría con la adaptación televisiva de 1981, la que es considerada como la versión definitiva del tema.

EL DIA DE LOS TRIFIDOS

Las versiones de la novela The Day of the Triffids de John Wyndham son, hasta el momento: La Semilla del Espacio (1962); la miniserie El Dia de los Trifidos de 1981; y la miniserie remake El Día de los Trifidos del 2009