Crítica: The Darkest Dawn (2016)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

1 atómico: malaGB, 2016: Bethan Mary Leadley (Chloe Murdock), Cherry Wallis (Sam Murdock), Jess Cleverly (Mr. Murdock), Sarah Perugia (Mrs. Murdock)

Director: Drew Casson – Guión: Drew Casson & Jess Cleverly

Trama: Chloe y Sam son dos hermanas que quedan atrapadas en medio de una invasión alienígena a Gran Bretaña. Con la situación en máximo peligro, las hermanas se ven obligadas a partir de su casa con la intención de buscar refugio y comida en otros lugares mas seguros; y, mientras tanto, Chloe ha decidido llevar un diario en video de la travesía, una manera de consolarse ante la desaparición de sus padres y lo desolador del escenario. Pero el país es un caos, el ejército está vencido y las chicas sólo pueden intentar sobrevivir por sus propios medios. Para colmo los extraterrestres han desarrollado unos parásitos que infectan a los humanos y les permiten controlarlos mentalmente. En ese panorama de desolación Chloe deberá buscar la esperanza… aunque ello signifique vivir en un mundo nuevo y apocalíptico que posee brutales reglas propias y que en absoluto se parece al que ellas conocían.

Arlequin: Critica: The Darkest Dawn (2016)

The Darkest Dawn es de esas cosas ignotas que uno encuentra en Netflix y que, en un momento de debilidad, pone en pantalla porque el resumen suena prometedor. Es el mismo tipo de engaño que te hacía el tipo del videoclub en los años 80s, que te vendía cada bodrio infumable como la súper película y te la llevabas mientras el tipo se reía a carcajadas porque había atrapado otro incauto para amortizar ese video que nadie quería alquilar. Honestamente, The Darkest Dawn no es taaan horrible; hay una puesta en escena medianamente potable, es pasablemente entretenida y dura apenas una hora 15. Lo que la mata es lo completamente ilógico que reaccionan los protagonistas ante los sucesos que ocurren en pantalla. Si tu papá es ajusticiado frente tuyo, vos no podés seguir hablando pavadas frente a la cámara como si nada hubiera pasado (y porque sí; ésta es otra de esas ocurrencias found footage que inundaron el mercado hasta hace un par de años). Matan a tu hermana, hacés un chiste. Te sacas selfies sobre una pila de escombros porque parece interesante o importante (o por si alguien lo fuera a ver algún día) sin darte cuenta que estás en pleno fin del mundo y que lo mas probable es que te violen o te maten antes del final del día. Los tipos tienen una indiferencia total a la muerte, lo que los hace parecer soldados experimentados… aunque un par de horas antes no fueran mas que amas de casa, estudiantes y porristas que nunca empuñaron un arma. Como si fueran clones de Data (el robot de Star Trek), a esta gente le desactivaron el chip de las emociones.

Lo cual es un problema porque la historia en sí no está tan mal. Dos chicas pierden a sus padres y se topan con un par de supervivientes que buscan a su hermana perdida. Ahi nos enteramos que el filme es la secuela de uno llamado Hungerford y que fuera rodado también con dos mangos en el 2014. Mientras buscan pistas de la chica se topan con locos, militares de gatillo fácil y sobrevivientes de todo tipo, siendo allí donde reside el mayor valor del filme. El director y guionista Drew Carsson ha tomado notas de una de las mayores obras de la ciencia ficción – El Día de los Trifidos, así como obras posteriores inspiradas en el clásico de John Wyndham, como 28 Días Después -, y reemplaza plantas mutantes por invasores alienígenas para mostrar cómo la sociedad se fragmenta y surgen locos de todo tipo y color. Cuando no hay estado ni valores morales, surgen militares mesiánicos y tipos chiflados que quieren protegerte aunque no quieras, y al final te tienes que volver un violento para preservar tu independencia… aunque tu condición moral se vaya degradando por los actos que te ves obligado a cometer.

Mientras que Carsson hace maravillas con los dos pesos del presupuesto – y la película se ve mas espectacular de lo que realmente costó -, donde la pifia es con los personajes. Parece una novela juvenil de ciencia ficción donde lo único que importa son los sucesos y la acción, y el desarrollo dramatico es nulo. Que la protagonista filme todo el tiempo (y sin cargar batería ni una vez!!) ya es un engendro propio del found footage; pero que esta gente ande demasiado fresca y banal por el escenario postapocalíptico que debe vivir suena ridículo. Se precisaba desarrollo de caracteres, pero acá todo el mundo es tan anónimo e imperturbable que torpedea los esfuerzos del filme por crear algún tipo mínimo de lógica.

The Darkest Dawn es una obra en progreso. Si Drew Carsson logra aprender de sus errores, en dos o tres películas puede que se despache con algo memorable en el bajo presupuesto. Acá ideas hay, pero también hay personajes antinaturales y no hay nada peor que toparte con una cinta con ideas arruinada por tropa de caracteres estúpidos.