Crítica: El Pueblo de los Malditos (Village of the Damned) (1960)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

GB, 1960: George Sanders (Profesor Gordon Zellaby), Michael Gwynn (Mayor Alan Bernard), Martin Stephens (David Zellaby), Barbara Shelley (Anthea Zellaby), Laurence Naismith (Dr Willers)

Director: Wolf Rilla, Guión: Wolf Rilla, George Barclay & Stirling Silliphant, basados en la novela The Midwich Cuckoos de John Wyndham, Musica – Ron Goodwin

Recomendación del Editor

Trama: El pueblo inglés de Midwich ha quedado aislado; una extraña barrera invisible impide pasar a quienes permanecen en el exterior, y deja inconscientes a quienes se atreven a cruzarla. El efecto dura sólo unas horas, pero al ejército le resulta imposible llegar hasta el poblado. En el mismo, todos los habitantes se han desvanecido y despiertan con fuertes escalofríos en sus cuerpos. Las investigaciones no muestran presencias de gases o virus, y queda la interrogante abierta. Meses más tarde del suceso, todas las mujeres del pueblo en edad fértil han quedado embarazadas. El estado de gravidez se desarrolla a una velocidad inusitada y los partos se anticipan simultáneamente. Todos los bebes tienen las mismas características – cerebro super desarrollado, ojos con matices dorados, pelo rubio -. El gobierno mantiene un cauto estudio de los niños a través del profesor Gordon Zellaby, uno de los padres de los mismos. Pero comienzan a llegar noticias de partos similares en distintas partes del mundo. Y los niños a medida de que crecen, desarrollan poderes telepáticos, comenzando a controlar la mente de los pobladores y provocando el suicidio de aquellos que atenten contra sus vidas. La alarma comienza a cundir y el gobierno se apresta a tomar medidas drásticas, ya que los considera una amenaza. Pero los niños ya han tomado una decisión, y nada parece poder detenerlos.

Crítica: El Pueblo de los Malditos (Village of the Damned) (1960)

Sería injusto tratar a la novela Los Cucos de Midwich como la respuesta inglesa a La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos. Es cierto que cae en la misma línea temática – la invasión alienígena mediante la aparición de seres modificados / reemplazados -, pero la excelente novela de John Wyndham (El Día de los Triffids) tiene suficiente personalidad como para despegarse del relato de Jack Finney (y del film de Don Siegel) (nota: los Cucos son unos pájaros que matan a las crías de otras aves y las reemplazan con su propios polluelos en el nido para que se los alimenten)

Ya hemos comentado anteriormente que esa suerte de invasiones silenciosas se las suele comparar con la paranoia de la Guerra Fría. Su vecino, su amigo, su compañero de trabajo puede ser un espía comunista / un alienígena. Poco a poco los comunistas comenzarán a infiltrar la sociedad, y pronto estaremos rodeados de ellos.

Pero la novela de John Wyndham juega exactamente con lo contrario. Aquí la invasión no es silenciosa sino que es a la vista de todos, y existe una demostración de poder de tal magnitud (y de soberbia, si se quiere) que resulta imparable. En esta excelente adaptación (y todo un clásico) de 1960, la sensación es de absoluta impotencia. Los militares no pueden entrar de ningún modo a Midwich, y cuando descubren que las mujeres fértiles han quedado embarazadas – inseminadas – simultáneamente, es un dato estremecedor.

La película sigue casi al pie de la letra la trama de Wyndham – una omisión interesante es que, en el libro, un avión sobrevuela el área y ve un gran objeto plateado asentado en el medio del pueblo -. Posiblemente esa omisión artística del director Wolf Rilla sea un acierto, ya que la naturaleza alienígena de los niños no resulta obvia desde un principio, y la interrogante queda abierta. ¿Es posible que sea una mutación, un paso evolutivo dado bruscamente?. El proceso de descubrimiento es gradual, especialmente cuando llegan los reportes de nacimientos similares a lo largo del mundo – cuando han nacido en tribus, han sido sacrificados porque se consideraban demonios; en otros casos la inseminación ha fallado y nacieron muertos; y en la URSS llegan a un punto que los bombardean atómicamente, evaporando el poblado donde vivían -.

Donde El Pueblo de los Malditos consigue sus mejores bazas es en el shock que provoca que la invasión no pueda ser detenida. Mientras que La Invasión de los Usurpadores de Cuerpos se basa en la desconfianza y en la paranoia, Village of the Damned se basa en la impotencia. Al contrario de los seres / vainas que perseguía Kevin McCarthy – que habían optado por no tener sentimientos -, los niños de Midwich no los tienen porque es una característica de su raza. Es un inconsciente colectivo – idea que tomarían para los Borg de Star Trek – que piensa, actúa y aprende al unísono. Acá no se trata de saber quién es alienígena, sino qué es lo que quieren. Cada escena del film es fascinante, descubriendo sus poderes, intentando teorizar sobre sus intenciones. Los chicos son amorales, sólo piensan en su supervivencia y en cometer su propósito (que permanece secreto), y resultan absolutamente expeditivos a la hora de defenderse de posibles amenazas. Es el colmo de la pesadilla de cualquier padre.

La invasión no respeta estratos sociales – tal como Invasion of the Body Snatchers – y es algo que está sucediendo ahora en el patio de su casa. La diferencia estriba en los medios utilizados para invadir – incluso hay chicas vírgenes que han quedado embarazadas; los invasores son niños, con lo cual todo el mundo tiene un gran prejuicio para disponer de ellos -. Es un film que aborda temas que eran tabú en su época – el proyecto inicial de la MGM era filmarlo en USA, pero por presiones sobre su temática (niños asesinos, concepción similar a la de Cristo), decidió trasladarlo a Inglaterra -, pero que conserva intacta su capacidad de shock. Si Invasion of the Body Snatchers es una alegoría de una posible infiltración comunista, Village of the Damned bien podría ser una recreación del nazismo – una raza aria, superior, que obedece a un poder supremo y que va incluso contra sus padres, abriendose paso para dominar el mundo -.

Un aspecto interesante de esta versión es que los prejuicios humanos son los que impiden (o retrasan) la decisión inicial de eliminar a los niños mientras que, en el otro extremo, los chicos son lógica pura. La única comunión de ideas que tienen es con el profesor Zellaby, pero no en un grado equivalente, sino como un sirviente leal que tiene la obligación de alimentar sus mentes. El clima del film es excelente y particularmente alienante, con los niños comportándose de modo antinatural, omniscientes y generando miedo con su simple presencia. No precisan ser deformes, verdes o tener tentáculos para ser alienígenas – basta simplemente con un cambio de actitud, una conducta atípica para calificarlos como extraños -. Y es obvio que sus intenciones no son benignas – en un momento, le dicen al profesor Zellaby que han experimentado con el poder de controlar aviones -. El final es absolutamente abierto, con el profesor detonando una bomba y los niños transformados en pura energía que van a buscar (probablemente) otros cuerpos en donde anidar. Pero en todo caso el clímax lo único que hace es confirmar la naturaleza imparable de la invasión.

Hubo una seudo secuela llamada Children of the Damned en 1963, sobre un guión original – y no sobre algún escrito de Wyndham – que trataba el mismo tema, pero se centraba más en la naturaleza xenofóbica de los humanos y menos en el aspecto siniestro de los niños alienígenas. En 1995 John Carpenter dirigió una remake de Village of the Damned, que tuvo una tibia recepción y se la consideró demasiado efectista.

THE MIDWICH CUCKOOS

Los filmes basados en la novela de John Wyndham The Midwich Cuckoos son: El Pueblo de los Malditos (1960), y Los Hijos de los Condenados (1963).Village of the Damned (1995) es la remake dirigida por John Carpenter.