Crítica: Daimajin (1966)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Japon, 1966: Miwa Takada (Kozasa Hanabusa), Yoshihiko Aoyama (Tadafumi Hanabusa), Jun Fujimaki (Kogenta), Yutaro Gomi (Samanosuke), Tatsuo Endo (Gunjuro)

Director: Kimiyoshi Yasuda, Guión: Tetsuro Yoshida, Música – Akira Ifukube

Recomendación del Editor

Trama: El espíritu del dios guerrero Maijin se encuentra atrapado dentro de una gigantesca estatua de piedra escondida en la montaña, y su furia golpea como un terremoto a los pobladores de una villa en plena era feudal japonesa. Los lugareños celebran un ritual para aplacar la ira del dios; pero dichos preparativos son aprovechados por Samanosuke, el servidor de Lord Hanabusa, para dar un golpe contra éste, asesinar a toda su familia, y hacerse cargo del feudo. Kogenta, leal a Hanabusa, consigue escapar de la matanza llevándose consigo a los pequeños Kozasa y Tadafumi; pero la persecución de los hombres de Samanosuke es implacable y sólo consiguen ponerse a salvo en el templo de Maijin en la montaña prohibida. Ahora han pasado diez años, y Kozasa y Tadafumi se encuentran en su adolescencia. Samanosuke maneja con crueldad a los pobladores mientras expande su feudo y acumula poder militar. Tadafumi desea revancha y recuperar el trono que le ha sido arrebatado a su padre; y Kogenta decide ayudarlo. Pero al intentar contactar a los rebeldes que combaten a Samanosuke, terminan por caer en las manos de éste, y son sentenciados a muerte para el amanecer del día siguiente. Con todo perdido y enterándose de la suerte de su hermano y de su protector, Kozasa suplica a los pies de la estatua de Maijin que los proteja y termine el reinado de terror de Samanosuke. Porque sólo un milagro puede salvarlos en tan fatídica hora.

Arlequín: Crítica: Daimajin (1966)

Daimajin es un producto realmente atípico en el cine japonés de monstruos o kaiju eiga. En realidad es la combinación de dos géneros: el kaiju eiga con el chambara o cine de samurais. Y es una mezcla que funciona increíblemente bien, considerando las distancias temáticas de los géneros así como la no muy diestra mano de los estudios Daiei en el rubro fantástico. Lo que aún es más sorprendente es que semejante idea no haya prosperado nada más que en la DaieiDaimajin es el primer film de una trilogía filmada en 1966, y que permanece como una rareza de culto en un circulo pequeño de fans -.

Este es un kaiju eiga adulto y bien hecho. Con facilidad lo podemos poner a la altura del Godzilla de 1954, aunque no funciona en un sentido alegórico sino como una historia épica lineal. Olvidémonos de la bomba atómica, científicos bizarros, o personajes rayando en lo ridículo. Aquí hay sangre y muerte en primer plano; hay una masacre del lord feudal y su familia al mejor estilo de los filmes de Kurosawa. Hay traición y despotismo. Es una película con un gran sentido de la urgencia; nuestros héroes la pasan realmente mal, escapan sobre el filo de la muerte, y los villanos son realmente despiadados.

Daimajin está dirigido por Kimiyoshi Yasuda, que es un veterano del chambara. Filmó numerosas entregas de la saga de Zatoichi, el espadachin ciego, resulta obvio que Yasuda la tiene clara. Hay una recreación de época impecable, una cinematografía hermosa (tanto en los colores como en los rubros técnicos; sorprendentemente el film está rodado de modo panorámico en una época en que las proporciones 4:3 eran lo más común para la cinematografía japonesa) y una puesta en escena lujosa. No esperen ver a lagartos gigantes peleando contra monstruos bizarros en escenarios de carton y con malos FX; aquí el tema central es venganza y represalia, y la criatura está al servicio de la historia. Por ello es que Majin aparece realmente en el último tercio del film. Pero todo lo que sucede antes no es simple relleno sino que es una historia plena y sólida.

Daimajin funciona perfectamente como historia épica, ya que son minorías contra mayorías. Aquí vemos a los fieles a Lord Hanabusa actuar con nobleza – aún a costa de sus vidas – con tal de salvar a los hijos de su señor feudal. Lord Samanosuke se alza con el trono y establece un verdadero reino del terror. Nuestros héroes siempre andan con lo justo; ocultos, alimentándose con lo poco que el señor feudal les deja – él acapara todo en concepto de impuestos -, y protegidos por la tía de Kogenta, quien también es una sacerdotisa que rinde culto a Maijin. Existen revueltas pero son aisladas y esporádicas; nadie puede detener el poder absoluto de Samanosuke que crece día a día. Y todo se acelera en el momento que el hijo de Hanabusa decide montar su propia revolución y reclamar el trono. Las cosas se ponen negras para nuestros héroes.

Todo el relato está llevado con holgura; pero donde el film consigue su punto fuerte es cuando Maijin es despertado. No sólo los efectos especiales son muy buenos – siempre califiqué a la Daiei de levemente superior en lo técnico frente a la Toho, pero aquí realmente se lleva los aplausos -, sino que la masacre que desata el ídolo es espectacular. En vez de tanques y aviones combatiendo a la criatura de turno, aquí tenemos la rudimentaria tecnología medieval intentando detener a Maijin: catapultas, mosquetes, barreras de fuego e incluso cadenas. El final es realmente glorioso, con Maijin retribuyéndole a Samanosuke un poco de su propia medicina.

Si hay alguna queja acerca de Daimajin, es que el final suena algo abrupto (después de la masacre, vienen enseguida los títulos de los créditos). Así mismo, la naturaleza del dios guerrero no queda muy explicitada que digamos. Por momentos la historia hace pensar de que se trata de un ser maligno encerrado por los dioses, y en otros momentos parece una figura justiciera que merece el respeto de los pobladores. Al mejor estilo King Kong, aquí es Kozasa quien logra conmover al monstruo y detener su furia – al final ya comienza a masacrar a los mismos pobladores -. La naturaleza gris de la conducta de Maijin es un punto realmente interesante que el film no se encarga de explorar: ¿es protector, justiciero o vengativo?. Pero dejando de lado eso, Daimajin es realmente una película más que interesante y digna de recomendación. Es una lástima que las secuelas sean difíciles de obtener en este lado del mundo, pero sin duda deben ser tan apasionantes como esta entrega.

DAIMAJIN

Los filmes de la saga de Daimajin son: Daimajin (1966), El Regreso de Daimajin (1966) y La Furia de Daimajin (1966)