Crítica: La Maldición (Cursed) (2005)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / Alemania, 2005: Christina Ricci (Ellie Myers), Jesse Eisenberg (Jimmy Myers), Joshua Jackson (Jake Taylor), Judy Greer (Joannie), Milo Ventimiglia (Bo), Mya (Jenny Tate), Portia De Rossi (Zela)

Director: Wes Craven, Guión: Kevin Williamson

Trama: Elli y Jimmy Myers son dos hermanos que sufren un accidente de auto. Al socorrer al coche contra el cual impactaron, son atacados por un enorme animal que los deja seriamente heridos. La impresión que la da a Jimmy es que se trató de un lobo enorme, aunque hace más de 40 años que los lobos desaparecieron de esa zona de California. Pero el inquieto muchacho comienza a convencerse de que han sido atacados por un hombre lobo, y la marca en forma de pentagrama que tiene en su mano es suficiente prueba para él. El tema es que Ellie es mucho más escéptica sobre el tema, si bien ha comenzado ha sentir malestares y siente un feroz apetito por la carne roja. Y ahora los hermanos se verán en la tarea de encontrar al hombre lobo que los contagió para matarlo y, de ese modo, eliminar la maldición que pesa sobre ellos. Pero a su alrededor todas las personas parecen sospechosas, el tiempo pasa, y el proceso de conversión parece irreversible.

La Maldicion (Cursed) (2005) La Maldición es la reunión forzada de Kevin Williamson y Wes Craven luego de cinco años de haber clausurado la saga Scream. Los hermanos Weinstein de Dimension Pictures comenzaron a presionarlos en busca de otro megahit, y así fue como Williamson apareció con este proyecto que intenta trasladar el terror y el humor autorreferencial de Scream al género de los hombres lobos. El problema es que el estudio no quedó satisfecho con el rodaje, y comenzó a meter mano en él aún antes de finalizar. Por ejemplo, el estreno del film estaba planeado originalmente para el 2004 pero los Weinstein exigieron profundos cambios en el libreto, lo que motivó un año entero de reescrituras y nuevas filmaciones. En el medio el guión cambió radicalmente – el 50% del elenco original fue despedido, aún cuando ya hubieran rodado sus partes en su totalidad y hubiera nombres de la talla de Illeana Douglas, Heather Langenkamp, Scott Foley, Omar Epps, Robert Forster, James Brolin y Corey Feldman; demás está decir que esas filmaciones terminaron en la basura y hubo que comenzar de nuevo -, y lo que antes era la historia de dos hermanos y un amigo siendo mordidos por un hombre lobo, perdió un protagonista (Skeet Ulrich) en el caminó. Se le sacó sangre (para obtener una calificación apta menores 13 años), se le puso gore, se le volvió a quitar sangre… Al final, cuando Cursed se estrenó en el 2005, había sido tan manoseada que a nadie le gustó el resultado final.

Yo suelo ser abogado de causas perdidas, y diré a su favor que La Maldición no es una película terrible. Durante tres cuartas partes el filme funciona ok, con algunos sustos efectivos y un par de chistes medianamente graciosos, y luego se desbarranca en un final a medio cocinar. Lo que jamás termina por vislumbrarse es un mínimo de frescura o genialidad como la que Kevin Williamson había exhibido en Scream y que había servido para renovar un género entero. Williamson inserta con calzador referencias cinéfilas – el novio de la protagonista hace una exposición temática sobre el cine de terror, incluyendo una réplica del bastón de plata usado en El Hombre Lobo (1941) con Lon Chaney Jr.; Christina Ricci trabaja en una cadena de televisión y se codea con famosos que hacen de ellos mismos; Jesse Eisenberg es un fan de comics sobre el hombre lobo e investiga en Internet sobre el tema -, pero las mismas nunca terminan de ser explotadas como corresponde. Aquí falta un nerd cinematográfico al estilo de Jamie Kennedy en Scream; y, por otro lado, la mitología del hombre lobo es tan sólida y reconocida por todos que hay muy poco margen para inventarle algo nuevo.

Pero la impresión más fuerte que me deja La Maldición, es que Williamson escribe utilizando El Hombre Lobo Americano en Londres como molde patrón. Hay temas muy similares – los protagonistas descubriendo sus nuevos sentidos y utilizándolos como super poderes en beneficio propio; la urgencia desaforada por la carne roja; los protagonistas descubriéndose desnudos en el bosque (o en el jardín, como ocurre acá); incluso la gran masacre final en medio de un gentío -, y todo tiene un tufillo fuerte a reciclado.

El otro punto pasa por las expectativas creadas. En Scream había un auténtico misterio – un whodunnit – sobre quién era el asesino… y aquí no se siente en ningún momento que los protagonistas estén investigando y buscando al responsable. Por el contrario, son totalmente pasivos: descubren sus poderes y los lobizones de turno se les empiezan a aparecer de la nada, sin ninguna pista previa posible. Con todo esto se llega al climax, en donde los personajes hablan demasiado y la embarran cada vez peor más a medida que intentan justificar por qué hacen lo que hacen. Es todo demasiado largo y con motivos poco creíbles, amén de que los efectos especiales dejan mucho que desear (¿cuándo esta gente va a aprender de El Hombre Lobo Americano en Londres, que se sigue viendo sensacional 30 años después de su estreno?. Los CGI no sirven en estos filmes).

La Maldición es pasable. Wes Craven sigue generando buenos sustos. El que falla es Williamson, ya que el guión no es muy creativo ni original. Simplemente la inteligencia y la magia del libretista estrella parece haberse esfumado y en su lugar quedo un escritor muy standard.