Crítica: Criatura (2011)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2011: Mechad Brooks (Niles), Sid Haig (Chopper), Dillon Casey (Oscar), Lauren Schneider (Karen Parker), Amanda Fuller (Beth), Serinda Swan (Emily), Aaron Hill (Randy Parker), David Jensen (Jimmy)

Director: Fred Andrews, Guión: Fred Andrews & Tracy Morse

Trama: Un grupo de amigos se dirigen de excursión hacia los pantanos de la Florida. Al llegar a una vieja gasolinera sobre la ruta, descubren que la misma posee una especie de museo en donde documentan la aparición de una criatura en los pantanos. Oscar, el líder del grupo – y quien viviera en la zona durante su niñez – comienza a hablarles al resto sobre la leyenda de Grimley Boutine, un lugareño que dio caza al cocodrilo blanco que devoró a su familia y que, al matar al animal, terminó por absorber la maldición que pesaba sobre éste, convirtiéndose en un engendro que ronda los pantanos. Entusiasmados por el relato de Oscar, el resto del grupo accede a visitar la casa de Boutine, convertida hoy en un museo local. Pero la noche los sorprende y el grupo decide acampar cerca de la cabaña – museo… sin sospechar que algo inhumano ha comenzado a acecharlos desde los matorrales.

Criatura (2011) Ni la crítica ni la taquilla trataron bien a Criatura, y eso era de esperarse. No es el peor filme del mundo pero tampoco uno bueno, y eso que comienza con mucho empuje. El problema con la película es que a mitad de camino decide tomarse en serio a sí misma, con lo cual los problemas de construcción y credibilidad – que uno venía perdonando hasta ese momento – quedan en evidencia. Y la frutilla del postre termina por ponerla el incongruente final, el que va a contramano de todas las expectativas creadas.

En sí, Criatura no es mas que una película ochentosa de terror con algo más de presupuesto y solvencia técnica. Acá hay desnudos gratuitos, lesbi-friends, y un gore medianamente recatado para las épocas que corren. Las performances son mejores que la media habitual en este tipo de filmes, los diálogos van de lo tolerable a lo disfrutable, y los sustos son mucho más light de lo esperado. Hay un bicho – una especie de hibrido entre humano y cocodrilo – que está ok si no lo enfocan demasiado fijo, y hay una pequeña parva de sicópatas como para condimentar todo el asunto. Si no te mata el monstruo, seguramente lo hará el montañés demente que anda rondando por ahí con un machete en la mano.

La primera mitad de Criatura es disfrutable aunque predecible. Lo que funciona es el grupo de amigos, que son naturalmente simpáticos y que tienen algunos personajes destacados – en especial la pelirroja Lauren Schneider, la que no duda en acostarse con cualquier cosa que se mueva cuando está borracha -. Hay algunas revelaciones de último momento que son algo traídas de los pelos, y muy pronto nos encontramos a un grupo de montañeses (si, ya lo sé!; toda esta gente viven en el pantano!; entonces, ¿cómo los llamo?; ¿pantanosos?), adoradores de la criatura lagarto y que han decidido servirle a los excursionistas como un copetín. Lo que sigue es un mix entre Martes 13, Deliverance, y El Monstruo del Pantano, el cual nunca termina de ser satisfactorio. Allí la película pierde su desenfado y entra en los carriles propios de cualquier filme mediocre de terror típico de los años ochenta. Los ataques del bicho son sosos, los ataques de los montañeses son sosos, los contraataques de los excursionistas son sosos. Y el colmo es el climax, en donde el gran desenlace tiene lugar fuera de cámara, y ocurre en medio de circunstancias realmente extrañas, con gente entrando y saliendo de agujeros de barro que aparecen de la nada en medio de todo ese escenario.

Para pasar un rato, Criatura es medianamente aceptable hasta que llega el final. No asusta en ningún momento, pero tampoco cae en ninguna circunstancia demasiado abominable o ridícula. Podría haber estado mucho mejor si el director hubiera pisado el acelerador en cuanto al humor negro o al gore, pero ni ahí. Mi consejo: si la engancha en cable se puede dejar ver, pero ni se le ocurra gastar dinero en verla en cine o alquilarla. Hay cintas de terror mucho más satisfactorias que ésta.