Crítica: Cuenta Regresiva (Countdown) (1968)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1968: James Caan (Lee Stegler), Robert Duvall (Charles ‘Chiz’ Stewart), Joanna Moore (Mickey Stegler), Steve Ihnat (Ross Llewellyn), Charles Ardman (Gus), Ted Knight (Larson), Barbara Baxley (Joan Stewart)

Director: Robert Altman, Guión: Loring Mandell, basado en la novela The Pilgrim Project de Hank Searls

Trama: La NASA se encuentra ultimando detalles del proyecto Peregrino, el que tiene por fin poner a un hombre en la superficie de la Luna en corto plazo. Pero la prensa anuncia el inminente lanzamiento de una misión soviética con un propósito similar, y el gobierno estadounidense decide apurar el trámite. El tema es que la misión rusa está integrada por civiles, y desde los altos mandos americanos presionan a la NASA para que haga lo mismo. A último momento el coronel Charles Stewart es reemplazado por el civil Lee Stegler, quien sólo dispone de tres semanas para entrenarse para el viaje. Además de sus lógicas dudas sobre su performance, la misión tiene defectos basales de planeamiento, ya que el astronauta que llegue a la Luna no podrá regresar hasta dentro de un año y mientras tanto deberá permanecer en un refugio todo ese tiempo. Y con el apuro por lograr el éxito, las cosas no saldrán como lo previsto.

Countdown, Cuenta Regresiva A finales de los sesenta – y con la inminente culminación de la carrera espacial que sería el descenso en la Luna en 1969 -, Hollywood se lanzó a hacer docudramas sobre la inminente misión lunar. Contrariamente a otros esfuerzos previos como Destino: La Luna (1950), esta vez las cosas eran menos fantasiosas y contaban con el aval técnico de la NASA. De ese modo las pantallas verían esfuerzos como Atrapados en el Espacio (1969) o el filme que nos ocupa.

Countdown es también uno de los primeros esfuerzos de Robert Altman en la pantalla grande. Debo decir que nunca me gustó la obra de Altman, aunque no dejo de reconocer su seudo – importancia. Después de Countdown Altman rodaría MASH (1970) y despegaría con vuelo propio. Pero aquí está como director a sueldo, y su performance es más que correcta… tanto, que no hay ningún detalle en el filme que se pueda asociar con el estilo característico del director.

Ciertamente uno a veces se contradice. Cuando un filme de sci fi no es fantástico sino realista – como Countdown -, uno debería alabar el esfuerzo de los productores en intentar narrar una historia de aventuras sin marcianitos verdes ni rayos laser. Pero lo cierto es que la película no es muy interesante. Obviamente una misión a la Luna tiene un montón de problemas que resolver, pero la mayoría de ellos son tan técnicos que difícilmente la audiencia pueda interpretarlos. A lo que voy es que, en el caso de sci fi realista, es difícil generar drama y tensión sin que se vomite data técnica incomprensible o que se invente una vuelta de tuerca que resulte demasiado artificial. Aquí la historia se opaca por dos puntos vitales del libreto, que son traídos de los pelos: el primero es el reemplazo a último momento del ultra entrenado Robert Duvall por el novato James Caan por razones políticas – prefieren un civil antes que un militar -, lo cual es poner en riesgo una multimillonaria misión por culpa de una estrategia de relaciones públicas. El segunto punto, aún mucho más disparatado, es que el astronauta que llegue a la Luna no podrá regresar, ya que aún no está desarrollado el módulo de despegue. Le mandan un módulo de sobrevivencia – que no es mucho mas grande que una garita policial de las que hay en los bancos -, y en él deberá permanecer un año hasta que lo vayan a buscar… lo que es una locura total. A esto se suma el hecho de que el tipo, cuando está por bajar en la Luna, debe encontrar a ojo al “kiosquito” espacial que le mandaron desde la Tierra.

Acá hay mucho blablablá e impresionantes tomas de las instalaciones de la NASA en Cabo Cañaveral, pero el drama es bastante insípido. Como el héroe de turno James Caan es algo soso, y está acompañado por Robert Duvall, años antes de la dupla reapareciera en El Padrino y Aristócratas del Crimen. Todas las mujeres del cast parecen más viejas que sus maridos, y hay un agrio jefe de misión cuyo papel se convertiría en un estereotipo de esta clase de filmes. Pero la película no le da mucha bolilla al viaje espacial en sí – la pregunta de rigor es: ¿a nadie se le ocurrió darle siquiera unos lentes de sol a estos astronautas?. Carecen de visceras con vidrios ahumados y deben taparse los ojos con las manos para ver los instrumentos o dónde aterrizar -, y cuando llega a la Luna, la trama se termina en 10 minutos. Todo muy prolijo, correcto… e insulso.

Countdown es una película ok. Deslumbra la impresionante fotografía que hacían en los sesenta con el technicolor, el drama es pasable, pero no hay mucho más que eso. Simplemente son 90 minutos apenas correctos.