Crítica: El Conjuro 2 (2016)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 2016: Patrick Wilson (Ed Warren), Vera Farmiga (Lorraine Warren), Madison Wolfe (Janet Hodgson), Frances O’Connor (Peggy Hodgson), Lauren Esposito (Margaret Hodgson), Simon McBurney (Maurice Grosse), Maria Doyle Kennedy (Peggy Nottingham), Simon Delaney (Vic Nottingham), Franka Potente (Anita Gregory)

Director: James Wan, Guión: Carey Hayes, Chad Hayes, David Johnson & James Wan

Trama: 1976. El matrimonio Warren – expertos en lo paranormal – han sido contratados para investigar los trágicos incidentes ocurridos en Amityville, lugar en donde un padre de familia estuvo a punto de masacrar a los suyos, fruto de una posesión demoníaca. Lorraine Warren realiza una sesión de espiritismo en el lugar y, en ella, ve a un demonio con forma de monja fantasmal, la cual le predice la muerte de su esposo Ed empalado por el tronco de un árbol. Al no poder lidiar con el demonio Lorraine se asusta y pide a Ed suspender sus actividades de investigación por un par de años. Pero en 1977 los extraños incidentes ocurridos en Endfield, Inglaterra llevan a los Warren al lugar para observar los hechos y dar un veredicto sobre la veracidad de los sucesos paranormales. Sin embargo los acontecimientos se vuelven cada vez mas violentos y, lo que es peor, Lorraine ha vuelto a ver al demonio disfrazado de monja. Tomando esto como algo personal – y que los perseguirá hasta el final de sus días si no lidian con él -, Ed y Lorraine se enfrentarán al demonio… pero éste posee un sadismo inusitado y no escatima en lastimar a quienes tenga a mano con tal de que Lorraine baje la guardia y deje de proteger a Ed de su seguro (y oscuro) final.

los investigadores paranormales están llenos de cuiqui en la película de James Wan El Conjuro 2 (2016) los investigadores paranormales están llenos de cuiqui en la película de James Wan El Conjuro 2 (2016)

El Conjuro 2 (2016) James Wan = gran capo del cine de terror. Si, sí, están Wes Craven, John Carpenter, M. Night Shyamalan en sus buenas épocas, algún hito fugaz como El Proyecto Blair Witch o la saga de Actividad Paranormal… pero Wan los sobrepasa a todos en cuanto a eficiencia narrativa. El tipo te hace pegar unos saltos de aquellos y sabe cómo asustar. Por eso despreció la ponchada de millones de dólares que le ofrecieron para dirigir la próxima de Rapido y Furioso; porque sabe que el horror es lo suyo. Es una lástima que se haya divorciado de su socio creativo Leigh Whannell, ya que ambos sabían construir escenarios espeluznantes. Ahora cuenta con otro equipo de guionistas que le elaboran un esqueleto de historia y dejan que Wan llene los blancos: “y los protagonistas llegan a una habitación oscura y… – improvisa Wan -“. El Conjuro 2 está repleta de interminables situaciones tensas, y puedo asegurar que me la pasé al borde de la butaca la mayor parte del filme. Y si bien hay sustos por doquier, le encontré algo menos shockeante que El Conjuro o Insidious, las que considero las obras máximas de Wan (junto con Saw, pero ésa entra en otra categoría). Será que, cuando el clima de suspenso es permanente, uno termina esperando cualquier cosa impresionante y por eso la sorpresa es menor. Por ejemplo, no encontré ninguna secuencia de shock parecida a aquella del original en donde Lili Taylor se sentaba a descansar en la escalera del sótano con una vela y un par de manos invisibles le apagaba la candela de un aplauso. Para el impacto se precisan respiros y momentos de tranquilidad, y El Conjuro 2 no da ninguno en su última hora de desarrollo; prefiere el clima ominoso permanente y agotador antes que el shock aislado.

En la ocasión anterior debatí sobre la cuestión de la veracidad de las investigaciones de los Warren – aquí, aún mas puesta en duda ya que se encuentran involucrados en un punto en el caso Amityville, el cual años mas tarde los mismos responsables reconocieron que se trataba de un engaño armado para llenarse los bolsillos -. Ahora, francamente, me importa un comino. Elaborar una ficción histórica y poner a los Warren como una especie de Mulder y Scully de los años 70, no me parece un sacrilegio. Si los casos fueron farsas o no – el caso de Endfield, Inglaterra está plagado de sospechas, con los niños haciendo ventriloquía y/o conspirando para mover los muebles en las horas mas inusitadas de la noche -, no me interesa. Estoy acá por el show que me ha preparado Wan y, guau, es tal como lo esperaba. Intenso, siniestro, sorprendente.

No sé si importa hablar de los detalles, ya que se trata de un filme para ir virgen y experimentarlo. Quizás haya detalles cuestionables – uno precisa ponerse una vacuna antitetánica antes de entrar a la casa de los Hodgson (¿cómo pueden vivir en semejante mugre?, ¿acaso no conocen el jabón Bao?); el sótano inundado, las paredes que rezuman humedad y empapelado podrido, pisos de madera apolillados y, lo peor, utilizan el agrietado y mugriento mobilario del dueño anterior, ya fallecido y convertido en el fantasma que aterroriza a todos -, pero el show despega de gran forma cuando los Warren llegan a Inglaterra. El siempre desabrido Patrick Wilson despierta valentía y honestidad y posee una quimica formidable con Vera Farmiga. La inglesita Madison Wolfe destila tortura y crueldad, en el rol de victima poseída por una entidad feroz y brutal. Las secuencias – especialmente con el “Hombre Torcido”, personaje de una canción infantil bastante torturante – te hacen clavar las uñas en el asiento del sillón. Es Wan en su salsa: creando ambientes plagados de penumbras en donde moran seres horripilantes, jugando con la banda de sonido y poniendo ruidos inquietantes, utilizando planos borrosos para ver cómo algo horrendo se mueve en segundo plano detrás de la protagonista… Oh, sí, El Conjuro 2 vale cada peso del valor de la entrada.

Quizás el final sea algo exagerado, los colaboradores ingleses algo escépitcos de más, y quizás de la idea del demonio persiguiendo a la espiritista de un continente a otro sea traída de los pelos pero, rayos, es un filme de terror de James Wan y los tremendos sobresaltos compensan cualquier pifia de lógica.

EL CONJURO

El Conjuro (2013) – El Conjuro 2 (2016)