Crítica: El Mundo Oculto de Sabrina (2018)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

5 atómicos: excelenteRecomendación del EditorUSA, 2018: Kiernan Shipka (Sabrina Spellman), Ross Lynch (Harvey Kinkle), Lucy Davis (Hilda Spellman), Miranda Otto (Zelda Spellman), Chance Perdomo (Ambrose Spellman), Michelle Gomez (Mary Wardwell), Tati Gabrielle (Prudence Night), Richard Coyle (Sumo Sacerdote Faustus Blackwood)

Director: Lee Toland Krieger – Guión: Roberto Aguirre-Sacasa, sobre su propia historieta creada para Archie Comics.

Trama: En Gleendale ocurren cosas extrañas. Quizás tenga que ver el pasado del pueblo, dominado por la oscura memoria de persecuciones de brujas y ejecuciones públicas ocurridas hace varios siglos. Pero las brujas no han desaparecido de Gleendale, y muchas de ellas se concentran en la funeraria Spellman. Allí vive Sabrina, una dulce adolescente que está a punto de cumplir sus 16 años. Pero no se trata de un cumpleaños mas: es el momento en el cual Sabrina deberá asumir su identidad como bruja e ir a estudiar a la escuela de artes oscuras de la Iglesia de la Noche para aprender a manejar y potenciar sus poderes. El problema es que Sabrina está muy enamorada de su novio Harvey Kinkle así como del pueblo y de sus amigos, y no quiere renunciar a ello para seguir la tradición familiar. Porque ella es hija de un hechicero y de una mortal, y se ve forzada a elegir entre el mundo de los brujos y el de los humanos… algo que para ella no tiene sentido. Lo que Sabrina no sabe es que hay fuerzas muy oscuras que conspiran contra su voluntad en este momento de rebelión, y que tienen que ver con los enormes poderes que Sabrina aún no ha descubierto. Y si para Sabrina la libertad de elección implica volverse en una bruja experta y ir contra el mismísimo Señor Oscuro, ella no tiene reparos para ello… aunque no sepa que todo es parte de un plan invisible para manipularla y generar una revolución en el mundo de la magia oscura.

Arlequin: Critica: El Mundo Oculto de Sabrina (2018)

En el mundo de los comics todo es posible; incluso cambiar varias veces de orientación a un mismo personaje. Vean sino lo que ocurrió con MLJ Comics, una editorial independiente que hacia tiras de superhéroes ignotos a finales de los años 30. Curiosamente el estandarte de la editorial era The Shield, un tipo con un uniforme lleno de barras y estrellas… idéntico al Capitán América. Si la MLJ no fue acusada de plagio es porque The Shield apareció meses antes que el personaje de Marvel; cosa curiosa, la editorial después terminaría licenciando el personaje a la DC Comics y aparecería en varias aventuras de Flecha Verde y Canario Negro.

Pero los superhéroes solos no bastaban – y mas tarde el tiempo demostraría que era una moda pasajera enardecida por la euforia patriótica de la Segunda Guerra Mundial y llevando al género la decadencia antes de la década del 50 -, y la MLJ decidió experimentar con algo mas liviano y adolescente. Inspirado por los filmes de Andy Hardy interpretados por Mickey Rooney y que eran un éxito inagotable en el cine -, los tipos lanzaron Archie en 1941, creado por John L. Goldwater, Bob Montana y Vic Bloom. Archie era un chico pelirrojo que vivía en un pueblito y vivía aventuras cómicas con su pandilla de amigos. La tira resultó ser una mina de oro y la editorial pasó a llamarse Archie Comics, desarrollando mas historietas en el universo compartido de Archie.

Para diversificar la oferta adolescente, a la gente de Archie Comics se les ocurrió ofrecer otra tira en clave de humor pero con tono paranormal, que terminó resultando Sabrina, la Bruja Adolescente, nacida en Octubre de 1962 de la mano de George Gladir y DanDeCarlo. Sabrina vivía en Gleendale, cerca del pueblo de Archie y con frecuencia cruzaban sus caminos y vivían aventuras juntos, especialmente porque Sabrina era torpe y no sabía controlar sus poderes. Es el mismo tono que tendría la sitcom de 1996 protagonizada por una Melissa Joan Hart siempre pasada de pastas. La sitcom resultó un suceso y duró siete temporadas.

Lo que ocurrió después era imposible de imaginar. Cuando las ventas de los comics de Archie (y todo su universo) comenzaron a flaquear, la editorial se volvió cada vez mas experimental. El primer paso fue contratar a Roberto Aguirre-Sacasa, un tipo que venía de escribir varias historias para la tira de Los 4 Fantásticos de Marvel, y le dieron luz verde para lanzar una tira renovadora. Lo que terminó generando fue Afterlife With Archie, una versión alternativa de los personajes clásicos de la editorial donde los tipos quedaban atrapados en medio de un apocalipsis zombie, y que no ahorraban ni humor ni tripas (fue el primer título con rating Teen+ y advertencia de contenido de la editorial). Afterlife With Archie fue un fenómeno tan enorme que Aguirre-Sacasa saltó a ser editor en jefe de Archie Comics, y pronto se dedicó a revitalizar el otro título paranormal de la editorial, convirtiendo a Sabrina, la Bruja Adolescente en Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina en el 2014. No sólo era mucho mas oscura y horripilante que el original, sino que sirvió para enganchar un público adolescente moderno con las publicaciones de la editorial. Las Escalofriantes Aventuras de Sabrina se agotó al instante y la crítica la aplaudió de pie, lo cual impulsó a que Archie Comics volviera a desembarcar en la televisión con las versiones aggiornadas de sus productos: primero con Riverdale (Archie) en 2017 (en clave de misterio pueblerino a lo Twin Peaks) y Chilling Adventures of Sabrina en el 2018, ésta última desarrollada para Netflix y con la ventaja de que el streaming carece de los límites del cable a la hora de mostrar gore y violencia gráfica.

Como producto, es difícil catalogar a Chilling Adventures of Sabrina. Es una comedia de terror, pero esta gente no hace chistes directamente a la cámara. Lo suyo es mas sutil, como si fuera una parodia de la América rural ultraconservadora y superreligiosa, sólo que esta gente se persigna y se bendice clamando a Satán. En medio de todo eso Sabrina es una iconoclasta revolucionaria; no sólo cuestiona el seguimiento ciego de las costumbres demoníacas, sino que las combate o propone otras diferentes. Hay una crítica camuflada a la hipocresía de las organizaciones religiosas, cuyas autoridades claman un puritanismo que tiran por la borda en cuanto se refiere a sus vidas privadas. Acá el Sumo Sacerdote – un irreconocible Richard Coyle, que parece un clon embetunado de Bela Lugosi – no tiene empacho en tener hijos por todos lados y matar a algunos de ellos si es necesario. Por otro lado las tías de Sabrina – la picante Lucy Davis, deliciosa como siempre; y ese monumento de mujer que es Miranda Otto, que al fin recibe un papel como se merece, y exuda orgullo, cinismo y determinación con gran altura – son devotas al mango, y maldicen y se persignan por el Señor Oscuro en el detalle mas gracioso de toda la historia. Son mas papistas que el Papa (o que su Majestad Satánica).

Pero la historia no funcionaría si no tuviera una protagonista carismática, y he allí al as bajo la manga de la serie. Kiernan Shipka – a la que conocimos en Mad Men como la hija de Don Draper, que comenzó de chiquita y en un papelito de relleno, y después comenzó a ganar un peso enorme en la serie – brilla como nunca. Su simpatía no es abierta, es mas bien sutil, pero irradia inteligencia con sus enormes ojos negros y posee una determinación y empuje que son admirables. Si para estar con su novio – y vivir su dualidad de mortal y bruja en nuestro mundo – debe aniquilar al mismisímo diablo, ella no tiene empacho en ir para adelante con semejante plan, por mas demencial que parezca; ella se tiene tanta confianza en sí misma que sabe que triunfará porque es ella y porque tiene la razón. Y allí es donde reside la gracia y la temática de la serie: la primera mitad de la temporada es Sabrina triunfando sobre los obstáculos y resolviendo problemas, pero en la segunda mitad la confianza ya es excesiva y se mete en dramas enormes (un increíble exorcismo al tío de una de sus amigas – las brujas no pueden exorcisar porque los demonios son sus amigos!! -, una fiesta caníbal en honor a una bruja admirada – que se sale de madre muy mal – y, por último, el intento de revivir al hermano de su novio, en donde la picardía de Sabrina para engañar la muerte termina con un clímax al estilo de La Niebla de John Carpenter y con consecuencias permanentes para todos), lo que genera los mejores capítulos de la serie. Como dijo alguien, la primera mitad prepara el momentum para la segunda parte, la cual es una gozada y se ve de una tirada.

Todas las performances son excelentes (incluyendo a la espectacular Michelle Gomez, una mujer que debe haber rajado la tierra hace 10 años y que aún hoy, veterana, sigue deslumbrando), y la Shipka se lleva las palmas, siendo de esos personajes carismáticos, con códigos de honor propios, con emociones a flor de piel que te hacen admirarla, mas allá de si la historia es un bolazo bien camuflado o una comedia de horror hecha con altura. Como sea, El Mundo Oculto de Sabrina es un gran show, un espectáculo diferente que nunca aburre y siempre apasiona, aún cuando tenga su cuota de momentos no aptos para estómagos delicados… algo que forma parte de su gracia natural.

ARCHIE COMICS

Riverdale (serie, 2016 -), El Mundo Oculto de Sabrina (serie, 2018 -)