Crítica: Hijos de los Hombres (2006)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA / GB / Canada / Japon, 2006: Clive Owen (Theo Faron), Claire-Hope Ashitey (Kee), Pam Ferris (Miriam), Michael Caine (Jasper Palmer), Julianne Moore (Julian Taylor), Chiwetel Ejiofor (Luke), Peter Mullan (Sid)

Director: Alfonso Cuarón, Guión: Alfonso Cuarón & Timothy Sexton, basados en la novela homónima de P.D. James

Trama: Año 2027. Hace 18 años que la humanidad ha comenzado un largo y lento camino hacia la extinción, ya que todas las mujeres del mundo se han vuelto estériles y no se ha producido ningún nacimiento en ese lapso. En Inglaterra – así como en muchas partes del mundo – la idea de la extinción ha provocado revueltas populares y el surgimiento de grupos radicales, lo que ha culminado en el establecimiento de regímenes totalitarios que han suprimido las libertades civiles para asegurar la paz. Theo Faron es un burócrata del gobierno inglés que vive en Londres, y es contactado por Julian Taylor, su ex pareja y a quien no ve desde hace años desde que se enrolara en un grupo revolucionario. Julian le pide a Theo que utilice sus contactos para conseguir pases de salida para una chica morena y así poder sacarla del país. Pero toda la operación se complica, y Theo queda a cargo de la muchacha. Y su sorpresa será mayúscula cuando descubra que la chica es la primera mujer embarazada en casi veinte años.

Hijos de los Hombres La carrera del director mexicano Alfonso Cuarón ha sido meteórica. Primero llamó la atención con Y Tu Mamá También en el 2001, y fue llamado por Hollywood para dirigir una de las mejores entregas de la saga del niño mago, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban en el 2004. Ya establecido en el cine mainstream, terminó de cimentar su fama con la película que nos ocupa, que sin duda alguna es uno de los mejores exponentes de la ciencia ficción de los últimos años.

Así como con la versión de Soderbergh de Solaris, Sunshine, Alerta Solar de Danny Boyle y La Fuente de la Vida de Darren Aronofsky, pareciera que hubiera un lento resurgimiento de la sci fi pensante que era propia de los años 70 y que comenzara con 2001, Odisea del Espacio. Vale decir, la ciencia ficción de escenarios realistas y temas trascendentes. Hijos de los Hombres entra perfectamente en esa categoría, y es casi una película setentista rodada en el nuevo milenio. Por su clima y sus temas, se relaciona perfectamente con otros escenarios utópicos en donde la población mundial (por su crecimiento o falta de él) terminan por crear una víspera apocalíptica. Desde Zero Population Growth (1971) hasta Fuga en el Siglo XXIII (1976), pasando por Cuando el Destino nos Alcance planteaban teorías acerca de la natalidad controlada y la superpoblación mundial sobrepasando los límites de la capacidad de consumo del planeta. Aquí el escenario es radicalmente inverso: el apocalipsis (o la extinción) es inminente, simplemente porque la raza humana se ha vuelto estéril. Con veinte años y cero nacimientos, el planeta se ha vuelto un lugar cínico y hostil. El temor provoca la radicalización de las posturas, y surgen tanto grupos terroristas como gobiernos fascistas. En el caso de Children of Men, el escenario es similar a V de Vendetta – los conservadores del gobierno se erigen en un poder totalitario y xenófobo; Inglaterra cierra sus puertas ante lo desconocido, y procede a expulsar masivamente inmigrantes, sean legales o no; en protesta, surgen grupos guerrilleros y el clima se vuelve explosivo -.

Pero en el fondo todo esto no es más que una excusa para elaborar una sofisticada alegoría cristiana. En el fin de los tiempos, sólo un nacimiento podrá producir esperanza a toda la humanidad. Toda la persecución de Theo y Kee termina siendo un derrotero parecido al de María y José – Theo descubre el embarazo de Kee en un granero; Theo no es el padre pero es el protector de Kee; la muchacha se lava los pies tal como la Virgen María, y el grupo terrorista que los persigue se llama Fishes (pescados), que también es una imagen cristiana -. Incluso el tema se vuelve obvio cuando el llanto del bebé consigue parar disparos y explosiones, y pone a todos de rodillas. Y tal como sucedió con Jesús, hay una serie de intereses políticos sobre su figura – antes eran los sacerdotes judíos y los romanos, aquí es el gobierno fascista y los terroristas que se pelean por la posesión de la chica embarazada -. Es notable ver como, cuando la situación se vuelve extrema, las posturas se hacen tan radicales que dejan de ver la realidad. Uno y otro bando piensa utilizar en su provecho político el nacimiento del bebé, sin considerar el verdadero sentido del milagro. Es gente que ha perdido su visión inicial y ahora sólo se mueve por la inercia de la lucha con el contrario.

Hijos de los Hombres es una película formidable. El clima de la Inglaterra futura es opresivo y angustiante – uno nunca está seguro si los protagonistas podrán llegar vivos al final -, y todo es una persecución constante. En las escenas de acción Cuarón brilla – la larga y complicada toma con una cámara virtual girando alrededor del auto donde viaja Theo, la chica y un grupo de guerrilleros es simplemente formidable -, y al momento de establecer desarrollo y personajes es impecable. Ciertamente hay cosas que uno puede anticipar a la distancia – siguiendo la regla número 13 de las leyes del cine, que dice que los personajes más simpáticos de la historia son los primeros en morir -, inclusive el final. Pero la mano diestra del director las hace interesantes y emocionantes. Y sin dudas, por historia, dirección y performances, Hijos de los Hombres es un sólido clásico moderno, muestra de un cine que debería ser imitado.