Crítica: Chanoc y el Hijo del Santo Contra los Vampiros Asesinos (1981)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Mexico, 1981: Hijo del Santo (como él mismo), Santo (como él mismo), Nelson Velázquez (Chanoc), Rubi Re (Dolores), Marcos Vargas (Marcos), Arturo Cobo “Cobitos” (Tzekub), Carlos Suárez (Carlitos)

Director: Rafael Pérez Grovas, Guión: Carlos Suarez & Alfredo Uribe

Trama: Chanoc y su padrino Tzekub se encuentran persiguiendo a una banda criminal en la costa atlántica mexicana, pero son atrapados y lanzados al mar. El hijo del Santo y su amigo Carlitos logran rescatarlos y deciden ayudarlos a atrapar a los malhechores, los cuales se encuentran a punto de cerrar una enorme operación de tráfico de diamantes. Y, como para que los locales no interfieran en su trabajo, los criminales han sembrado el terror en el pueblo, haciéndose pasar por vampiros en las noches y asesinando a varios locales. Ahora Chanoc y el Hijo del Santo deberán detener a toda costa el accionar de los malvivientes.

Chanoc y el Hijo del Santo contra los Vampiros Asesinos En los ochentas el género de luchadores mexicanos estaba entrando en el crepúsculo y Chanoc y el Hijo del Santo Contra los Vampiros Asesinos es prueba palpable de ello. Acá aparece el Enmascarado de Plata en un breve cameo al principio del filme, pasándole la posta a su hijo – que se viste igual y se ve más atlético -. El problema es que, luego de eso, la película se clava de nariz muy mal y nunca repunta. Mal día para que el Hijo del Santo exhibiera su título de heredero del género.

Ya desde el arranque vemos que el Hijo del Santo ocupa un lugar secundario – en los títulos, en el filme – y nada bueno puede desprenderse de eso. Claro, Santo Jr tenía apenas 18 años al momento de rodar esta aventura, y transpira inexperiencia por todos sus poros. Es muy flojo para recitar sus líneas, y en todas las escenas siempre está agarrándose de alguien – de Chanoc, de la chica de turno, de quien sea -, como si estuviera paralizado por el pánico frente a las cámaras de cine. A diferencia del padre Santo Jr no está con la máscara todo el tiempo, aunque cuando se encuentra de civil usa unos lentes de sol gigantescos – parecen parabrisas ahumados de camión – que le cubren casi todo el rostro. Y, cuando debe enfrentar a los malos, tira una bombita de humo al suelo y aparece con la máscara y la capa, con lo cual lo suyo está más cerca del superhéroe tradicional que del wrestler aventurero que encarnaba su padre. Pero aún así tiene algo de decepcionante, ya que en vez de voltear malhechores a porrazo limpio el pibe usa sofisticadas tomas de artes marciales.

En realidad gran parte del fracaso del filme se debe a la debilidad del Hijo del Santo como protagonista, con lo cual el libreto apela al recurso de potenciar a los comic relief de turno – Carlos Suarez y Arturo Cobos – y darles más espacio, pero equivale a apagar al incendio con un bidón de gasolina. Suarez y Cobos están en pantalla el 50% del tiempo y tienen tanta gracia como un martillazo en el escroto, haciendo pavadas, cayéndose a cada rato, diciendo estupideces.

El único que funciona en todo el filme es Nelson Velázquez, quien encarna a Chanoc – un héroe del comic mexicano que data de 1959 y era muy popular en su momento -. El tipo tiene presencia, un físico mucho mejor incluso que el Hijo del Santo, y hasta canta bien. Oh si, porque aquí los wrestlers mexicanos cantan chamarritas, en uno de los detalles más bizarros del género.

Pero con la excepción de Velazquez, el resto es lamentable. Ni siquiera la amenaza del título es sobrenatural, ya que los vampiros de turno son criminales disfrazados. Toda la producción se ve demasiado barata, y parece haber sido filmada integramente dentro de un hotel de Acapulco.

Chanoc y el Hijo del Santo Contra los Vampiros Asesinos es una entrada absolutamente olvidable del género, y que merece ser evitada. Con peliculas así, uno le prende una vela a René Cardona (padre o hijo, es indistinto) y reza por su reencarnación. Los Cardona eran directores baratos y competentes, y entendían de qué trataba el género, un secreto que parecen haber perdido las nuevas generaciones de cineastas mexicanos.

SANTO, EL ENMASCARADO DE PLATA, Y OTROS WRESTLERS MEXICANOS

Otras películas de lucha libre mexicana comentadas en este portal: El Santo en Operación 67 (1967 – comentada en SSSM); Santo versus la Invasión de los Marcianos (1967); La Mujer Murciélago (1968); Las Luchadoras contra el Robot Asesino (1969); Santo Contra los Asesinos de Otros Mundos (1971); El Santo y Blue Demon contra Dracula y el Hombre Lobo (1973); Santo en el Aguila Real (1973); Chanoc y el Hijo del Santo Contra los Vampiros Asesinos (1981)