Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 2014: Chris Evans (Steve Rogers / Capitán America), Scarlett Johansson (Natasha Romanoff / Viuda Negra), Robert Redford (Secretario Alexander Pierce), Samuel L. Jackson (General Nick Fury), Anthony Mackie (Sam Wilson / Falcon), Cobie Smulders (Agente Maria Hill), Sebastian Stan (Bucky Barnes / Soldado de Invierno)
Director: Anthony Russo & Joe Russo, Guión: Christopher Markus & Stephen McFeeley, basado en el personaje de la Marvel
Trama: Adaptándose lentamente a las novedades del mundo actual, Steve Rogers – el supersoldado conocido como Capitán América – recibe la misión de recuperar un carguero propiedad de la agencia SHIELD, el cual ha sido secuestrado por parte de piratas. Pero al culminar la misión, Rogers se da cuenta que su verdadero propósito no era liberar a los rehenes sino preservar la integridad de la secretisima base de datos de SHIELD, la cual estaba cargada a bordo de la computadora de la nave. Así es como se entera que SHIELD ha estado desarrollando el proyecto Insight, el que consiste en lanzar tres gigantescas plataformas aéreas fuertemente artilladas, las cuales sobrevolarán el planeta en busca de amenazas a la seguridad nacional – las cuales pueden ser despedazadas con sus armas en cuestión de minutos -. A Rogers no le gusta la idea de que algo o alguien pueda matarte desde el espacio, además de considerar al proyecto en su totalidad como una clara ofensa a los derechos civiles de los ciudadanos. Y aunque Fury está empecinado en culminar el proyecto, pronto comienza a sospechar que el mismo ha sido infiltrado por fuerzas hostiles, razón por la cual decide frenar el lanzamiento de Insight. Sin embargo las cosas se salen fuera de control cuando Fury es asesinado y Rogers comienza a ser perseguido por fuerzas de SHIELD, creyendo que posee información clasificada dada por Fury – al cual consideran un traidor -. Pero pronto el Capitán América se verá de bruces con la realidad, al descubrir una gigantesca conspiración montada en el seno de la misma SHIELD y la cual amenaza con hacerse del control de las tres plataformas volantes para implantar un régimen totalitario en todo el planeta, aniquilando a cualquier individuo que considere una amenaza para su absoluto e implacable poder.
Si hay algo que me deleita, son los filmes del Universo Cinemático Marvel – los que arrancan con Iron Man y siguen con Thor, Capitán América, Los Vengadores, etc -. Son de una consistencia sorprendente, orquestado por un equipo de talentosos que comprende excelentes directores, quizás los actores mas carismáticos que hay ahora en el escenario hollywoodense, y libretistas apasionados por las historietas que deben adaptar. Aún en sus filmes mas livianos, son capaces de inyectarle mas energía a sus adaptaciones que las otras versiones Marvel existentes en mercado, como la franquicia de El Hombre Araña y la de los X-Men, las cuales son extremadamente correctas pero carecen de esa picardía que tiene Robert Downey Jr canchereando con su armadura roja, Chris Hemsworth sonriendo con sus crines rubias al viento, o Chris Evans haciendo piruetas con su escudo tricolor. En especial me resulta admirable lo que han hecho con un personaje tan limitado como es el Capitán América – a final de cuentas, no tiene gadgets propios, no vuela ni tiene grandes superpoderes, y ni siquiera tiene un uniforme decente -, convirtiéndole en un individuo interesante y hasta apasionante. En su segunda entrega, la gente de la Marvel ha decidido apartarse de los carriles tradicionales – por ejemplo, una mega amenaza extraterrestre – y se mete de lleno en la onda de los thrillers conspirativos setentistas, ésos en donde tu departamento estaba plagado de micrófonos, las autoridades te perseguían a diestra y siniestra, y no tienes nadie en quien confiar. Por supuesto si se trata de una conspiración Made in Marvel, las cosas no transcurren de la manera subrepticia en que debieran sino en medio de una orgía de caos y destrucción, con un montón de gente haciendo proezas sobrehumanas. Aún con todo ello, Capitán América: El Soldado de Invierno resulta inteligente y disfrutable, un filme de superhéroes que intenta tomar un camino diferente.
En sí la historia de Capitán América: El Soldado de Invierno es una mezcla de influencias, las que van desde la serie Person of Interest hasta la saga de Misión Imposible, sin contar los tecnothrillers de Tom Clancy y algún paranoico filme conspirativo setentista como Los Tres Días del Condor – precisamente aquí figura su protagonista Robert Redford, en un papel que no es exactamente decorativo -. Por un lado hay tres super plataformas volantes que SHIELD planea lanzar al espacio, las cuales van a monitorear el planeta todo el tiempo en busca de posibles amenazas a la raza humana – las cuales son detectadas por una supercomputadora como la que maneja Michael Emerson en la serie antes mencionada -; por otro lado hay una fuga de información que Nick Fury intenta controlar, lo cual culmina en su asesinato (wtf!) y la persecución de todos sus posibles allegados – incluyendo a Steve Rogers, la Viuda Negra y un recién llegado, un moreno que opera un prototipo de ala voladora y se hace llamar Falcon -. Rogers y sus amigos deben determinar hasta dónde llegan los responsables, descubriendo en el camino que restos de la antigua organización criminal nazi HYDRA ha estado infiltrando a SHIELD durante décadas con el fin de dar un golpe maestro. La cuestión de fondo es: ¿estos tres tipos podrán desmantelar semejante conspiración antes del lanzamiento de las tres naves – las cuales provocarán una masacre de manera inminente e imparable -?.
La trama de Capitán América: El Soldado de Invierno no es difícil de seguir. En realidad el nudo de la conspiración es pequeño y sencillo, y los directores Anthony y Joe Russo prefieren dejar que los personajes respiren, se desarrollen, entretengan con su carisma y encanten a la audiencia con sus escenas de acción. (alerta spoilers) Si uno se atiene a los hechos, podría deducir que la gente de SHIELD es bastante incompetente ya que estarán inundados de gadgets pero son incapaces de chequear los antecedentes laborales de la gente que emplean – ¿a nadie le preguntan en su curriculum si trabajó con anterioridad en HYDRA? -, y eso que hablamos de una falla que ha durado décadas. El otro punto relativamente discutible del filme es la inclusión del Soldado de Invierno, el cual resulta ser un amigo de la infancia de Rogers (y que aparecía en el primer filme), devenido en supersoldado / supersicópata asesino inmortal, como si no hubiera existido otra persona en la Tierra a la cual convertir en un ser así, o siquiera fabricar dos de su especie. Todo el tema entre Steve Rogers y su antiguo amigo Bucky Barnes / Soldado de Invierno deviene en un melodrama artificial típico de historieta, amén de que el filme no termina por proveerle un final limpio – todo queda stand by, en un “continuará…” -, ya que a esa altura uno necesitaba mas precisiones sobre semejante personaje. Y es que, tal como ocurría con El Sorprendente Hombre Araña 2, aquí no hay un villano de tiempo completo contra el cual pueda lucirse el protagonista. Al menos eso se compensa con la investigación de la conspiración, la cual es interesante y está protagonizada por un Chris Evans delicioso como siempre. (fin spoilers)
Capitán América: El Soldado de Invierno es un filme muy sólido y entretenido, aún cuando no termina de atar todos los cabos sobre el final (da la impresión de ser un filme ultralargo partido al medio, al estilo de Kill Bill). Tiene su propia agenda política – es el rechazo a la inmersión de los gobiernos en la privacidad de los ciudadanos, así como a la política del asesinato frío y expeditivo en pos de la seguridad nacional -. Como dice Richard Scheib en su blog, Capitán América: El Soldado de Invierno marca un fuerte contraste de mentalidad con Iron Man, en donde un fabricante de armas era el héroe. Ahora es Steve Rogers, un individuo idealista y chapado a la antigua, el cual está en contra del aparato armado montado por el estado, el cual se le antoja autoritario y arbitrario. Es esa agenda que lo separa de la bobada superficial y rutinaria que podría caracterizar al cine basado en comics, ya que podrían haber puesto a pelear al Capitán América contra algún alienígena verde y baboso; pero aquí la Marvel ha decidido meterse en algo mas adulto y realista (o al menos, tiene el barniz de parecerlo), lo cual puede no estar completamente logrado, pero al menos es digno de admirar. Y en dicho esfuerzo consigue generar una película inteligente y recomendable, demostrando que los superhéroes pueden ser algo más que fantoches disfrazados, y pueden convertirse en metáforas ambulantes que sirven para debatir temas reales y hasta apasionantes.