Crítica: Breaking In (2018)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

4 atómicos: muy buenaUSA, 2018: Gabrielle Union (Shaun Russell), Billy Burke (Eddie), Richard Cabral (Duncan), Ajiona Alexus (Jasmine Russell)

Director: James McTeigue – Guión: Ryan Engle

Trama: El adinerado padre de Shaun Russell ha muerto en un accidente automovilístico, y ahora su hija va de visita a su mansión de fin de semana para ponerla en orden, firmar los papeles legales que correspondan y ponerla en venta. Pero el veterano millonario ha estado involucrado en negocios turbios – se dice que estafó a sus clientes con mas de 4 millones de dolares – y se ha distanciado de su hija en todo este tiempo, así que  lo único que quiere Shaun es deshacerse de los recuerdos de su ingrato padre. Pero al llegar a la mansión en compañía de sus dos hijos la mujer comienza a notar que hay cosas fuera de lugar. No pasará mucho tiempo antes de darse cuenta que un grupo de ladrones ha irrumpido en la casa con el fin de encontrar la caja fuerte del millonario muerto y hallar los 4 millones perdidos. Ahora Shaun ha quedado aislada en el exterior y, lo que es peor, los ladrones han secuestrado a sus chicos, exigiéndole que se entregue a cambio de no lastimarlos. Lo que desconocen es que Shaun es una mujer extremadamente sagaz y decidida, y está convencida de que la única manera de asegurar la integridad de sus hijos es entrar furtivamente a la mansión para rescatarlos. Pero la mansión es una fortaleza dotada de seguridad de última generación – con vidrios blindados, cámaras en todas las habitaciones y sensores de movimiento – lo que complica los planes de la mujer. Improvisando sobre la marcha Shaun terminará entablando una guerra contra los ladrones, los cuales no dudarán en resolver sus problemas degollando a quienes se les pongan en su camino. Las cartas que tiene a su favor es que conoce la ubicación de la caja fuerte de su padre, y que cuenta con que se presentará – en menos de 90  minutos – un patrullero de la policía de la zona para investigar por qué se ha cortado la alarma silenciosa. Una hora y media es un plazo demasiado corto para vencer a cuatro hombres fuertemente armados y capaces de anticipar las movidas de la morena, pero Shaun ya no es una madre desesperada por salvar a sus hijos sino una fuerza de la naturaleza, indomable e implacable, que no dudará ni un segundo en enfrentarse a los malhechores – y derrotarlos uno a uno – con tal de salvar a su familia.

Arlequin: Critica: Breaking In (2018)

Duro de Matar, versión morena y en la era del #MeToo. La gente es muy quejica, a todo le ve un pero y en el caso de Breaking In la encuentran predecible. Ok, no es una maravilla de originalidad pero es sólida, la protagonista es inteligente, los villanos son bastante despiertos, y hay un montón de situaciones variadas. Gabrielle Union no es John McClane – un ser indestructible que sobrevive balaceras, caídas de decenas de metros y explosiones de todo tipo – sino una heroína bastante creíble, con chispa como para crear trampas y engañar a los villanos, y con los ovarios suficientes para hacerles frente cara a cara cuando no hay escapatoria posible. Para mí, con eso estoy mas que bien.

Pareciera que ahora la moda es poner a las morenas en pose badass, especialmente cuando le tocan a los hijos. Breaking In me hace acordar mucho a Kidnap, un vehículo de acción para Halle Berry que no convenció a nadie. Acá la diferencia estriba en que tenemos a James McTeigue al mando – el director favorito de las hermanas Wachowski (qué raro que suena decir eso!) y que nos brindó V de Venganza y Asesino Ninja -. El tipo sabe armar suspenso y sabe filmar acción, y acá la cosa se mueve con fluidez sin ningún momento aburrido.

Gabrielle Union es la heredera de la fortuna de su padre, un turbio financista que parece haberse quedado con algunos vueltos y los tiene ocultos en su formidable mansión de fin de semana. La Union no sabe nada de esto, solo va a la casa para revisarla y ponerla en venta, y descubre que se trata de una fortaleza de alta tecnología con vidrios blindados, cámaras de seguridad por todos lados, una computadora central que cierra puertas y ventanas, y hasta sensores de movimiento en cada cuarto de la casa. Ya cuando llega encuentra cosas raras – cables cortados, puertas abiertas, la alarma desconectada – y pronto cae en la cuenta que hay tipos en la casa cuando uno de ellos aparece y se le tira encima. Peleando como una fiera logra abatirlo y, al ver que sus hijos quedaron encerrados adentro y con tres rufianes armados hasta los dientes, lo primero que atina es raptar al tipo que dejó inconsciente e interrogarlo para averiguar cuántos son, quiánes son y por qué están ahí. Al flaco lo deja atado en el bosque y sale como loca a buscar la manera de infiltrarse en la casa, ya sea para sacar a sus niños o para ir bajando muñecos uno a uno. Tenemos al nene bonito pero pusilánime, al latino sicópata que le gusta sentir el calor de la sangre sobre sus manos cuando degüella a alguien, y al temerario líder del grupo (el blandengue Billy Burke), que anticipa las movidas de la Union y hace un par de movidas amenazantes pero no le llega ni a los talones a Hans Gruber.

Salvando el detalle de la caja fuerte computarizada (que aparece de la nada y la abren con una facilidad pasmosa), el resto de la historia es creíble. La Union no es Superman, ni siquiera MacGyver pero se da maña para tomar una serie de decisiones bastante lógicas y trazar un plan, incluyendo entrar y salir de la casa varias veces sólo para darle información a sus hijos para que distraigan a los cacos mientras ella prepara alguna emboscada. Del mismo modo el libreto también se da maña para dar un par de vueltas de tuerca inesperadas – como el intercambio de rehenes en el bosque -, que sin ser geniales al menos demuestran inventiva por parte del libretista Ryan Engle, responsable de un par de aventuras de Liam Neeson y del guión de Rampage.

Breaking In se deja ver y me parece recomendable. No es guau la super película, pero no te insulta la neurona y tiene sus momentos. Me parece lógica, bien llevada y entretenida, y eso la convierte en un pasatiempo válido, aún cuando no deje marca alguna en la historia del cine.