Crítica: En la Boca del Miedo (1994)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Recomendación del EditorUSA, 1994: Sam Neill (John Trent), Julie Carmen (Linda Styles), Jurgen Prochnow (Sutter Cane), Charlton Heston (Jackson Harglow), David Warner (Dr Wren)

Director: John Carpenter, Guión: Michael De Luca

Trama: John Trent es un detective privado contratado por una editorial para que encuentre a su autor estrella, Sutter Cane, el cual lleva desaparecido varios meses. La especialidad de Cane son las novelas de terror, las cuales se mantienen en la lista de los más vendidos y provocan una euforia masiva con cada aparición de un título nuevo. Trent – junto con la editora Linda Styles – se embarcan en la búsqueda del novelista, y el detective cree que las pistas de su paradero se encuentran en sus libros. De esa manera logra formar un trayecto de ruta … hacia un paradero desconocido que no figura en los mapas. Sin embargo al final del viaje encuentran un pueblo desolado, similar al que aparece en los libros de Cane. Y Trent empezará a descubrir que todas las creaciones de Cane – incluyendo los monstruos más aberrantes – existen en dicho pueblo, y están esperando para salir y apoderarse del resto del mundo.

En la Boca del Miedo Poco a poco he comenzado a hacer las paces con John Carpenter, y lo podría sumar al ínfimo grupo de artesanos inteligentes del terror (que hasta ahora sólo tenía como único integrante a George A. Romero). El problema de Carpenter es su dispar efectividad: el tipo puede filmar cosas brillantes como Halloween y El Enigma del Otro Mundo, o mandarse mocos atómicos como Christine o Fantasmas de Marte. En el caso de En la Boca del Miedo uno descubre una película injustamente despreciada de Carpenter, que está llena de ideas brillantes y tiene una ejecución muy buena (aunque no sobresaliente). A mi juicio es una pequeña y olvidada obra maestra.

Gran parte del mérito corresponde al guión de Michael De Luca, que al menos no cae en estupideces y mezcla un montón de influencias para crear un camino propio. En sí, lo que ha hecho De Luca es poner a Stephen King y H.P. Lovecraft una licuadora para crear una metaficción muy buena. Aquí hay un escritor de terror muy popular, que coincide en casi todo (incluyendo el nombre) con Stephen King, y que ahora se encuentra desaparecido. Las obras de Sutter Cane provocan histeria masiva con cada aparición (pero no por su expectativa sino por la influencia que ejercen, algo que el libreto se encargará de explicar más tarde), y su última novela ha quedado a mitad de camino, ya que su editor no recibe nuevos capítulos desde hace semanas. Un detective privado (Sam Neill, algo desubicado para el papel, y deslizando alguna que otra sobreactuación cada vez que puede) y la editora en jefe (Julie Carmen, sin los colmillos de La Hora del Espanto 2, y permaneciendo pétrea durante todo el filme) son mandados a encontrarlo. Al investigador se le ocurre que las pistas del paradero del excéntrico Cane están en las tapas de los libros, y así traza una ruta hasta un punto desconocido del mapa, en donde se topan con un pueblito… en donde nada es lo que parece.

Acá hubiera sido interesante que Carpenter hubiera mechado el relato con versiones abreviadas de cuentos de Cane, como para que al llegar al pueblo uno tuviera una sensación de deja vú. Otras alternativas realmente apasionantes hubieran sido pedir permiso al mismo King y usar parte de sus relatos (conocidos por la mayoría de los espectadores del cine de terror) para elaborar la metaficción, o bien que el mismo Carpenter se pusiera en el centro de la escena, como el artista capaz de materializar sus fantasías – algo que hizo Wes Craven con La Nueva Pesadilla de Freddy, pero con mucho peor tino -. Imaginen si Julie Carmen hubiera visto al Chrysler de Christine o al perro San Bernardo de Cujo corriendo por las calles del pueblo (la escena del filme me hace pensar algo parecido), o si se hubiera topado con el personal de la estación antártica de The Thing. Eso sí que hubiera sido una experiencia cinematográfica notable.

Pero como el espectador desconoce la supuesta obra de Sutter Cane, algo de efectividad se pierde al momento de las sorpresas. Eso no quita que En la Boca del Miedo no deje de impresionar, especialmente cuando Carpenter empieza a desatar toda la imaginería lovecraftiana. Por si el lector no conoce, H.P. Lovecraft es un autor de principios del siglo XX que creó una mitología pagana – los mitos de Ctulhu -, la que utilizaba en sus novelas de terror, y que hablaba que la Tierra era una islita en medio del universo, rodeada de monstruos aberrantes gigantes (antiguos dioses, según Lovecraft) que encarnaban a la maldad pura y que constantemente intentaban traspasar la barrera dimensional para aplastar a la humanidad. Hasta ahora, la mejor adaptación lovecraftiana (no oficial) que había visto en celuloide era el climax de Hellboy, aunque también debe reconocerse que buena parte de Hellraiser de Clive Barker está claramente inspirado en los mitos de Ctulhu. Aquí Carpenter tira varias monstruosidades amorfas, las que le dan el poder a Sutter Cane para que desate el temor en la población a través de los textos de sus novelas. A mayor cantidad de miedo, más poderosas se vuelven estas criaturas y se encuentran a punto de traspasar la barrera interdimensional que nos separa de ellas. Y ahora, con su enorme popularidad, el éxito de su misión está próximo. Como diría Cane “las religiones basan su poder en el miedo… y mis libros son mas vendidos que la Biblia”.

Es una película realmente sólida. Quizás pierda algo de shock luego que Sam Neill abandona el pueblo, pero el clímax apocalíptico termina por compensarlo. Y la última escena – con Neill viendo la película sobre su vida en el cine – es un broche de oro genial.

Es una lástima que En la Boca del Miedo haya tenido una recaudación bastante tibia en su momento, y no se la mencione tanto como debiera. Es uno de los mejores títulos de Carpenter, sin fisuras y realmente imaginativa. Comienza de una manera modesta y termina en una situación radicalmente diferente. Y aunque no asuste tanto como debiera, lo suyo pasa por un aspecto mucho más cerebral y elaborado. A veces la sofisticación atenta contra el shock (que es mucho más instintivo y puro), pero eso no desmerece a las obras de terror inteligentes.

JOHN CARPENTER

Los filmes de John Carpenter que hemos comentado hasta ahora en este portal son: Dark Star (1974) – Noche de Brujas (1978) – La Niebla (1980) – Escape de Nueva York (1981) – El Enigma de Otro Mundo (1982) – Christine (1983) – Rescate en el Barrio Chino (1986) – El Principe de las Tinieblas (1987) – Ellos Viven (1988) – Diario de un Hombre Invisible (1992) – En la Boca del Miedo (1994) – El Pueblo de los Malditos (1995) – Vampiros (1998) – Fantasmas de Marte (2001) – Atrapada (2010). Halloween (2018) es una secuela directa del título original, dirigida por David Gordon Green y contando con el asesoramiento y la música de John Carpenter.