Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco
USA, 1988: Kevin Dillon (Brian Flagg), Shawnee Smith (Meg Penny), Joe Seneca (Dr Meddows), Donovan Leitch (Paul Taylor), Del Close (Reverendo Meeker)
Director: Chuck Russell, Guión: Chuck Russell & Frank Darabont
Trama: El pueblo de Arborville, Colorado. Brian Flagg es el rebelde del pueblo, un chico sin padres que se pasa todo el tiempo corriendo con su moto y buscando problemas. Ahora se ha topado con un vagabundo, el cual parece tener una masa viviente adherida al brazo y devorándolo de manera interminable. Brian lleva al hombre al hospital – junto con Meg Penny y su novio, testigos del hecho – y pronto descubre que la masa ha asesinado al hombre, y ha comenzado a atacar al resto de los pacientes. La policía descree de su testimonio, aún cuando los cadáveres a medio devorar se acumulan por doquier. Y las cosas se saldrán de control cuando la masa – de procedencia alienígena – tome proporciones gigantescas, una entidad insaciable que amenaza engullirse al pueblo entero y tomar por asalto al resto del mundo. Ni la policía ni los hombres de negro del gobierno parecen saber cómo frenar al ser y, al parecer, el último recurso que queda es la heterodoxa inventiva de Brian, la cual podría salvar a último minuto a la humanidad de un destino que parece tan horrendo como inevitable.
The Blob (1958) es un clásico indiscutible. No sé si es un buen filme pero tiene un monstruo original, escenas memorables, una gran banda de sonido y Steve McQueen en uno de sus primeros roles. Durante años se habló de hacer una secuela, cosa que se materializaría en 1972 con Beware! The Blob! dirigida por Larry Hagman, la cual es una comedia fallida pero tiene su cuota de momentos interesantes. Ahora llega esta remake, pergeñada en 1988 de la mano de Chuck Russell (The Mask) y Frank Darabont (La Niebla, The Green Mile), los cuales son un par de tipos con talento. Quizás no sea un nuevo clásico pero es un filme plagado de momentos estremecedores, gracias a que la Mancha Voraz ha sido reconcebida como un depredador sin forma, impresionante, veloz y letal.
El setup es el mismo de 1958: adolescentes rebeldes vs amenaza del otro mundo, con un pueblito como escenario. Acá las cosas toman otro cariz mas cínico; el héroe es el chico malo del pueblo – mas fashion que malvado -, el bicho no es mas que la mutación de un arma biológica creada por los yankis, y la masa devoradora es una criatura espantosa y multiforme, hijo dilecto de El Enigma de Otro Mundo (1982), capaz de trepar por techos y muros y tomar la forma de sus victimas, lo cual lo convierte en una entidad fantasmagórica. Uno puede ver como las personas se deshacen en su interior mientras miles de tentáculos emergen e intentan atraparte.
El filme desborda de momentos espeluznantes, sea cuando el bicho está en el cine atacando a la platea, envolviendo la cabina telefónica donde está atrapada Candy Clark, o derritiendo a un nene de 10 años, lo cual es una decisión artistica sumamente valiente y habla de un filme que no toma prisioneros. Hasta el héroe puede perecer de un fotograma a otro.
Quizás la dirección de Chuck Russell es demasiado lineal y no logra crear el clima de paranoia que el filme precisaba. Los ataques están muy logrados, no tanto así el relleno. Estos adolescentes son pensantes y tienen los pies sobre la tierra, como si hubieran salido de una comedia de John Hughes y hubieran aterrizado en un filme de horror; son ellos quienes salvan las papas del fuego, en vez de la camada de adultos, pueblerinos y especialistas del gobierno que vienen a contener, destruir o atrapar a la cosa mutante que asola el lugar.
El cómo The Blob 1988 ha resultado olvidado me parece una tremenda injusticia. Es un filme de horror tremendamente efectivo. Las actuaciones son buenas – está la deliciosa chicata Shawnee Smith, siglos antes de Becker y El Juego del Miedo; y el reo de Kevin Dillon, el cual le mete mucha actitud al papel – y los FX son formidables. Incluso el filme se da maña para dejar abierta la puerta para una secuela – en una secuencia que parece homenajear al climax de El Hombre con los Ojos de Rayos X -, la cual quedó trunca debido a la tibia recepción de la película. Una nueva remake está en proyecto para este 2015, por la cual pasaron nombres como Rob Zombie y Simon West. Habrá que ver si logran concretarla y hacerla tan efectiva como esta cinta de 1988.