Crítica: Muerte en la Granja (Black Sheep) (2006)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

Nueva Zelandia, 2006: Nathan Meister (Henry Oldfield), Danielle Mason (Experience), Peter Feeney (Angus Oldfield), Tammy Davis (Tucker), Glenis Levestam (Sra Mac), Oliver Driver (Grant), Tandi Wright (Dra Astrid Rushton)

Director: Jonathan King, Guión: Jonathan King

Trama: Después de vivir durante años con una severa fobia a las ovejas, Henry Oldfield regresa a la granja de su familia en Nueva Zelandia para confrontar sus miedos y reunirse con su hermano Angus. Pero Angus ha estado realizando experimentos genéticos para crear una nueva raza de ovejas. La incursión de dos ambientalistas en el laboratorio de Angus termina por liberar a uno de los especímenes defectuosos, el cual comienza a morder e infectar a la gente, y con el tiempo terminan por transformarse en monstruosas ovejas mutantes. Ahora Henry y la ambientalista Experience deberán intentar salir con vida de la granja mientras intentan detener la epidemia que se encuentra fuera de control.

Muerte en la Granja (Black Sheep) A veces uno llega a cierta crisis existencial. En mi caso, me pregunto por qué los últimos filmes que he revisado me han aburrido tanto. Uno llega a pensar que las críticas que escribe son demasiado parecidas entre sí hasta que, después de mucho cavilar, llega a la conclusión de que la culpa no es del chancho sino de quien le da de comer. Los filmes, las historias, los directores se clonan; falta talento y originalidad; e incluso buenas ideas terminan por ser arruinadas por pésimas ejecuciones en pantalla.

Black Sheep es una comedia de horror neozelandesa. Pero si en una premisa así el horror no asusta y la comedia no es cómica, lo único que se obtiene es un filme mediocre. La historia suena prometedora – en Nueva Zelandia, hogar de más de 40 millones de ovejas (cuya proporción respecto a la población es 10 a 1) aparece un experimento genético fallido que comienza a contagiar y transformar al resto en ovejas mutantes carnívoras – pero del dicho al hecho hay una distancia de talento y creatividad de millones de años luz. Aquí el director Jonathan King tiene una historia totalmente disparatada que hace agua la boca, e intenta por todos los medios replicar la locura cómica que tenían los filmes iniciales de Peter Jackson como Mal Gusto y Muertos de Miedo (Braindead). Pero por más que insista, el guión es chato y la ejecución muy lenta.

La mediocridad pasa por casi todos los rubros. El guión no desarrolla personajes interesantes: el héroe de la historia es realmente anónimo, el villano no inspira temor y para peor hay una ambientalista que aplica toda la sanata New Age en cualquier situación sin importar lo apremiante que sea – prendiendo velas aromáticas, recitando postulados para la auto afirmación del yo, hablando de los chakras y la armonía con la naturaleza -, que termina por transformarse en un dolor testicular antes que en un comic relief gracioso. Cuando aparecen los animales mutantes, uno se sorprende que semejantes armatostes inexpresivos vengan de la mano de Weta Workshop – la empresa de FX de Peter Jackson que hiciera los efectos de El Señor de los Anillos -; simplemente lucen baratos y toscos. Al momento de generar risas con los ataques de las ovejas, el film parece ir a 2 km por hora y los gags pierden toda su comicidad. Y cuando debe generar tensión y sangre, King se despacha con algunas escenas gore que no impresionan.

Solo un par de puntos redimen al film de ser un bodrio absoluto. La fotografía de la pradera kiwi es excelente; y hay un par de secuencias que funcionan como debería haberlo hecho el resto de la película. El ataque de cientos de ovejas a la presentación de Angus Oldfield está ok; y la última escena del largo y lento clímax por lo menos dispara la única y festejable carcajada de toda la cinta. Pero el resto tiene enormes problemas de ejecución – King es muy lento para rodar los chistes, y la falta talento para crear el clima que precisa la película -. Así como está, es relativamente pasable si uno la encuentra por casualidad en el cable, pero no es un filme que valga la pena buscar o alquilar.