Crítica: Mar Negro (Black Sea) (2014)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / GB / Rusia, 2014: Jude Law (Robinson), Konstantin Khabenskiy (Blackie), Scoot McNairy (Daniels), David Threlfall (Peters)

Director: Kevin Macdonald, Guión: Dennis Kelly

Trama: Robinson ha sido despedido de la empresa de exploración marina en donde trabajaba como comandante de submarinos. Ahora está en la mala, solo y rabioso, y sólo atina a ir a los bares y descargar su bronca con otros ex-compañeros de trabajo. Precisamente uno de ellos le presenta a un misterioso contacto, el cual está ampliamente interesado en sus habilidades; y es que se trata de un potentado dispuesto a solventar una misión de rescate, cuyo objetivo es un submarino nazi hundido en el Mar Negro durante la Segunda Guerra Mundial y el cual contiene una fortuna millonaria en lingotes de oro. Robinson recluta un equipo – conformado por ingleses y rusos – y renta un desbaratado submarino ruso de la Guerra Fría, el cual está plagado de serios problemas operativos. Como la misión es secreta, deberán navegar debajo de la flota naval rusa estacionada en la zona, la cual puede hundirlos de un momento a otro. Y, como si las tensiones del viaje fueran pocas, la tripulación ha comenzado a pelearse entre sí, fruto de las tensiones raciales y el reparto del inminente botín. Todo ello culminará en una batalla campal, cuya violencia desencadenará un serio incendio en el cuarto de máquinas y el cual dañará sistemas vitales de la nave. Ahora Robinson y los suyos están varados en el fondo del mar, careciendo de radio y conviviendo con un par de cadáveres… pero sus odios y avaricias deberán quedar de lado ya que, de otro modo, no lograrán escapar con vida del tremendo percance.

Mar Negro Odio las historias estúpidas, plagadas de improbabilidades, personajes imposibles y absurdos de todo tipo. Black Sea es el último ejemplar que agrego a la lista. Tiene un buen cast, una premisa interesante y un director de lujo – responsable de El Ultimo Rey de Escocia -… lástima que el libreto es una bobada y que las situaciones interesantes que plantea termina por arruinarlas por su propia impericia.

La idea es ir al fondo del Mar Negro y recuperar un cargamento de oro nazi, hundido junto con el submarino que lo transportaba hace más de 70 años. El líder del proyecto es Jude Law, el cual tiene el improbable laburo de ser comandante de submarino en una flota privada, y el cual fue echado junto con un montón de tipos en la misma época. Como justo los desocupados da el numero minimo para operar un submarino, se colocan a disposición de un millonario que les financia la misión de rescate y les ofrece una jugosa comisión. A partir de allí la historia se deshace – los tipos no alquilan un barquito y un submarino de bolsillo sino que se mandan con un gigantesco y vetusto submarino militar, una reliquia de la Guerra Fría a la cual compran como si nadie en Rusia notara el faltante en el inventario -. El aparato está que se cae a pedazos y ni siquiera lo testean demasiado; le cargan cosas y lo mandan al medio del mar en menos de un día. El otro punto es que la tripulación incluye un sicópata (Ben Mendelsohn, Daggett en Batman, el Caballero de la Noche Asciende), el cual se pelea por todo con todos y que, en un momento, no duda en acuchillar a uno de los comandantes. Lo que sigue es una mezcla de fiebre de cabina, tensiones raciales y bobadas de todo tipo, en donde los flacos toleran al sicópata (que los sigue bardeando y, a veces, se carga a algún que otro marinero) mientras rompen cosas irrompibles, buscan repuestos en el fondo del mar, y se pelean por sandeces de todo tipo y color. Lo peor de todo es que los mentirosos abundan en la tripulación y la gente compra mentiras imbéciles sin analizarlas, por lo cual están a los gritos o a las trompadas a cada rato. Vale decir, toda la tensión de la película se centra en la tripulación idiota, en vez de si los destructores de la armada rusa los persiguen o si el rescate del botín nazi está plagado de peligros.

Es frustrante ver como las improbabilidades se acumulan. Los personajes no se comportan como gente real, nadie tiene sentido común en todo el elenco. En un momento Jude Law pierde también la chaveta y empieza a cometer su cuota de bobadas. Digo: los filmes de submarinos tienen montones de cosas que aprender – en especial de El Barco – y el terreno da para hacer cosas apasionantes, tensas, intrigantes. Acá todo es pirotecnia verbal entre un montón de bobos, ninguno de los cuales vale la pena. Es como un filme guionado por Kurt Wimmer – el tipo que escribió engendros como la remake de El Vengador del Futuro y Equilibrium -, el cual pierde todo tipo de lógica a los 15 minutos y sigue pasándose de rosca hasta llegar a niveles estratosféricos. Acá la credibilidad no dura demasiado y, desde ya, el interés en el relato se evapora rápido.

Dificil recomendar un filme basado en un libreto traído de los pelos, plagado de situaciones en las cuales uno pone los ojos en blanco y se pregunta ¿en serio se les ocurrió esto?. Las intrigas son rebuscadas y poco creíbles, y los personajes son marionetas de un guionista de escaso talento. Es una lástima ya que el elenco y la premisa prometían mucho mas que la mediocridad del resultado final, el cual ni siquiera vale el precio del alquiler.