Crítica: Black Devil Doll (2007)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2007: Heather Murphy (Heather), Natasha Talonz (Natasha), Christine Svendsen (Candi), Erika Branich (Buffy), Precious Cox (Bambi)

Director: Jonathan Lewis, Guión: Mitch Mayes & Shawn Lewis

Trama: La pulposa Heather está aburrida en su casa y decide entretenerse con su tabla Ouija. Pero accidentalmente termina por invocar al espíritu del asesino y violador serial Mubia Abu-Jamal, un antiguo anarquista negro que ha sido recientemente ejecutado en la silla eléctrica. Ahora Mubia se ha materializado en la forma de un muñeco y, debido a las generosas proporciones de su órgano sexual, termina por encandilar a Heather. Luego de maratónicas sesiones de sexo Mubia comienza a exigirle a Heather que le consiga más mujeres ya que su apetito es insaciable; y así es como la chica termina por traer a sus amigas a su casa. El problema es que Mubia no se conforma con violarlas una por una sino que las mata de la manera más sangrienta… un detalle que Heather desconoce y que terminará por descubrir apenas regrese a su casa.

Black Devil Doll Bienvenidos a nuestra periódica sesión de cine Z. Yo no tengo problemas con las producciones Z – hechas con dos pesos, de claro corte amateur, y a veces poseedoras de detalles sorprendentes -, ya que suelen ser el semillero de futuros talentos. También es cierto que el formato le da enormes libertades – pueden tocar temas o exhibir cosas que jamás podrían hacer con una producción generada siquiera en un micro estudio o en uno muy liberal como Troma -, con lo cual hay margen para el exceso. El caso de Black Devil Doll (El Maldito Muñeco Negro, y que parece haberse inspirado en una cinta similar de 1984 llamada Black Devil Doll From Hell) es una clara muestra de descontrol creativo. Acá hay una idea que tiene su potencial como película de culto – esas que cuestan dos dólares, obtienen cientos de recomendaciones boca a boca y terminan por recaudar cientos de miles en ventas directas o alquileres en videoclubes -, pero toda esta gente se las ha apañado para torpedear su propio proyecto. ¿Cómo?. Haciendo una película en la cual los únicos que se divierten son ellos mismos.

Acá hay un guerrillero fanático, racista, violador y asesino serial (¿qué más?), al cual lo ejecutaron hace poco y vuelve a la vida en la forma de un horrendo muñeco de madera. Imaginen a Chucky pasado de hormonas y con el espíritu beligerante de un miembro de los Panteras Negras. El muñeco se materializa en la casa de una pulposa stripper, y pronto la seduce debido a sus enormes dotes viriles. Pero como el tipo nunca está satisfecho, y además está el detalle que es un asesino / violador / racista serial, pronto se encuentra midiendo cómo conseguir muchachas para someterlas, violarlas y matarlas (no necesariamente en ese orden). A partir de acá el filme podía tomar varios caminos: a) hacer una sátira del machismo negro; b) hacer una sátira de la posición racista y combativa que exhibían un puñado de afroamericanos radicalizados a principios de la década del 70; c) hacer una comedia sexual muy zarpada; d) hacer una comedia gore muy zarpada. La macana es que Black Devil Doll toma una milésima parte de cada una y dedica el resto del tiempo a regodearse con sexo bizarro, insultos racistas y chistes chocantes sobre fluidos humanos.

Créanme: no soy un pacato y me gustan las experiencias fuertes. Me gusta reirme con comedias gore como Braindead, y me río con chistes sobre fluidos como el gel del pelo que inventaron los hermanos Farrelly para Loco por Mary. Pero Black Devil Doll no tiene ni siquiera el 2% de gracia de cualquiera de esos filmes. Es irritante ver lo vago que son los creativos detrás de esta película. Dura apenas 72 minutos pero está tan plagada de tiempos muertos (o de gente hablando idioteces) que parece una eternidad. Todas las chicas son muy pulposas (onda White Trailer Trash, o strippers de tercera categoría y entraditas en kilos) y se la pasan desnudas el 90% del tiempo, pero son incapaces de decir “Buenos Dias” sin tropezarse con el diálogo. La mayor parte del tiempo tenemos sexo simulado entre el muñeco y alguna de las chicas, con algunos orgasmos realmente bizarros. Y la otra parte del tiempo son insultos racistas / machistas o muertes plagadas de malos efectos de maquillaje. Entonces, ¿cuál es la gracia acá?.

Si aquí había algún tipo de idea, la ejecución es directamente abominable. Al menos si todo era tan zarpado, hubieran tenido la decencia de hacer que las escenas de sexo fueran explícitas (ni siquiera eso!). Pero, por lo demás, es bizarro, chocante y aburrido. De todos modos no la pondría en mi lista negra ya que, dependiendo del gusto, puede haber gente que se divierta viendo esta aberración. Por mi parte mi consejo es: si busca sexo explícito, alquílese cualquier triple X en el video de su barrio; si busca reírse, consígase una comedia como la gente; y si busca una emoción fuerte, vea algún titulo de Peter Jackson o Sam Raimi de los comienzos de su carrera. Black Devil Doll es sólo un catálogo de excesos que bordea el mal gusto, con lo cual no termina de satisfacer en lo más minimo alguna de las expectativas que su título genera.