Crítica: Cuidado! La Mancha Voraz (Beware! The Blob) (1972)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1972: Robert Walker (Bobby Hartford), Gwynne Gilford (Lisa Clark), Richard Stahl (Edward Fazio), Richard Webb (Sheriff Jones), Godfrey Cambridge (Chester Hargis), Marlene Clark (Marian Hargis), Gerrit Graham (Joe), Carol Lynley (Leslie), Tiger Joe Marsh (hombre desnudo), Dick Van Patten (jefe de los boy scouts)

Director: Larry Hagman, Guión: Anthony Harris & Jack Woods

Trama: Chester Hargis regresa de trabajar en Alaska con un pote hermético que necesita refrigeración constante. Pero al dejarlo fuera de la heladera, su contenido se deshiela y revela ser un fragmento de la Mancha Voraz original. Inmediatamente la criatura comienza a devorar a los habitantes del pueblo, y sólo la pareja de Bobby Hartford y Lisa Clark la han visto pero las autoridades descreen de los jóvenes. Pero cuando el alienígena aparece en el festival de bowling local, los lugareños aterrorizados intentan huir del establecimiento. Lamentablemente a esa altura la masa gelatinosa ha crecido a proporciones gigantescas.

Cuidado! La Mancha Voraz La Mancha Voraz (The Blob) es un pequeño clásico de la ciencia ficción de los 50. Pero a pesar del éxito obtenido, al productor Jack H. Harris le costó enormemente remontar la ola para generar una secuela. Casualmente a fines de los 60 Harris era vecino de Larry Hagman y, durante una charla, le ofreció mostrarle el libreto. Hagman se entusiasmó, consiguió el resto de los capitales e incluso se puso en el sillón del director.

En realidad Larry Hagman era a esas alturas un secundario conocido. Siempre se autodefinió como un clon televisivo de segunda de Tony Curtis – alguien con pinta y cierto talento para la comedia -, y era bastante popular desde los días de Mi Bella Genio. Con el tiempo reciclaría su carrera como el villano JR del culebrón Dallas, pero en ese momento de su vida se ganaba el sustento como cómico. Y si bien siempre se calificó a Beware! The Blob como un filme terrible – razón por la cual Hagman jamás volvió a dirigir -, lo cierto es que resulta relativamente más potable que la mala fama que lo rodea.

Ciertamente el nivel de la película no es bueno. Aquí la secuela está pensada como una comedia, pero resulta obvio que el libreto es inexistente y gran cantidad de las escenas están improvisadas. Además, pareciera que Hagman hubiera reunido a una gran cantidad de amigos para cameos intrascendentes – está Carol Lynley, Burguess Meredith, el mismo Hagman – que duran fracciones de segundos. La comicidad depende de los actores de turno de cada escena, la que en general fracasa con un par de excepciones, como la secuencia de la peluquería o el extendido clímax en el bowling – en especial, el discapacitado que lanza bolos desde su silla de ruedas -. Pero gracia no tiene en absoluto el 99% del tiempo.

Y a pesar de la pésima comedia, donde Beware! The Blob logra triunfar y redimirse es con las apariciones del monstruo. Los efectos especiales son notablemente buenos para su época, e incluso Hagman se las arregla para crear algunas secuencias interesantes – el ataque al gatito en el inicio, el estupendo final en la sala de bolos -, en donde la criatura lanza tentáculos y prende a sus víctimas o se escurre como si nada por cañerías y rendijas. Es más impresionante y efectiva esta Mancha Voraz que la del 58, aunque ciertamente es menos terrorífica. Hagman parece ser un director demasiado tímido a la hora de mostrar carnicería, y uno sólo puede a la mancha voraz engullendo gente durante un par de segundos en cada uno de sus ataques.

Aún así, Beware! The Blob es recomendable. No funciona como comedia y asusta muy poco, pero la criatura sigue manteniendo su personalidad y en cada aparición el filme repunta. Y en especial el final, que es donde consigue sus mejores bazas.

LA SAGA DE THE BLOB, LA MANCHA VORAZ

Las versiones de The Blob son: La Mancha Voraz (1958) y Cuidado! La Mancha Voraz (1972). The Blob (1988) es una remake del filme original