Crítica: La Batalla por Terra (2009)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2007-2009: con las voces de: Evan Rachel Wood (Mala), Chris Evans (Stewart Stanton), Justin Long (Senn), David Cross (Giddy), Brian Cox (General Hemmer)

Director: Aristomenis Tsirbas , Guión: Evan Spiliotopoulos

Trama: La Tierra ha sido destruida en la guerra por los recursos naturales, y los terricolas sobrevivientes parten en una una gigantesca arca espacial con el fin de descubrir mundos compatibles en donde radicarse. Así han llegado a un pacífico planeta al que han bautizado como Terra, y que posee agua y elementos naturales para la supervivencia, aunque su atmósfera es incompatible. Pero la pacífica raza alienígena de los terranos comienza a sufrir los embates de las milicias terrícolas del general Hemmer, decidido a una guerra de exterminio con tal de apoderarse del planeta. La terrana Mala ha rescatado al piloto terrestre Stewart Stanton, y decide ayudarle con tal de que la lleve hasta donde está su padre – quien ha sido capturado junto con otros cientos de alienígenas para estudiar su raza antes de la invasión -. Stanton la lleva oculta hasta la nave madre y allí Mala se entera de lo peor: los terrícolas sólo tienen oxígeno para dos meses, y deben apoderarse de Terra para adecuarlo a sus necesidades, caso contrario perecerán. Pero la terrarreformación del planeta también significaría el exterminio de los terranos debido a su nueva atmósfera cargada de oxígeno. Ahora ambas razas han llegado a un punto límite y se enfrascarán en una guerra por la supervivencia.

La Batalla por Terra Hay fracasos gloriosos y puede ser que Battle for Terra sea uno de ellos. Dirigida por el animador digital Aristomenis Tsirbas – que ha trabajado en varias series televisivas de la saga Star Trek en la parte de FX -, está basada en un corto del mismo Tsirbas que data del 2003. El director encontró financiación para expandirlo al formato de largometraje y el filme estuvo listo en el 2007. Atrajo a nuevos productores, quienes la reconvirtieron a 3D durante dos años, y la estrenaron masivamente en el 2009. Pero resultó ser un fracaso total en la taquilla, recuperando el 50% de sus costos. Una minúscula e inefectiva campaña de marketing hundieron sus posibilidades en el box office.

Si bien Tsirbas no es un novato – ha dirigido cortos en varias oportunidades -, comete una gran cantidad de errores en su primera película mainstream. Hay algunos problemas de continuidad – como si faltaran escenas, en especial en el abreviado final -; hay problemas conceptuales – fundamentalmente con la tecnología terrana -, y hay problemas de terminación en el apartado digital. Y aún con toda esa sarta de inexactitudes, La Batalla por Terra tiene un puñado de grandes momentos, grandes ideas y mucha emoción, lo que demuestra de que la historia de fondo es mucho mejor que la ejecución en pantalla.

El primer tercio es bastante chato. Esto es Planeta 51, reciclado en un tono más serio. Aquí hay una raza de diseño simpático, que viven en un mundo alienígena pitufo. Con tal de abaratar costos de animación los bichos no tienen piernas y flotan, y aún con su diseño rústico son bastante expresivos. Los terranos son invadidos por los terrícolas, quienes los capturan a mansalva para estudiarlos antes de atacarlos. La protagonista se da maña para capturar a un piloto accidentado, salvarle la vida y lograr a cambio ir a la nave madre terrestre para rescatar a su padre.

El primer problema importante que se presenta es que estos aliens pueden volar de por sí y, aún así, utilizan máquinas para hacerlo. Tampoco ayuda el hecho que cada vez que uno los ve en pantalla no dje de pensar en espermatozoides extraterrestres. Hay otros detalles – las ballenas voladoras, la vida en troncos gigantes, la existencia de plantas alienígenas que producen oxígeno, la reconstrucción a ciegas de una parte de la nave terrestre estrellada, etc – que lo dejan a uno rascándose la cabeza.

Pero el filme levanta mucho vuelo cuando aparece el villano en pantalla. Es otro de esos roles que Brian Cox (que aquí le presta su voz) puede hacer en sueños. El general Hemmer es inteligente, expeditivo, y sus causas son razonables. El otro punto es que este filme de estética Pixar no tiene empacho en matar personajes. La historia toma un giro mucho más adulto y el hecho de que ambas razas se vean obligadas a luchar por su mutua supervivencia pone una gran cuota de tensión. El diseño de los humanos es distrayente – se ven como versiones animadas del muñeco Michelin, con articulaciones poco creíbles -, pero resulta perdonable.

Y cuando llega la batalla final, es completamente excitante. Es como si Tsirbas hubiera tomado nota de los combates espaciales de la nueva versión de Battlestar Galactica, y ciertamente las expectativas del público son inciertas – uno no sabe cómo puede resolverse el conflicto de manera equitativa -. Hay varias sorpresas, y la acción está filmada con buen tino. El problema es que, terminada la batalla, hay un salto enorme de continuidad y la conclusión resulta demasiado abreviada.

La Batalla por Terra tiene todo para apuntarse como un alegato antimilitarista – el general Hemmer es el villano -, pero omite completamente el lado humano de las relaciones entre razas y tampoco saca una conclusión definitiva. Es un buen relato de ciencia ficción opacado por desprolijidades narrativas. Es emocionante – lo cual es un detalle que pocas películas épicas consiguen -, pero por cada acierto que se anota se manda una o dos pifias. En todo caso, a pesar de sus deficiencias, la encuentro muy recomendable, ya que la naturaleza de su historia sobrevive a las torpezas de su director.