Crítica: El Ejército de los Muertos (Army of the Dead) (2021)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2021: Dave Bautista (Scott Ward), Ella Purnell (Kate Ward), Omari Hardwick (Vanderohe), Ana de la Reguera (Maria Cruz), Matthias Schweighöfer (Dieter), Hiroyuki Sanada (Bly Tanaka), Garret Dillahunt (Martin), Tig Notaro (Marianne Peters)

Director: Zack Snyder – Guión: Zack Snyder, Joby Harold & Shay Hatten

Trama: El Infierno se ha desatado sobre la superficie de la Tierra. La culpa la tienen los militares, los cuales han perdido un tóxico cargamento secreto cerca de la ciudad de Las Vegas y han propagado una plaga zombie que, hasta ahora, han podido restringir al interior de la ciudad. Pero para los pobladores de la zona la lucha por la supervivencia se ha convertido en una cuestión diaria y, de esas refriegas, han surgido héroes tan admirables como emocionalmente dañados. Uno de ellos es Scott, ex militar devenido exterminador de zombies, el cual padece un anónimo retiro en un miserable puesto de hamburguesas en las afueras de Las Vegas. Cuando el millonario Tanaka le propone una misión suicida – internarse en la ciudad amurallada infestada de zombies para recuperar un botín de 200 millones de dólares encerrados en la bóveda de uno de sus casinos -, Scott decide aceptar sin miramientos. Esta es la oportunidad que estaba esperando para reconstruir su vida. Armando de apuro un escuadrón de especialistas, ha llegado el turno de internarse en el Infierno para volverse rico; pero estos muertos vivientes no son simples esperpentos devoradores de carne humana sino que algunos han evolucionado hasta volverse inteligentes… un grupo de zombies alfa que han percibido la irrupción de Scott y los suyos en su terreno y que se encuentran elaborando planes para tomarlos por asalto mientras el reloj corre y la hora para el programado bombardeo atómico de la ciudad se acerca cada vez mas.

Crítica: El Ejército de los Muertos (Army of the Dead) (2021)

-Toma este dinero. Usalo para sacar a Geeta del campamento.

(el problema con ésto es que el campamento fue volado cinco minutos antes por una explosión nuclear que el personaje de turno terminó presenciando pero… en fin…)

Yo estaba dispuesto a darle una review indulgente a Army of the Dead. Durante la mayor parte del tiempo me entretuvo, como todo lo de Snyder tenía sus altas y sus bajas pero el balance venía medio positivo y realmente no veía la causa de todo el hate de Internet hacia el filme – no un clásico pero al menos un entretenimiento potable con cierto ritmo a pesar de sus desprolijidades -… hasta que llegó la media hora final en donde todo se desmoronó. Gente sobreviviendo explosiones nucleares y caminando como si nada entre los restos radiactivos de Las Vegas. Una piba que, en vez de hacer lo lógico – tomarse el pire y escapar del inminente bombardeo atómico que va a caer en cinco minutos – se va para el otro lado a buscar una mina que está perdida desde hace días en la ciudad y de cuyo paradero no tienen ni una mísera pista. Un villano que está a miles de kilómetros de distancia y queda impune.  Hilos principales resueltos de manera insatisfactoria o estúpida. El filme simplemente decide detenerse y quedar inconcluso. No, Zack, tuviste todo el tiempo del mundo – mirá que Netflix es indulgente con la guita y los tiempos que le dan a los directores – para hacer Army of the Dead como querías y terminó (como todo lo tuyo de un tiempo a esta parte) cocinado a medias. Mirá que podías tener una segunda vida en Netflix pero ésto… ésto simplemente no funciona.

El filme empieza de manera impecable, con gran energía, mucha acción y mucho humor negro. El primer contagiado, la epidemia zombie que llega a Las Vegas – capital de la decadencia norteamericana – y la proliferación de los contagios con strippers e imitadores de Elvis devenidos muertos vivos – mientras suena una desubicada “Viva Las Vegas” de fondo – . Es una macana que de ahí en mas el filme vaya cuesta abajo y termine por estrellarse en los minutos finales. La idea de robar un botín millonario en una ciudad amurallada infestada de zombies suena genial. La ejecución no le va en saga. Las historias personales de estos ex combatientes de la guerra zombie devenidos mercenarios es una patética parva de clichés. Toda la sub historia de la hija de Dave Bautista la hubiera podado olímpicamente, sacándole media hora a la película y librándonos de un personaje irritante que solo sirve para provocar la muerte de medio elenco (además, si tu amiga se fué al matadero zombie… ¿no es lo lógico que te hagas cargo de sus pibes menores de edad – que han quedado abandonados – en vez de borrarte e ir a buscarla?). Y ni siquiera sirve para salvar a aquellos que iba a rescatar, fijáte vos qué grado importante de inutilidad. Lo que ocurre es que el tema de padre / hija viene fuerte para Snyder desde su tragedia personal de hace unos años (la que lo sacó de la carrera de La Liga de la Justicia y que explicamos en su momento), así que debió considerar que era un sacrilegio amputarlo acá. Pero Zack, precisas mejores libretistas que revisen tu trabajo, escriban mejores diálogos (o mas originales) y hagan a los personajes interesantes, no gente tóxica con trasfondos anodinos.

El robo no tiene suspenso – pareciera que la seguridad de las bóvedas de los casinos fue diseñada por los tipos que construían los templos que saqueaba Indiana Jones – y la historia es menos excitante de lo que debiera. Esto es un pastiche de Aliens + Escape de Nueva York – con equipo suicida descendiendo a los infiernos en una ciudad amurallada – y debería funcionar como tal (un serie B glorificado por el generoso presupuesto dado por Netflix) pero no: la gente habla demasiado, hay momentos brillantes de acción y momentos muertos en lo dramático, y las sorpresas parecen limitarse a los inventos que intercaló Snyder en la mitología zombie, ya sea bebés zombies, zombies deshidratables como Sea Monkeys, zombies inteligentes / alfas, tigres y caballos zombies… y hasta robots zombies (wtf?), porque es obvio que a los muertos vivientes comunes no le brillan los ojos en la oscuridad ni le saltan chispas cuando le pegan un balazo en la mollera. ¿Y qué hace Snyder con todo eso?. Simplemente lo pone de relleno. No desarrolla nada, no hace nada interesante mas que ponerlo en el camino de nuestros protagonistas.

Si tan solo el problema fuera eso… Dave Bautista es un actor capaz ya que dispara bien, es bueno haciendo chistes, pelea como los dioses y puede dar un corte dramático creíble – lástima que es ciego como un topo; sus ojos achinados se vuelven un elemento distrayente de sus perfomances… ¿no hay nadie que le recomiende unos lentes de contacto? -. El resto del cast es bueno, incluyendo un alemanote blando que Zack quería como Batman en caso de que Affleck no siguiera con el rol (¿en serio? ¿es una cargada? ¿es real este rumor?) y Tig Notaro, anodina como siempre e insertada digitalmente (y de manera no muy creíble) en la trama ya que el actor contratado originalmente le pegaron una patada en el tuje después de rodar su parte y luego de que salieran a la luz una tonelada de denuncias por acoso en su contra.

Pero el problema sigue siendo Zack cuando trabaja con ideas originales. A Snyder le daría con los ojos cerrados la adaptación live action de The Dark Knight Returns simplemente porque es genial trabajando sobre material pre existente, corregido y depurado pero es ultra indulgente cuando se trata de sus propios scripts. Acá tiene todas las de ganar y volverse un ídolo para Netflixun lugar que regala dinero a lo loco y que los cineastas desprecian de manera idiota, quemando sus presupuestos con ideas mediocres ya que no lo consideran un estudio de cine sino un canal de cable; claro, hay gente inteligente que agradece la oportunidad y devuelve el gesto con obras maestras como Aaron Sorkin, Scorsese, Spike Lee o Cuarón pero no Michael Bay, Adam Sandler, Will Ferrell, Ryan Murphy, Robert Rodríguez y un largo etcétera – pero entra en el largo grupo de los que desprecian al gigante del streaming. Una lástima porque ahora el streaming es el que le va a hacer respiración boca a boca a la industria del cine durante el transcurso de la pandemia; y porque está visto que todos los estudios de cine van a quedar en manos de algún gigante on line en uno u otro momento. Como otro que escupió para arriba y le salió mal, Snyder termina arruinando otra oportunidad – de hacer algo ya no memorable sino simplemente intenso, comercial y recomendable -, simplemente porque su falta de control de calidad interno y su deseo inevitable de hacerse el banana terminan jugándole, una vez mas, en su contra.