Crítica: El Amo del Mundo (Master of the World) (1961)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1961: Vincent Price (Robur), Charles Bronson (John Strock), Henry Hull (Prudent), Mary Webster (Dorothy Prudent), David Frankham (Philip Evans)

Director: William Witney, Guión: Richard Matheson sobre las novelas de Julio Verne Robur, el Conquistador, y El Amo del Mundo

Trama: Norteamérica, siglo XIX. El agente del gobierno John Strock ha montado una expedición junto con el ingeniero Prudent, su hija y su prometido, para explorar desde el aire el interior de una montaña donde se originan explosiones y temblores que afectan a un pueblo cercano. Pero al acercarse al lugar, el globo aerostático que tripulan es atacado con cohetes y terminan por impactar violentamente contra la tierra. Cuando recuperan la conciencia, descubren que se encuentran a bordo de una enorme nave voladora llamada Albatros, la que es comandada por un misterioso hombre que se llama Robur. Y mientras los retiene contra su voluntad en lu nave, Robur los hará testigos de su plan: acabar con la guerra en el mundo, para lo cual devastará las fuerzas militares de las naciones lanzando bombas desde el Albatros.

El Amo del Mundo Después del suceso de 20.000 Leguas de Viaje Submarino (1954), Julio Verne y la ciencia ficción victoriana se pondrían de moda. La Vuelta al Mundo en 80 Días, La Máquina del Tiempo, La Isla Misteriosa son algunos ejemplos de esa fiebre que llegaría hasta cerca de finales de los años 60. Y en el caso particular de El Amo del Mundo, es la entrada de la American International Pictures en el género.

Acá está el prestigioso escritor Richard Matheson a cargo del guión. Matheson adapta dos novelas poco conocidas de Verne, que terminan por tener una relación temática muy vaga con el libreto final. En Robur el Conquistador Verne narraba las aventuras de un par de ingenieros que competían por el diseño de globos dirigibles, en donde Robur terminaba triunfando por construir una nave demasiado avanzada para la época y optaba por el ostracismo. Por el otro lado, El Amo del Mundo era una secuela en donde Robur reaparecía con un dirigible aún más perfeccionado. Un agente del gobierno daba con él, era secuestrado a bordo y al final la nave terminaba por estrellarse en medio de una tormenta, aunque el cuerpo de Robur nunca había sido encontrado.

Pero tomando algunos nombres e ideas prestadas, Matheson termina generando un clon demasiado idéntico a 20.000 Leguas de Viaje Submarino. Robur como su tripulación no reconocen patria alguna, el capitán es un idealista que va a destruir ejércitos enteros desde el aire con tal de acabar las guerras, y la personalidad del cuarteto de investigadores es sospechosamente parecida a la de Ned Land, Aronnax y su ayudante, sólo que repartida entre cuatro papeles. Mientras que Charles Bronson da el carisma para ser un Ned Land más racional y astuto, Vincent Price resulta demasiado mundano para el papel de Robur. Carece del misterio de James Mason en 20.000 Leguas de Viaje Submarino, además de no dar demasiadas pautas de por qué empezó su cruzada.

La falta de originalidad pesa bastante en el resultado final de la valoración de El Amo del Mundo. Incluso uno queda con la intriga de cómo un libretista tan sobresaliente como Matheson no intentó generar alguna vuelta de tuerca diferente en vez de seguir mecánicamente con la rutina del film de Richard Fleischer. En una de las secuencias, la Albatros – gravemente dañada – ha perdido maniobrabilidad y se encuentra disparada por el medio de unas cumbres a velocidad arriesgada. La tripulación debe sacar palos (!) para empujar la nave desde el casco y separarla de los picos de las montañas. Imaginen la misma situación en un submarino atravesando una estrecha fosa abisal, y obtendrán una secuencia típica de 20.000 Leguas de Viaje Submarino.

Pero aún así, la rutina de clonar a Nemo y su nave no está muy bien hecha. Los personajes restantes son irritantes, y van desde el charlatán Prudence (que fabrica armas y a quien la aventura debería darle una lección), el novio de la hija que es celoso hasta el grado de la estupidez extrema, y un molesto cocinero que hace de comic relief y que tiene la misma gracia que un dolor de muelas. Incluso Robur no es muy competente como villano, ya que en la primera incursión de ataque en mitad de una batalla termina por dejar al Albatros casi destruído. A todo esto se suman los efectos especiales, que van de lo mediocre a lo terrible. Supuestamente el Albatros tiene un visor aéreo para bombardear a los navíos y ejércitos desde gran altura; pero como todas esas son tomas de stock footage (de distintos filmes y con diferentes calidades de color), lo que ve Robur es como si estuviera a ras del piso en vez de verlo desde miles de metros de altura. Incluso a veces se ven los rostros de las personas en primer plano (!). Para colmo, las sobreimpresiones del Albatros con los filmes de stock es harto evidente; y el interior de la nave (supuestamente gigantesca) sólo tiene cuatro decorados. Se nota que el presupuesto era una lágrima.

En sí El Amo del Mundo no es un filme demasiado malo. Es entretenimiento de matineé sin demasiadas intenciones. Hay un par de escenas buenas como la confrontación verbal entre Bronson y Price, pero el resto tiene una calidad muy despareja. Los bajos valores de producción y la falta de originalidad atentan fuertemente contra ella.