Crítica: La Saga Crepúsculo: Amanecer, Parte 2 (2012)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 2012: Kristen Stewart (Bella Swan), Robert Pattinson (Edward Cullen), Taylor Lautner (Jacob Black), Michael Sheen (Aro), Ashley Greene (Alice Cullen), Peter Facinelli (Dr Carlisle Cullen), Billy Burke (Charlie Swan), Mackenzie Foy (Renesmee Cullen), Dakota Fanning (Jane)

Director: Bill Condon, Guión: Melissa Rosenberg, basada en la novela Breaking Dawn de Stephenie Meyer

Trama: Ahora Bella se encuentra refugiada en la casa de los Cullen, en compañía de Edward y su bebé recién nacido Renesmee. Pero para sobrevivir el parto Bella ha debido ser mordida por Edward, con lo cual se ha transformado en un vampiro – y en uno de los más poderosos -. Mientras se ajusta a su nueva naturaleza, descubre que Renesmee ha comenzado a crecer a una velocidad inusitada y, lo que es peor, su mera existencia implica la peor violación a las leyes vampíricas. Enterados del nacimiento de Renesmee, el clan de los Volturi – regentes de la nación vampira – se preparan para irrumpir en casa de los Cullen, listos para destruir a Bella, su hija y su marido ya que son considerados una amenaza para la existencia de la raza en su totalidad. Es por ello que los Cullen se apuran a formar alianzas de último momento con otros clanes, para que los respalden y atestigüen que la naturaleza de Renesmee no representa peligro alguno para los Volturi o el resto de los vampiros. Pero el tiempo y la paciencia se acaban, y el encuentro es inminente… temiendo que la cita se convierta en una baño de sangre de impensables consecuencias.

Amanecer, Parte 2 (2012) Amanecer, Parte 2 es la última (por ahora) parte de la saga Crepúsculo. Por el momento le da un cierre a la historia, aunque está tan plagada de pistas y puertas abiertas que no sería nada extraño que la franquicia fuera resucitada de aquí a unos años. Mientras que la calidad de la saga ha ido en franco declive, las arcas de los productores se han visto inundadas de dólares provenientes de los bolsillos de calenturrientas adolescentes – las cuales darían su riñón derecho por obtener un calzoncillo usado de Taylor Lautner o el rollo de papel que tiene Robert Pattinson en el baño de su camerino -, quienes han visto una y otra vez las mismas mediocres películas para grabar en sus retinas los apasionados besos que se plantan los insulsos protagonistas de la saga..

Amanecer, Parte 2 es más de lo mismo. Tiene un poco más de ritmo que el filme anterior, pero eso sólo sirve para que los defectos afloren con mayor velocidad. Debo confesar que la única película que me ha gustado de la saga fue la primera y, después de eso, vino el precipicio y el olvido. Si alguien me pregunta quién es quien en el universo Twilight, o por qué tal o cual hacen determinada cosa, le confieso que no me acuerdo ni me interesa acordarme. Tampoco es un dato esencial, con lo cual no me quita el sueño sentarme a ver la Parte 2 sin acordarme siquiera de la Parte 1. Me acuerdo que había unos vampiros malos que viven en Italia, y que la Stewart y el Pattinson viven en una especie de pecado – debido a pertenecer a razas diferentes -, con lo cual iban a ser castigados de un momento a otro. La Parte 2 viene a disparar todos los mecanismos dramáticos que la saga ha ido acumulando desde las anteriores entregas… los cuales parecen resultarles insuficientes a los responsables de la franquicia. Es por ello que la película empieza a incorporar estupideces salidas de la galera, como que todos los vampiros poseen un segundo superpoder oculto – leer mentes, manejar los elementos como el agua y el fuego, crear escudos de energía, anticipar el futuro, etc -, con lo cual se transforman en una especie de versión berreta de los X-Men. Es extremadamente frustrante ver como la historia comienza a trampear sus propias reglas, inventando Deus Ex Machina diseñados exclusivamente para darle un espectacular grand finale a la saga. Y mientras que la batalla final tiene su nervio – que debe ser lo único destacable de toda la película -, por otra parte viene con un giro de tuerca shyamalanesco que equivale a dispararse en sus propios pies. ¿Tanto preparativo para una sesión de clarividencia de miserables cinco minutos?. ¿Tanto les costaba matar a alguno de los personajes principales o generar una mínima sensación dramática?. Todo termina tan encausado por los carriles de lo políticamente correcto que resulta vomitivo.

Pero el desinflado climax no es el único problema de Amanecer, Parte 2. Otra de las cosas que torpedea el filme son los horrendos efectos especiales, en especial los que tienen que ver con el desarrollo y crecimiento de la hija de Stewart y Pattinson, los que parecen haber sido generados con una Commodore 64. Hay bebes digitales que a la legua se notan que son bebés digitales; hay nenas con caras sobreimpresas que se mueven de manera antinatural – parece un esperpento que flota sobre un cuerpo falso -; e incluso cuando la nena alcanza su edad real se ve como un CGI , simplemente porque tiene tanto maquillajes y postizos que parece uno de esos monstruitos que aparecía en el concurso de belleza infantil de Pequeña Miss Sunshine (2006). Eso sin contar los últimos dos minutos del filme, en donde los artesanos de los efectos especiales (?) crean una especie de Frankenstein digital, adosando la cabeza de una nena al cuerpo de una mujer de dos metros de alto.

Amanecer, Parte 2 tiene demasiados problemas como para calificar siquiera de potable. Hay muchas escenas ridículas – la Stewart convertida en una especie de Supergirl y dándole una paliza de aquellas a Taylor Lautner; la aparición de vampiros de todo el mundo… uno mas ridículo que otro (como un albino ruso, o un par de indios amazónicos de ojos claros) -, y demasiadas situaciones traídas de los pelos. Cuando el relato llega a la mitad – y comienza la preparación para la batalla final -, pareciera que hubieran perdido todo tipo de decoro, comenzando a vomitar disparates sin la más minima consideración de si la audiencia lo considera creíble o no. La frutilla del postre es la escena final, la cual – si uno la analiza en detalle – vendría a ser una celebración de un puñado de conductas sexuales aberrantes, que van desde la necrofilia y la zoofilia hasta la misma pedofilia (tsunami de wtf!).

Gracias a Dios la saga Crepúsculo ha terminado. Ahora prepararemos las bolsas para las naúseas para recibir la próxima franquicia basada en obras de Stephenie Meyer – La Huésped -, la cual asomará su cabeza para fin de marzo de este año. Al menos Saoirse Ronan posee mas ductilidad y carisma que Stewart, Pattinson y Lautner juntos, lo cual me da un atisbo de esperanza.

LA SAGA DE CREPUSCULO

La saga de Crepúsculo se compone de: Crepúsculo (2008), Luna Nueva (2009), Eclipse (2010), Amanecer (parte I) (2011) y Amanecer (parte II) (2012).