Crítica: Alien versus Depredador (AVP: Alien vs Predator) (2004)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA / GB / Alemania / Checoslovaquia / Canada, 2004: Sanaa Lathan (Alexa Woods), Lance Henriksen (Charles Bishop Weyland), Raoul Bova (Sebastian de Rosa), Ewen Bremner (Dr Graeme Miller), Colin Salmon (Maxwell Stafford)

Director: Paul W.S. Anderson, Guión: Paul W.S. Anderson, Dan O’Bannon & Ronald Shusett, Musica – Harald Kloser

Trama: Un satélite de la corporación Weyland detecta una súbita actividad energética en una isla desierta cercana a la Antártida. El scaneo demuestra que proviene de una pirámide enterrada a 600 metros del suelo. Charles Bishop Weyland es un hombre gravemente enfermo y decide emprender la aventura de explorar la pirámide, armando en breve una expedición altamente especializada. Pero al llegar descubren un enorme tunel que va desde la superficie hasta la pirámide, generado con tecnologías desconocidas en la Tierra. Y cuando los investigadores descienden, descubre una raza de aliens que han salido de su estado de hibernación y utilizan a los humanos como huéspedes para sus crías. A esto se suma la llegada de una raza de cazadores alienígenas que atacan tanto a los humanos como a las criaturas. Entre los sobrevivientes de los ataques se encuentra la experta exploradora Alexa Woods, que irá descubriendo que la pirámide es una construcción ancestral creada por los alienígenas cazadores para su ritual de iniciación en los artes de la guerra, y que usan a las criaturas como entrenamiento en su bautismo de fuego.

Alien versus Depredador Alien (1979) de Ridley Scott es uno de los más influenciales clásicos del cine de terror de los últimos veinte años. Generó una saga de secuelas que progresivamente fueron cayendo en sus niveles de creatividad, aunque no de calidad. El gran problema de la saga de Alien es que básicamente se limitaron a repetir lo mismo una y otra vez, cambiando cosméticamente los escenarios. Lo único que la mantuvo viva fue la apuesta arriesgada de la Fox al tratar a la saga como cine de autor, incluyendo a talentos como James Cameron, David Fincher o Jean Pierre Jeunet, que hicieron malabarismos para darle frescura al tema. Pero después de cuatro filmes resulta obvio que el truco – jugar al Doom con el Alien en corredores mal iluminados – termina por cansar si no hay un giro radicalmente nuevo en los libretos.

Hubo un proyecto para realizar un Alien 5, con Ridley Scott en la dirección, Sigourney Weaver como la figurita repetida de turno, y James Cameron en libreto y producción. Era un proyecto que iba avanzando lentamente, pero en un momento la Fox decidió dar un vuelco y eligió hacer una combinación de dos franquicias que tenía bajo su paraguas – Alien y Depredador -, algo que terminó por espantar y alejar a todos los talentos involucrados.

Es que, paralelamente, el proyecto de un choque de monstruos (Monster Bash, al estilo de los filmes de la Universal de los años 40) había estado germinando en el estudio desde finales de los años 80. Básicamente, cuando la Dark Horse Comics desarrolló una serie de historietas basada en Alien contra Depredador, que obtuvieron un rotundo éxito y comenzaron a generar su propio merchandising. El encuentro llegaría hasta tener su propio video juego, que sería un hit de ventas e impulsaría sus propias secuelas.

Estando involucrado Paul W.S. Anderson (Mortal Kombat) en el proyecto, es obvio que el film tiene un tono absolutamente diferente a lo esperado por los fans de Alien. Aquí es donde comienzan los problemas de valoración de la película, entre los que se cuenta la misma Fox que no le tuvo confianza al producto y le negó la preview a la crítica norteamericana, con lo cual la prensa decidió ensañarse con el film. Como siempre, el periodismo americano es corporativo y politizado, y privilegia al respeto de su poder antes que las cualidades artísticas.

Y el tema es que uno debe pesar cuál es el punto de vista adecuado para emitir su opinión. Si considera a Alien vs Predator como una secuela de Alien, es una película terriblemente light, sin atmósfera ni sustos que hicieran célebre a la saga. En cambio si la considera como una secuela de Depredador – que eran, básicamente, vehículos de acción -, resulta un film mucho mejor visto. En realidad, y con Anderson tras las cámaras, como debe evaluarse a la película es como la adaptación de un videogame. Ese es el punto de vista exacto.

En general Paul W.S. Anderson es un director bastante blando; a mi juicio, es un tipo que se enrieda en el cuarto de edición y cuyas obras tienen problemas de continuidad, cuando no desarrolla filmes impecables técnicamente pero sin brío y con la consistencia de una comida rápida. Son películas fácilmente olvidables, entretenidas mientras duran y no demasiado dañinas a la neurona. Alien vs Predator es bastante mejor que filmes anteriores de Anderson, pero no califica para darle una cuarta estrella.

Como entretenimiento es ok, con un buen ritmo y con una buena atmósfera inicial. Todo el procedimiento previo a la expedición es bastante interesante, aunque las teorías sobre la pirámide resulten una sanata sideral, diciendo que los depredadores enseñaron a los humanos a construir a cambio de que éstos se entreguen en sacrificio para cultivar aliens y entrenarse con ellos (sin considerar la charlatanería sobre las culturas egipcia, azteca y cambodiana, cuyas pirámides fueron construidas desde antes de Cristo hasta el siglo XII DC, una explicación totalmente incomprensible). Todo el film sigue la estructura de un juego y, de hecho, las secuencias en que el edificio se transforma en un enorme cubo de Rubik parecen las etapas de un video game, donde los protagonistas obtienen armas para avanzar en la misión. Pero al menos los combates entre alienígenas y cazadores son bastante intensos, amén del clímax con la reina Alien, que permiten olvidar los enormes agujeros del guión.

Es un film muy entretenido si uno deja el cerebro en remojo en otra parte. Los caracteres son cartón pintado, y ni siquiera la protagonista (Sanaa Lathan) tiene presencia o carisma para acarrear el papel de heroína. ¿Dónde estás, Milla Jovovich, cuando te necesitamos?. Está Lance Henriksen en un cameo extendido como el antecesor del androide Bishop, que estuviera en Alien y Alien 3, como para darle continuidad al producto. Pero dejando de lado la asepsia del film y un par de ideas disparatadas, es un vehículo de acción disfrutable que no le amargará el rato si la alquila un sábado de lluvia a la tarde.

LA SAGA (CROSSOVER) DE ALIEN VS DEPREDADOR

Alien vs Depredador (2004); Alien vs Depredador: Requiem (2007)