Crítica: El Abismo: La Versión del Director (1989)

Volver al índice de críticas por año / una crítica del film, por Alejandro Franco

USA, 1989: Ed Harris (Virgil ‘Bud’ Brigman), Mary Elizabeth Mastrantonio (Lindsay Brigman), Michael Biehn (teniente Coffey), Tod Graff (Alan ‘Hippy’ Carnes), Leo Burmeister (Catfish DeVries)

Director: James Cameron, Guión: James Cameron

Trama: Los años ochenta, en el pico de la Guerra Fría. El submarino USS Montana se ha hundido en el Atlántico a escasos km de la costa cubana. Como el tiempo apremia, el gobierno estadounidense aborda una plataforma submarina privada dedicada a la minería, montando un operativo de rescate. Pero en el descenso el teniente Coffey – líder del grupo de marines encargado de la misión – sufre un desorden en la descompresión y comienza a volverse paranoico. Mientras un huracán acosa en la superficie, Coffey toma una de las ojivas nucleares del USS Montana y se decide a detonarla, convencido de que el submarino fue abatido por sumergibles soviéticos. Con las comunicaciones abortadas por la tormenta y mientras intentan detener al desquiciado Coffey, la tripulación de la plataforma submarina descubrirán que no están solos en las profundidades. Un grupo de entidades alienígenas merodea a su alrededor, y al parecer están relacionadas con el hundimiento del submarino norteamericano.

El Abismo: La Version del Director El Abismo viene de James “Soy el Rey del Mundo!” Cameron. En esa época Cameron venía de buena racha con Terminator, Aliens y arrancaría la nueva década con el megahit Terminator 2: Judgement Day (1991). Pero en semejante hilera de éxitos, El Abismo obtuvo una repercusión bastante tibia.

Si uno empieza a revisar de cerca la filmografía de Cameron, comienza a detectar que el director en realidad homenajea (cuando no, roba directamente) premisas de cuentos y libros de ciencia ficción poco conocidos, y así se lleva todo el mérito. Así es como tuvo que comerse un juicio del novelista Harlan Ellison y tuvo que admitir que Terminator estaba basado liberalmente en un cuento suyo (Soldier, que fuera llevada a la pantalla en la segunda temporada de la serie de TV The Outer Limits 1963 – 1965), aquí decide “inspirarse” en la novela original de Michael Crichton de Esfera. Otra expedición submarina que se topa con entidades alienígenas. Metan dosis de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo y 2010, licúen y sirvan bien frío.

Pero el mayor problema de El Abismo, es que toda la trama de los alienígenas se podría haber podado sin miramientos. Es como si fuera una historia de aventuras – huracán en la superficie, estación submarina aislada, loco a bordo y encima armado con una bomba nuclear – a la que pegaron con saliva una subtrama con aliens. Ciertamente con tanta tensión en la pantalla, siempre ocurren cosas y la historia está siempre en movimiento; pero el aspecto menos feliz es el de los extraterrestres. La prueba palpable es el final, en donde los buenos sobreviven, se besan y se abrazan, y los aliens quedan en banda, sin que nadie se cuestione cómo diablos están pisando una nave alienígena del tamaño de varios campos de fútbol en medio del océano.

La versión del director intenta subsanar esto, dándole un poco más de cabida a los extraterrestres. En vez de flotar por el fondo de los mares, al menos los aliens tienen una misión pacifista a la 2010. Ahora el submarino norteamericano se cree que fue hundido por los rusos, y hay una escalada mundial de tensión que lleva las cosas al borde de una guerra nuclear. Hay un grand finale lleno de efectos especiales – que no se incluyeron en el estreno y que Cameron financió de su bolsillo para completar su visión original – que realmente es impresionante. Pero a pesar de ello, los aliens quedan en off side. Simplemente son un Deus Ex Machina para que las cosas salgan bien, pero el filme arranca con los títulos finales en vez de proseguir con un contacto al estilo de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo.

Ciertamente el 90% restante del filme es excelente. La versión del director le da más fluidez a las relaciones internas del personal de la estación, y hay secuencias espectaculares, desde el remolque de la plataforma hasta la incursión en el submarino. Uno percibe que ésta es una película excepcionalmente elaborada – hay escenas que deben haber sido realmente difíciles de rodar y demandantes en lo físico para el equipo -. En la vida real, lo cierto es que la mayoría del casting vivía en guerra permanente con Cameron y los técnicos, ya que el rodaje era eterno, y había una cantidad enorme de horas de preparación para filmar unos escasos segundos de película. Tanto Mary Elizabeth Mastrantonio como Ed Harris tuvieron crisis nerviosas en la filmación, y juraron no rodar nunca más con Cameron. Por su parte el director tuvo su buena cuota en semejante baile – rodaron muchísimas horas en un estanque gigante usado para la refrigeración de una planta nuclear; y aún con relativa poca profundidad, tenían que pasar diariamente por un proceso de descompresión de varias horas; era usual que Cameron viera por la escotilla de la cámara de descompresión las minutas en video del rodaje del día -. Y habiéndose pasado de tiempos y presupuesto, Cameron fue presionado a cerrar la película cuanto antes. Aún con su gran despliegue, el tema pacifista y la larga duración del filme atentaron para que fuera un éxito en taquilla. Recién con la versión del director el puntaje del filme repuntó un poco dentro de la opinión del público.

El Abismo es una muy buena aventura hasta que llega el final, en donde la historia queda trunca justo cuando viene lo mejor. Cameron filma como los dioses y es un excelente guionista, pero aquí le faltó una horneada para redondear la trama.